El consejero de Sanidad, Presidencia y Emergencias de la Junta de Andalucía, Antonio Sanz, ha relevado al delegado de Salud de la Junta de Sevilla, Manuel Molina, quién era el máximo responsable del centro sanitario donde el ejecutivo andaluz sitúa el fallo de los cribados.
Molina era desde 2019 hasta el pasado mes de enero gerente del hospital Virgen del Rocío de Sevilla. En su lugar entra Silvia Pozo, hasta ahora concejal en el Ayuntamiento sevillano y que tuvo un papel importante en la reunión de Sanz con la asociación Amama.
Se esperan más cambios como los de la nueva directora general de Cuidados y Atención Sociosanitaria Trinidad Rus Molina. Los movimientos siguen en la parte más técnica de la consejería. También se incorpora nuevas competencias en materia de estrategias y planificación en salud digital.

Reacciones
Sanz explicó que los nuevos nombramientos suponen una “reorganización que busca la máxima eficiencia posible en el empleo de los recursos públicos“. Con esta remodelación, el ejecutivo andaluz, añade el titula de Sanidad, “avanza en la modernización y racionalización de la Administración para ofrecer una respuesta más ágil y coordinada a las necesidades de la ciudadanía”.
María Jesús Montero, ministra de Hacienda y secretaria general del PSOE de Andalucía, acusó al Gobierno andaluz de “esconder” la cuestión del cribado de cáncer de mama con este relevo. En redes afirmó que “un nuevo cese de Moreno Bonilla para intentar mitigar el escándalo de los cribados y esconder qué pasó. La sociedad andaluza exige respuestas y las tendrá“.

