“Ya no habrá más ultimátums”. A la dirección de Junts se le ha agotado la paciencia con el PSOE y ha llegado la conclusión de que hay que romper amarras con Pedro Sánchez dos años después de haber firmado en Bruselas un pacto para su investidura, el cual no ha dado los frutos deseados para los independentistas. Junts también ha concluido que la ruptura debe ser inmediata.
En consecuencia, la dirección de Junts se reunirá este lunes en Perpiñán para dar forma a la pregunta que trasladará la misma semana que viene a su militancia en forma de consulta telemática. El propósito —que la cúpula encabezada por Carles Puigdemont no piensa ocultar— es el de obtener el aval político de sus bases para romper con el PSOE.
“Creemos que, dos años después de haber firmado el pacto de Bruselas con el PSOE, las promesas del Gobierno de esto está al caer ya no son creíbles”, dicen fuentes del partido independentista, que observan un punto de no-retorno a pesar del esfuerzo in extremis del Gobierno para abrir con Alemania una negociación que sirva para oficializar el catalán en las instituciones europeas (uno de los puntos del acuerdo de investidura entre PSOE y Junts).

Será la tercera vez que Junts emplee el mecanismo de una consulta interna con la militancia para decidir sobre sus alianzas. Las bases independentistas fueron quienes avalaron en octubre de 2022 la ruptura del Govern que mantenían con ERC y también quienes validaron el acuerdo para investir a Sánchez en noviembre de 2023.
La corrupción y el PSOE
En la práctica, Junts dejó de apoyar al PSOE en el Congreso hace ya cuatro meses, al estallar el caso Cerdán. El exsecretario de Organización del PSOE, que pronto cumplirá cuatro meses de prisión preventiva, era el principal interlocutor de los socialistas con Puigdemont y el recambio por José Luis Rodríguez Zapatero no ha servido para superar el bloqueo.
Se demostró con toda crudeza el pasado lunes, 13 de octubre, cuando Zapatero regresó de su último encuentro con Carles Puigdemont en Ginebra con malas noticias para La Moncloa: sin avances.
En paralelo, las informaciones que llegan a oídos de Junts van todas en la misma línea: la mancha de corrupción del PSOE va a seguir extendiéndose e incluso el comisionista Víctor de Aldama ha hecho llegar al líder independentista, a través de su abogado Gonzalo Boye, que tiene en su poder una “bomba” para acabar con el Gobierno.

Junts quiere poner tierra de por medio con la corrupción de los socialistas, aunque su malestar con los socialistas viene en realidad de lejos, puesto que ya en enero de 2025 el partido independentista ya dijo que suspendía las relaciones con el PSOE e incluso emplazó a Sánchez a presentarse a una cuestión de confianza en el Congreso. Junts veía, por entonces, que la lista de promesas de Sánchez no avanzaba y comenzó a tensar la cuerda.
Pero el PSOE, con la ayuda del mediador salvadoreño Francisco Galindo, logró que Junts levantara la suspensión de relaciones y mantuviera en pie los puentes de una alianza que finalmente no le está concediendo al partido independentista ninguna alegría en las encuestas.

Al contrario. Lo que dicen las encuestas es que los islamófobos de Aliança Catalana, encabezados por Sílvia Orriols, avanzan sin interrupción, mientras que Junts pierde fuelle. La conclusión, que Puigdemont barruntaba desde hacía tiempo en Waterloo, no se hará esperar mucho más tiempo: es la hora de decir de adiós.




