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El pueblo de Alicante que apenas tiene turismo y es como viajar al Caribe

Moraira es un pueblo costero de Alicante ofrece playas cristalinas, calas escondidas, rutas de senderismo y gastronomía mediterránea

Moraira - Sociedad
Una fotografía panorámica de la localidad alicantina de Moraira
This Is Travel

En plena Costa Blanca, donde la masificación turística parece ineludible, hay un rincón que conserva el alma tranquila del Mediterráneo más puro. Se trata de Moraira, un pueblo de Alicante que, a pesar de su belleza, aún escapa del radar de las grandes multitudes. Con poco más de 1.000 habitantes, esta localidad ofrece un entorno natural de calas paradisíacas, calles blancas y una calma que recuerda a otros tiempos. O incluso a otras latitudes.

Moraira: un refugio entre el mar y la montaña

Quienes visitan Moraira por primera vez suelen quedarse sorprendidos por el contraste que ofrece respecto a otros destinos cercanos como Denia o Altea. Lejos del bullicio y el turismo masivo, este pueblo de Alicante ha sabido preservar su identidad y un ritmo de vida relajado. En cada rincón se respira la esencia de un Mediterráneo sin prisas, donde la naturaleza y la tradición van de la mano.

La costa de Moraira se extiende a lo largo de ocho kilómetros repletos de playas y calas que nada tienen que envidiar a las del Caribe. Aguas transparentes, acantilados cubiertos de vegetación mediterránea y una atmósfera íntima hacen de este enclave un paraíso para los sentidos.

Playa de Moraira - Sociedad
Una fotografía de archivo de la playa de Moraira
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Uno de los grandes tesoros de Moraira son sus playas. La playa de El Portet es quizás la más conocida. Una pequeña bahía en forma de concha, con aguas poco profundas y tranquilas, perfecta para familias con niños. Su belleza la convierte en un lugar muy concurrido durante los meses de verano, aunque fuera de temporada recupera su carácter apacible.

En contraste, Cala Llebeig es una joya casi virgen, solo accesible a pie o en kayak. Este rincón de Moraira se mantiene alejado del turismo convencional, lo que garantiza un entorno natural prácticamente intacto. Ideal para quienes buscan desconectar por completo y sumergirse en la quietud del Mediterráneo.

La calidad de las aguas de Moraira no pasa desapercibida. Varias de sus playas han sido galardonadas con la bandera azul, símbolo de limpieza, seguridad y respeto medioambiental. Un lujo que pocos destinos pueden ofrecer con tanta naturalidad.

Historia viva frente al mar

Además de sus paisajes idílicos, Moraira guarda una herencia histórica que enriquece la experiencia del visitante. Cerca del puerto se levanta una antigua fortaleza construida siglos atrás para proteger la costa de los ataques de piratas y corsarios. Esta torre defensiva se ha convertido en uno de los símbolos del pueblo, y representa el espíritu marinero y resistente de sus gentes.

Pasear por los alrededores de esta construcción es una forma de viajar en el tiempo, de imaginar cómo era la vida en Moraira cuando el mar no solo traía riqueza, sino también amenazas. La memoria de aquellos días sigue latiendo en sus calles y en la mirada de sus vecinos.

El pueblo de Alicante que apenas tiene turismo y es como viajar al Caribe
Uno de los rincones secretos ocultos en Moraira
Guía Repsol

Uno de los grandes atractivos de Moraira es su conexión directa con la naturaleza. Más allá de sus playas, el entorno ofrece múltiples rutas de senderismo entre pinares, acantilados y miradores que dejan sin aliento. Una de las más recomendadas es la que conduce a la Torre del Cap d’Or, desde donde se puede contemplar una panorámica espectacular del litoral alicantino.

Los amantes del deporte al aire libre encontrarán en Moraira un entorno ideal para practicar kayak, snorkel, paddle surf o simplemente disfrutar de un baño en calas escondidas. Cada rincón del pueblo invita a vivir el mar de una forma auténtica y sin artificios.

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