‘Asquerosa; payasa; llorona; no aguanto tu voz’. Estos fueron -según la abogada de una de las víctimas de Gérard Depardieu– algunos de los insultos lanzados por el representante legal del actor contra ella y la otra letrada que defendían las dos víctimas en el juicio. Si la petición de pena de la Fiscalía contra el actor acusado de agresión sexual durante un rodaje –18 meses de prisión con suspensión condicional, 20.000 euros de multa y un tratamiento psicológico– no ha sido especialmente criticada, sí que lo fueron los métodos de la defensa, desarrollados sin cualquier sanción por parte del tribunal.
“Los métodos de la defensa fueron extremadamente violentos, con claros indicios de misoginia en los términos utilizados y en el tono empleado”, cuenta a Artículo14 la abogada Carine Durrieu-Diebolt, quien denuncia que tuvo que hacer frente a “toneladas de insultos” durante los cuatro días de audiencias en el tribunal de París. La actitud del abogado Jérémie Assous motivó una demanda específica de indemnización de 10.000 euros por parte de Diebolt por daños morales contra su clienta debido a lo que se conoce como victimización secundaria.

“Maltrato judicial”
“Se trata del maltrato judicial que pueden causar los métodos de la defensa”, explica la abogada. “El Tribunal de Casación francés ya ha aceptado que, si bien la defensa es libre, también es responsable de sus métodos por daño moral agravado”. Su clienta, la decoradora Amélie, de 54 años, declaró después de las audiencias que el juicio había sido casi más violento que la propia agresión que sufrió. La agresión a la que se refiere ocurrió cuando supuestamente Depardieu la arrinconó e inmovilizó entre sus piernas para luego tocarle las partes íntimas y proferir comentarios sexistas. Todo eso durante el rodaje de la película “Les Volets verts” (Los postigos verdes), en 2021, en un apartamento parisino.

La reacción pública vino en una tribuna firmada por un colectivo de abogadas y abogados en Le Monde, donde se lee: “Una justicia que tolera el sexismo sin decir nada al respecto (…) no está a la altura de los retos actuales”. El texto ataca al “silencio absoluto del tribunal en su conjunto” y hace referencia al hecho de que no se interrumpa la defensa por razones de gestión contable o administrativa -para no retrasar las audiencias-.
La misma demanda por victimización secundaria presentó la abogada de la otra víctima, una asistente de dirección de 34 años que mantiene el anonimato. Su clienta, quien también declara haber sufrido durante el juicio por el método de la defensa, acusa al actor de haberla tocado las partes íntimas repetidamente y sin su consentimiento mientras trabajaba en el set de la misma película.
Estrella y agresor
Gérard Depardieu, de 76 años, la estrella del cine francés, enfrenta numerosas acusaciones de agresión contra mujeres en los últimos años. En el juicio en cuestión, está acusado de agresión sexual, acoso sexual y ultraje sexista. La sentencia deberá ser publicada a mediados de mayo. Además de este caso, él también está imputado por cargos de violación contra la actriz Charlotte Arnould. Ella estuvo presente en el juicio de sus dos colegas para apoyarlas, pero, según la prensa francesa, también ha sido víctima de insultos por parte de la defensa y dejó la sala de audiencias llorando.

El maltrato de la Justicia
Durrieu-Diebolt, especialista desde hace una década en violencia machista, critica que las mujeres víctimas tengan una doble pena: ante su agresor y ante el tribunal. La abogada es autora de “Violencias sexuales: cuando la Justicia maltrata” (editorial Syllepse, con prefacio de Charlotte Arnould), que se publicará en mayo.

En su obra, ella critica el procedimiento de la justicia francesa ya desde la presentación de la denuncia, que se convierte en un verdadero interrogatorio, donde se hacen preguntas capciosas a las víctimas, se emplean palabras duras que las hacen sentir culpables, además de la intromisión en la vida íntima mucho más allá de lo que pueda servir para aclarar el caso.
Sólo un 2% son denuncias falsas
“Como si la presunción de inocencia por parte del autor del delito reflejara la presunción de que la víctima miente”, escribe. Y eso teniendo en cuenta que solo un 2% de las denuncias de violencia sexual son falsas, de acuerdo con estudios citados por la letrada. Una vez llegado el juicio, la violencia vuelve a reproducirse por parte de los abogados de la defensa.

De acuerdo con la letrada, a pesar de algunos avances en la Justicia y en la legislación en los últimos años, queda todavía mucho por hacer, desde cómo se realizan los informes periciales y la obtención de pruebas, la falta de sensibilidad para el estrés postraumático hasta el tiempo que pueden tardar la instrucción y el juicio de un caso en Francia (a veces hasta 10 o 12 años).
Durrieu-Diebolt no baja la guardia y busca tirar lecciones de lo que sucedió: “Creo que de una experiencia así una sale más fuerte y aún más decidida a luchar contra la misoginia y las relaciones de dominación”, concluye.