Palestina

Abás asume el reto de gobernar Gaza el día después de la guerra

El primer ministro israelí interviene en Naciones Unidas un día después del presidente palestino y en un momento de creciente aislacionismo y boicot a Israel por sus acciones en Gaza

Israel
El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, junto a su mujer Sara, antes de subir a bordo del avión con rumbo a Nueva York para dirigirse a la Asamblea General de Naciones Unidas
Efe

Tras el respaldo internacional sin precedentes a Palestina, que oficialmente está reconocida por 157 estados miembros de la ONU, todas las miradas estaban puestas este jueves en la intervención de Mahmud Abás. El presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), que tuvo que intervenir telemáticamente desde Ramala por el veto de entrada a EE UU impuesto por la Administración Trump, arrancó su intervención aclarando que “no queremos un estado armado”. 

El veterano dirigente de la ANP, que hace décadas reconoció al estado de Israel y defiende la solución de los dos estados, quiso desmarcarse inicialmente de su eterno enemigo interno, el grupo islamista Hamás, que perpetró la masacre del 7 octubre de 2023 en el sur de Israel. “Esas acciones no representan al pueblo palestino”, aseveró ante la Asamblea General de la ONU. 

Abas
El presidente de la Autoridad Palestina da su discurso por videollamada
Efe

Abbas repitió las condenas a Israel emitidas por varios líderes internacionales en la sede de la ONU, al catalogar de genocidio la ofensiva militar israelí en la Franja de Gaza. A la misma conclusión llegó este mes una comisión internacional independiente de la ONU, aunque Israel insiste en que sus ataques van dirigidos contra Hamás y deniega que exista hambruna deliberada  en el devastado enclave palestino. 

Ante el mundo, el presidente de la ANP insistió en que su ejecutivo está dispuesto a asumir la gobernanza de la Franja de Gaza en el día después de la guerra. La anterior administración estadounidense de Joe Biden, así como estados árabes como Arabia Saudí o Egipto, apostaron porque una “Autoridad Palestina Renovada” con apoyo regional asuma el poder de la franja en detrimento de Hamás. No obstante, Netanyahu sigue rechazando el despliegue de la ANP en el enclave costero. 

Benjamin Netanyahu .
EFE/EPA/Ronen Zvulun

Para contrarrestar el criticismo de Israel, cuyo gobierno aseguró que nunca se implantará un estado palestino y amenaza con anexionarse definitivamente Cisjordania, Abbas recordó que el liderazgo de la ANP reconoce “el derecho a existir” del estado judío desde 1988, y lo corroboró en los Acuerdos de paz de Oslo en 1993. 

Ante la opción de un control militar israelí permanente de la franja, auspiciado por los aliados extremistas de Benjamin Netanyahu que presionan para construir asentamientos judíos en el enclave, Abbas insistió en que por mucho que los palestinos sufran, permanecerán en Gaza y la reconstruirán. “No quebrarán nuestro deseo de sobrevivir. Palestina es nuestra, y no abandonaremos nuestra tierra. Nuestra gente está enraizada como árboles de olivo”, proclamó. 

Pese al veto impuesto por Donald Trump a la entrada de diplomáticos palestinos -en represalia al reconocimiento de Palestina por parte de múltiples países-, Abbas evitó criticar al presidente estadounidense. Durante el primer mandato de Trump, las relaciones entre la Casa Blanca y la ANP se congelaron, tras el reconocimiento estadounidense de Jerusalén como capital de Israel y el traslado de su embajada a la ciudad santa. 

Abbas compareció un día antes que el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu, que llega en un momento de creciente aislacionismo y boicot a Israel por sus acciones en Gaza. “Son crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad”, consideró Abbas respecto al operativo israelí, y también condenó las expresiones de ministros israelíes prometiendo la expansión territorial en Cisjordania. 

Netanyahu
El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, durante su discurso en la Asamblea General de la ONU en Nueva York
Efe

El presidente de la ANP juega a dos bandas. Por un lado es abiertamente crítico con la ocupación israelí en Cisjordania, pero por otro sus fuerzas de seguridad cooperan con el ejército israelí para neutralizar comandos terroristas, que ponen en riesgo también la estabilidad de la ANP. Su legitimidad democrática está muy cuestionada, ya que su último mandato expiró en 2009 y desde entonces evitó convocar elecciones. Los últimos sondeos palestinos muestran que la mayoría de la población en Cisjordania no le quiere en el poder. 

El reconocimiento a Palestina por parte de países occidentales, incluidos Francia, Reino Unido, Canadá, Australia o Bélgica, ha dado oxígeno a un Abbas que estaba de capa caída. “Queremos vivir en libertad, seguridad y paz, como cualquier pueblo del mundo, en un estado independiente en las fronteras de 1967, con Jerusalén este como capital”, insistió Abbas. Y concluyó: “la paz no se logrará si no se aplica la justicia, y no habrá justicia sin una Palestina libre”.