Viajes

Cinco destinos europeos con mucho arte y exposiciones para celebrarlo

Amsterdam, Hamburgo, Praga, Viena o Florencia encabezan nuestro ránking para un finde con los niveles de cortisol a raya y mucho arte

Fotografía: Kiloycuarto

Mirar obras de arte ayuda a reducir el estrés y la ansiedad, así como los niveles de cortisol (en hasta un 22%), según dictaminó recientemente un estudio del King’s College de Londres. Razón de más para que, en en estas vacaciones, o de cara a 2026, pongas rumbo a cualquiera estas ciudades para deambular por sus históricas calles del centro, pasear por sus parques y orillas fluviales o perderte en cualquiera de estas exposiciones que, además, hacen de su visita, una necesidad (artística) añadida. Eso sí: cuidado, puede provocar Síndrome de Stendhal de duración indeterminada.

Marina Abramovich The Hero (2001). Crédito: Albertina Modern

Viena 

No en vano la cuna de Mozart, Beethoven, Schubert y Strauss, se ha granjeado una reputación artística casi imbatible (y que va más allá del famoso concierto de Año Nuevo). Además de albergar más de 100 museos y tener una de las temporadas de ópera más prestigiosas del mundo, su cultura del café (vienés) está reconocida por la UNESCO. Aparte de visitar sus mñas de 130 cafés tradicionales en el centro de la ciudad, este otoño es clave para no perderse la exposición sobre impresionistas franceses en el que sirviera como palacio residencial del príncipe Eugenio (Cézanne, Monet, Renoir) o la gran retrospectiva sobre Marina Abramović (hasta el 1 de marzo de 2026) que acoge el Albertina Modern.

Dónde alojarse: La que fuese originalmente la residencia privada del Príncipe Philipp de Wuerttemberg, el Hotel Imperial (a Luxury Collection Hotel Vienna) funciona como tal desde 1873, cuando se convirtió en un lugar de encuentro para gourmets, connoiseurs y amantes de la música. En el corazón de la icónica Ringstrasse de la capital austriaca, justo al lado del Musikverein, este hotel es la opción perfecta para ciudad imperial sin dejar de deleitarse con las obras de arte que decoran sus paredes (y las de su restaurante de autor, Opus).

El hotel Stages de Praga

Praga

La Ciudad de las Cien Torres cuenta (entre muchas otras cosas) con el castillo más grande del mundo (patrimonio de la UNESCO), además de uno de los barrios judíos que mejor se conservan en la actualidad (y a pesar de la II Guerra Mundial), y unas 14 millones de obras de arte solo en su Galería Nacional de Arte. Aunque no se debería necesitar más motivos para visitar la que fuese cuna del Cubismo, la exposición itinerante de The World of Bansky (hasta el 31 de diciembre) (con más de 30 grafitis y 60 obras impresas) convierte la capital checa en una razón de peso para los entusiastas del artista urbano y curiosos de su obra. Como extra, este mes el festival Prague Sounds (hasta el 19 de noviembre) trae a algunos de los nombres más renombrados del jazz, el hip-hop o la electrónica como Silvana Estrada, Lamchop o Moses Yofee Trio.

Dónde alojarse: A solo 20 minutos de la Plaza de la Ciudad Vieja, el Stages Hotel Prague (a Tribute Portfolio), es el destino perfecto para quienes buscan una cómoda distancia de todas las actividades que ofrece la ciudad sin perder de vista el diseño. Este exclusivo hotel de 300 habitaciones tiene, ante todo, un espíritu indie, que se alinea con su restaurante Backstage y su Music Lounge, donde además se celebran pequeños eventos y conciertos gratuitos de talentos locales.

Vincent van Gogh, Postman Joseph Roulin, 1888. Crédito: Van Gogh Museum

Amsterdam

La ciudad de los canales siempre es un placer y, quizá, todavía más aun cuando sus hojas cambian de color y el tiempo invita a estar más tiempo en sus encantadores bares y salas de exposiciones. Algunas de las más interesantes esta temporada incluyen At Home in the 17th Century en el Rijksmuseum (hasta el 12 de enero), una mirada diferente al siglo de oro holandés, centrándose no solo en obras clásicas sino en objetos cotidianos como muebles y utensilios; Van Gogh and the Roulins (en el Van Gogh Museum, hasta el 11 de enero), una particular muestra sobre la faceta más personal del pintor holandés y la familia Roulin; y, como bonus extra, Erwin Olaf: Freedom (hasta el 1 de marzo), el particular homenaje que el Stedelijk Museum rinde al fotógrafo y artista neerlandés fallecido hace dos años.

Dónde alojarse: No solo es el hotel más antiguo de la capital holandesa, sino que fue aquí también (concretamente, en una de sus suites), donde Rembrandt pintó el famoso cuadro La ronda de noche de Rembrandt. Terminado en 1642, colgó durante años de una de sus paredes hasta que se trasladó al famoso Rijksmuseum. Así pues, esta curiosa propiedad del siglo XVI en estilo clasicista tiene la ubicación (y las vistas al Canal Amstel) perfectas.

El Innside Hamburgo. Crédito: Meliá

Hamburgo

Recién estrenada en la Hamburger Kunsthalle, And so on to infinity: 100 Years of Griffelkunst (del 7 de noviembre al 8 de febrero) celebra el centenario de la institución Griffelkunst‑Vereinigung Hamburg con una amplia selección de grabados, serigrafías, xilografías, fotografías y C-prints que explican la evolución este programa alemán y su asociación (con miembros tan destacados como Gerhard Richter, Marina Abramović, Rebecca Horn o Günther Förg) a lo largo del pasado siglo. Además, del 13 al 16 de noviembre de 2025 la ciudad celebra su Affordable Art Fair Hamburg en la Messe und Congress, donde este año se dan cita más de 85 galerías de 15 países. 

Dónde quedarse: El urbano y cosmopolita Innside Hamburg Hafen hace gala del espíritu aventurero y práctico de esta línea de la cadena Meliá, desde sus minimalistas habitaciones y suites donde reina la tecnología puntera, hasta su restaurante fusión internacional (Werft Craft Cuisine & Cocktails) que tiene como base los sabores e ingredientes de la región. Situado en una de las zonas más atractivas del centro de la ciudad de los canales y a unos pasos del teatro Mehr, es el spot perfecto para una escapada urbana rodeada de cultura y arte moderno.

El restaurante de la Tenuta di Artimino. Crédito: Meliá

Florencia

La ciudad de los palacios, como se la conoce por su gran concentración de ‘palazos’ por metro cuadrado en su centro histórico, es perfecta para una escapa en casi cualquier época del año. Además de ser uno de los centros neurálgicos del Renacimiento italiano, con ejemplos como su Duomo (catedral), su ‘Ponte Vecchio’ o la Galería de los Uffici (y sus obras, como la Anunciación de Da Vinci o el David de Miguel Ángel) bien valen una jornada en la urbe florentina. De hecho, ahora la ciudad rinde tributo al maestro renacentista con una exposición en la Casa Bionarroti sobre la Capilla Sixtina a través de los siglos; de hecho, La Sixtina de Miguel Ángel. Un icono multimedia (hasta el 7 de enero) no solo reúne más de 62 obras procedentes de instituciones de todo el mundo, sino que se centra en el papel que los medios de comunicación han jugado a la hora de construir la historia visual de la pieza, transformado detalles individuales en auténticos iconos culturales. Una mezcla de grabados, campañas fotográficas, publicaciones ilustradas, cinematografía, documentales y gráficos publicitarios se dan así cita en esta muestra que, en última instancia, busca contextualizar la universalidad de la imagen de la Capilla Sixtina en el mundo contemporáneo. 

Dónde alojarse: Para no desvincularse demasiado del mundo aristocrático florentino, la histórica finca (antigua propiedad de los Medici) que hoy alberga el hotel Tenuta di Artimino (The Meliá Collection) se posiciona como la opción perfecta para un fin de semana combinando arte y relax. A las afueras de la ciudad, y rodeada de colinas serpenteantes entre viñedos y olivares, su spa y sus dos restaurantes de especialidad –La Cantina del Redi y Biagio Pignatta, nombrado así por el mayordomo de Fernando I de Medici- son solo un ejemplo de uno de sus (tres) distintivos entornos en los que seguir enamorándose de la Toscana. 

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