En política nunca deben dejar a los fantasmas escondidos en el pasado, porque suelen volver para recordarnos que la verdad tiene piernas y puede volar. La más reciente aparición espectral es un álbum de cumpleaños encuadernado en cuero, elaborado en 2003 para celebrar los 50 años de Jeffrey Epstein. Un objeto que, hasta hace poco, parecía destinado al olvido entre las cajas de evidencia polvorienta del Departamento de Justicia y que hoy, este souvenir maldito para Donald Trump, ha llegado a manos del Congreso de Estados Unidos.
El Wall Street Journal reveló que el álbum, que incluye mensajes obscenos y piezas personalizadas de amigos cercanos al magnate (entre ellos una carta supuestamente firmada por Donald Trump) ha llegado a mano de los congresistas norteamericanos. No se trata de un simple “feliz cumpleaños”, es una pequeña obra de arte al mal gusto. Un diálogo ficticio entre “Donald” y “Jeffrey”, enmarcado en el dibujo de una mujer desnuda. La firma del presidente, según el diario, aparece garabateada bajo la cintura de la ilustración, deliberadamente irreverente.
La respuesta de Trump a esta felicitación siempre fue la misma. “Es un bulo”, declaró con la familiar indignación que ya parece automatizada. Según sus palabras nunca ha dibujado mujeres, ni mucho menos haber firmado algo de semejante naturaleza. Y, fiel a su estilo, convirtió la negación en ataque demandando al periódico de Rupert Murdoch por 10.000 millones de dólares contra el periódico y contra el magnate, propietario de News Corp, argumentando que la publicación había atentado contra su honor y reputación.
Lawyers for Jeffrey Epstein’s estate have given Congress a copy of the birthday book put together for the financier’s 50th birthday, which includes a letter with Trump’s signature that he has said doesn’t exist.
On Monday, House Oversight Committee members confirmed that they… pic.twitter.com/5s5bCTogW1
— The Wall Street Journal (@WSJ) September 8, 2025
El lunes, los demócratas de la Cámara de Representantes publicaron una captura de pantalla de lo que parece ser una carta firmada por el expresidente Donald Trump, incluida en una colección de notas enviadas al notorio delincuente sexual Jeffrey Epstein con motivo de su 50º cumpleaños en 2003. La carta presenta un diálogo entre Trump y Epstein, escrito dentro del contorno, aparentemente dibujado a mano, del torso de una mujer. Un detalle particularmente llamativo es que la firma de Trump aparece situada justo por debajo de las caderas del dibujo, lo que añade un matiz explícito y controvertido al documento.
En un mensaje difundido en la red social X, la cuenta oficial de la minoría demócrata del Comité de Supervisión de la Cámara escribió: “Aquí está: tenemos la nota de cumpleaños de Trump a Jeffrey Epstein, esa misma que el presidente dijo que no existía”. El anuncio desató una inmediata ola de reacciones mediáticas y políticas, amplificando una polémica que lleva meses gestándose en torno a los vínculos de figuras influyentes con Epstein.

Pocas horas después de la publicación, la cadena CNBC informó que había solicitado comentarios a un portavoz del equipo legal de Trump. La Casa Blanca, sin embargo, no respondió de inmediato a la petición de declaraciones. La captura difundida este lunes parece coincidir con lo descrito en un informe del Wall Street Journal de mediados de julio, donde se reveló por primera vez la existencia de este mensaje de tono burlesco y obsceno. El documento formaría parte de un álbum recopilado para Epstein que contenía contribuciones de varias personalidades de su círculo social y profesional. El caso se enmarca en un contexto particularmente sensible.
Tanto demócratas como republicanos del Comité de Supervisión de la Cámara están investigando actualmente los archivos relacionados con Epstein, financiero que se suicidó en prisión en 2019 mientras enfrentaba cargos federales por tráfico sexual de menores. La investigación busca arrojar luz sobre los vínculos que mantuvo con poderosos empresarios, académicos y políticos, y esclarecer si existió alguna interferencia o encubrimiento por parte de instituciones federales en torno a su red de contactos e influencias.

La revelación de esta carta añade un nuevo capítulo a la saga interminable de documentos, testimonios y archivos que giran en torno a Epstein y sus relaciones. Y aunque Trump insiste en negar cualquier relación con el polémico material, la publicación de la captura por parte de congresistas demócratas plantea un dilema político y judicial que difícilmente se desvanecerá entre los muchos fantasmas de su pasado que hasta ahora ha podido negar.