En lo alto de una colina en Cabrera de Mar, a tan solo media hora de Barcelona, se encuentra el hogar que han elegido Andreu Buenafuente y Silvia Abril para desconectar del mundo televisivo. Alejados del foco mediático, la pareja ha convertido esta residencia en un remanso de paz donde prima la intimidad, la creatividad y la conexión con la naturaleza.
Aunque habitualmente reservan su vida personal para el ámbito privado, en algunas ocasiones han compartido con sus seguidores en redes sociales pequeños vistazos a esta vivienda tan especial. Así, hemos podido asomarnos a un hogar que refleja tanto su historia como su personalidad artística.
Una casa con alma centenaria
La propiedad, construida en el año 1900, conserva el encanto rústico de las edificaciones tradicionales del Maresme. Con unos 450 metros cuadrados repartidos en varias plantas, el chalet mantiene la piedra vista en las fachadas y un tono albero suave que respeta la estética del entorno natural.
La entrada a la finca está marcada por un imponente muro de piedra con un arco, que anticipa el carácter acogedor y elegante del interior. Rodeada de un frondoso bosque, la casa ofrece una desconexión total del ritmo urbano, en un enclave que invita al descanso.
Estilo mediterráneo con toques modernos
En el interior, la luz natural es protagonista gracias a grandes ventanales y a una decoración que apuesta por tonalidades claras. En la cocina, destacan los acabados satinados y el diseño contemporáneo, que se integra perfectamente con el espíritu clásico del inmueble.
El salón comedor combina sofás blancos con muebles en madera natural, creando un ambiente cálido y funcional. No faltan los objetos personales que hablan de quienes habitan la casa: fotografías familiares, estanterías repletas de libros, una vinoteca e incluso un piano, situado junto a una cristalera que conecta con el jardín.
Un jardín para disfrutar en familia
El espacio exterior es, sin duda, uno de los grandes tesoros de la vivienda. El jardín está diseñado para ofrecer distintos ambientes: zonas de descanso, rincones para comer al aire libre y áreas para el juego y el disfrute familiar. Entre los elementos más destacados se encuentra una cama elástica, que se ha convertido en un símbolo de diversión para todos, incluida Silvia Abril, a quien se la ha visto saltando con entusiasmo en algunos vídeos publicados en sus redes sociales.
La piscina, rodeada de vegetación, completa esta postal idílica donde el verano se vive al máximo. Es un espacio pensado para compartir con amigos y seres queridos, donde cada rincón invita al relax y la conversación.
El rincón creativo de Buenafuente
Una parte muy especial de la casa está dedicada a la pasión artística de Andreu Buenafuente. El presentador ha habilitado un estudio de pintura donde da rienda suelta a su vena más plástica. En varias ocasiones ha mostrado sus obras y el entorno en el que trabaja, rodeado de pinceles, caballetes y lienzos, en una habitación con luz natural que potencia la concentración y la inspiración.
Un hogar con identidad
Lejos de las mansiones ostentosas, la casa de Buenafuente y Abril destaca por ser un espacio con carácter propio, íntimo y funcional. Una vivienda que respira historia, pero que se ha adaptado a las necesidades del presente sin perder autenticidad. Es, en definitiva, el reflejo de una pareja que valora tanto la belleza como la calma, y que ha sabido crear un hogar pensado para vivir, crear y disfrutar en familia.