La historia de Natalia Nagovitsyna, la montañera rusa que quedó atrapada en el Pico Pobeda, ha conmovido al mundo del alpinismo y a la opinión pública internacional.
Tras más de diez días de intentos fallidos de rescate, las autoridades de Kirguistán han decidido suspender toda operación. Eso equivale a dar por perdida a la deportista de 47 años, a pesar de que su hijo insiste en que sigue con vida.
Un ascenso con desenlace inesperado
El pasado 12 de agosto, Natalia Nagovitsyna alcanzó la cima del Pico Pobeda, la montaña más alta de Kirguistán con 7.439 metros. Lo que debía ser la culminación de un reto personal se convirtió en tragedia durante el descenso, cuando sufrió una fractura en la pierna que le impidió continuar por sí misma.
Su compañero de expedición, Roman, la asistió de inmediato. Le montó una tienda de campaña y le dejó víveres para sobrevivir mientras bajaba al campamento base en busca de ayuda. Nunca volvería a verla. Desde ese momento comenzó un dramático capítulo en la historia del alpinismo que terminaría con Natalia Nagovitsyna abandonada en la montaña.

Al día siguiente, dos alpinistas que descendían por la misma ruta llegaron hasta la tienda de Natalia Nagovitsyna. Le proporcionaron más material de supervivencia, pero no pudieron cargarla hasta el campamento base debido a las condiciones extremas de la montaña.
Intentaron organizar un rescate improvisado, pero la operación fracasó y quedaron atrapados en la altura. Uno de ellos falleció a 6.900 metros, sumando otra víctima a la tragedia.
Ese sería el último contacto humano que tendría la escaladora rusa. La montaña, en su inhóspita dureza, se convertiría en su cárcel de hielo.
Un helicóptero estrellado y la desesperanza
El 16 de agosto, un helicóptero enviado para socorrer a Natalia Nagovitsyna se estrelló antes de llegar a la zona. Aunque no hubo víctimas en el accidente, el siniestro retrasó aún más las operaciones de auxilio.
Pasarían tres días hasta que un dron de reconocimiento confirmara que la montañera seguía con vida en su tienda, resistiendo al frío y a la falta de oxígeno.
El hallazgo renovó las esperanzas de su familia y de la comunidad montañera. Pero las operaciones de rescate resultaban cada vez más complicadas. El Pico Pobeda, con fama de ser una de las montañas más mortales de Asia, volvió a demostrar por qué es considerado un desafío extremo incluso para los alpinistas más experimentados.
La decisión final de Kirguistán
El 25 de agosto, las autoridades kirguisas anunciaron oficialmente que no se realizarían más operaciones. La resolución supuso el final de la búsqueda y, de facto, de la vida de Natalia Nagovitsyna, atrapada en la montaña sin posibilidad de auxilio.

La noticia cayó como un jarro de agua fría sobre su hijo, de 27 años, quien a través de redes sociales imploraba que no abandonaran a su madre. En varios mensajes aseguró que ella seguía con vida, alimentando una esperanza que la decisión gubernamental dio por extinguida.
La alpinista quedará para siempre en el Pobeda, como antes quedó su marido Sergey en el vecino Khan Tengri tras sufrir un infarto cerebral.