Valladolid se prepara para acoger uno de los enlaces más esperados del otoño. Stella del Carmen Banderas Griffith, hija de Antonio Banderas y Melanie Griffith, contraerá matrimonio el sábado 18 de octubre de 2025 con su prometido, Alex Gruszynski, en un entorno de ensueño: la Abadía Retuerta LeDomaine, en Sardón de Duero. El histórico monasterio románico del siglo XII, reconvertido en hotel de lujo, se ha transformado en el epicentro de un evento que promete conjugar elegancia, discreción y un marcado acento familiar.
Un escenario de película
El complejo, rodeado de viñedos, con restaurante con estrella Michelin, spa y helipuerto propio, ha sido reservado en exclusiva durante cinco días para la familia y los invitados. En estos días previos, la actividad en la zona es frenética: vehículos de organización, personal reforzado y un dispositivo de seguridad sin precedentes ya se percibe incluso en los accesos al recinto.
Stella, de 28 años, ha querido celebrar este momento en el país natal de su padre, donde también nació ella en 1996. Criada entre Málaga, Los Ángeles y Londres, la hija menor de Banderas y Griffith mantiene un perfil discreto pese a pertenecer a una de las familias más reconocidas del cine internacional. Su pareja, Alex Gruszynski, con quien mantiene una relación intermitente desde hace años, procede también de una familia vinculada al mundo audiovisual.

Invitados de lujo y emoción familiar
Entre los asistentes confirmados destacan nombres de gran peso mediático y emocional para la novia. Por parte materna, se espera la llegada de su madre, Melanie Griffith; su abuela, Tippi Hedren, mítica actriz de Los pájaros; y su hermanastra, Dakota Johnson, una de las intérpretes más reconocidas de Hollywood. También estará presente Don Johnson, padre de Dakota y primer marido de Melanie, quien guarda una excelente relación con Antonio Banderas.
Por supuesto, el actor malagueño ejercerá de padrino, en lo que se prevé será uno de los momentos más emotivos de la jornada. Para el intérprete, esta boda representa algo más que un acto social: es el reencuentro con su hija en una etapa nueva de su vida, y el regreso simbólico de la familia Banderas-Griffith a sus raíces españolas.
Seguridad máxima y privacidad absoluta
La organización ha puesto en marcha un estricto protocolo de privacidad. Todo el personal implicado ha firmado contratos de confidencialidad y se ha prohibido el uso de teléfonos móviles durante los actos principales. Los accesos estarán restringidos y los invitados serán trasladados en vehículos privados desde distintos puntos de Valladolid y alrededores.
Se calcula la presencia de unos 250 invitados, entre familiares, amigos y figuras del mundo del arte y el cine, aunque la lista definitiva se mantiene bajo llave. Numerosos fotógrafos y reporteros han reservado alojamiento en la provincia con la esperanza de captar alguna imagen del enlace, aunque las posibilidades de hacerlo son escasas debido al fuerte blindaje.
El enlace podría ser objeto de una exclusiva fotográfica posterior, pero nada se ha confirmado oficialmente. El misterio forma parte del encanto de una celebración pensada al milímetro, donde cada detalle busca garantizar la intimidad de los novios.
Una novia discreta y con estilo propio
En las últimas semanas, Stella ha celebrado una discreta despedida de soltera junto a su madre y un reducido grupo de amigas, en un ambiente relajado y natural. Se espera que tanto su vestido de novia como el resto de los detalles sigan esa línea minimalista y elegante que la caracteriza.
Lejos del exceso o la ostentación, la hija de Antonio Banderas ha demostrado tener un gusto refinado, fiel a su personalidad serena y a su vínculo con el arte y el diseño, áreas en las que desarrolla su carrera profesional.
Un día cargado de simbolismo
Más allá del glamour y la expectación mediática, la boda tiene un significado muy especial para Antonio Banderas. El actor ha confesado su emoción al ver a su hija dar este paso en España, y ha insistido en que “no hay mayor satisfacción para un padre que ver a su hija feliz”.
El sábado, la Abadía Retuerta LeDomaine se convertirá en escenario de un evento cargado de simbolismo: la unión de dos familias, dos culturas y dos mundos, el del cine internacional y el de la tradición castellana. Valladolid vivirá, aunque a distancia, la magia de una boda que promete combinar la elegancia de Hollywood con la serenidad del campo español.
El “sí, quiero” más esperado del otoño
El “sí, quiero” de Stella del Carmen Banderas no será solo una cita social, sino también un homenaje a la historia familiar que la precede. Será un recordatorio de que, incluso bajo los focos de la fama, la verdadera felicidad sigue encontrándose en los vínculos más personales.