Dormir entre las copas de los árboles, con el murmullo del viento y el crujir de la madera como banda sonora, se ha convertido en una de las experiencias más deseadas por quienes buscan desconectar de la rutina. Las cabañas en los árboles, que hace unos años eran un lujo exótico, hoy son una alternativa de turismo sostenible en plena naturaleza. Este otoño, cuando los bosques españoles se tiñen de ocres y dorados, es el momento perfecto para regalarse una escapada de cuento.
A continuación, siete rincones únicos —del País Vasco a Extremadura— donde dormir suspendido entre ramas se convierte en una experiencia mágica.
Basoa Suites (Navarra): dormir entre hayas centenarias
En pleno Bosque de Amati, cerca de Lekunberri, se alzan las espectaculares cabañas de Basoa Suites, integradas en la espesura del valle de Larraun. Cada cabaña está elevada entre 6 y 8 metros sobre el suelo y es accesible por pasarelas de madera. No hay electricidad ni Wi-Fi: la iluminación procede de lámparas solares y velas, lo que acentúa su atmósfera de refugio íntimo. Algunas disponen de terraza panorámica para observar el amanecer sobre las montañas de Aralar.
Imprescindible: la vista al amanecer entre la niebla del hayedo.
Cabanes als Arbres (Gerona): pioneras del ecoturismo catalán
En la comarca de La Selva, cerca de Sant Hilari Sacalm, estas cabañas suspendidas entre robles y pinos fueron de las primeras en España dedicadas al turismo arbóreo. Cabanes als Arbres ofrece alojamientos circulares de madera con terrazas que miran al Montseny. Algunas incluyen jacuzzi exterior privado y desayuno servido en cesta mediante una polea. Un lujo rural para quienes buscan naturaleza sin renunciar a la comodidad.
Imprescindible: bañarse en el jacuzzi mientras cae la lluvia del bosque.
Parque de Aventuras Sopuerta (Bizkaia): la magia del bosque atlántico
En el corazón del Valle de Sopuerta, al norte de Bizkaia, las Cabañas en los Árboles Euskadi ofrecen una experiencia inmersiva en el bosque atlántico. Construidas a distintas alturas —entre 6 y 17 metros—, combinan aventura y relax. Algunas cabañas cuentan con miradores al valle del Oka, y otras con pequeñas terrazas donde desayunar mientras se escucha el canto de los petirrojos.
Imprescindible: las vistas al amanecer sobre la bruma del valle.
Cabañas con Encanto (Extremadura): naturaleza y silencio en Cáceres
A los pies de la Sierra de Gata, en el norte de Cáceres, se encuentran estas cabañas de madera rodeadas de robles, castaños y alcornoques. En Cabañas con Encanto, el protagonismo es del silencio: sin ruidos urbanos ni conexión digital. Algunas cuentan con bañera de hidromasaje y chimenea, ideales para parejas. Desde su terraza se contemplan los cielos estrellados de una de las zonas con menor contaminación lumínica de Europa.
Imprescindible: la bañera frente al ventanal con vistas al bosque.
Cabañas del Bosque (Galicia): el lujo escondido en la naturaleza
En el entorno del Parque Natural Fragas do Eume, en A Coruña, estas cabañas combinan diseño y sostenibilidad. Hechas de madera gallega y vidrio, se integran en la vegetación como un mirador natural. Algunas tienen piscina climatizada privada y jacuzzi exterior, otras ofrecen sauna y vistas al río. Es el lugar perfecto para ver cómo el otoño pinta de oro los robles y los abedules.
Imprescindible: el reflejo del bosque en los ventanales al amanecer.
Monte Holiday (Madrid): una experiencia familiar entre encinas
A tan solo una hora de la capital, en el Valle del Lozoya, las cabañas en los árboles de Monte Holiday son una opción ideal para familias o escapadas con niños. Cuentan con baño, calefacción, aire acondicionado y terrazas suspendidas entre las encinas del Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama. Desde allí se contemplan los picos nevados de Peñalara.
Imprescindible: el atardecer sobre el embalse de Pinilla.
Cabañas en los Árboles de Outes (A Coruña): romanticismo frente al mar
Entre el bosque y la ría de Muros-Noia, estas cabañas gallegas ofrecen una mezcla única de montaña y océano. Algunas están equipadas con jacuzzi en la terraza y grandes ventanales con vistas al Atlántico. El murmullo del mar se mezcla con el susurro del bosque, creando un ambiente mágico y relajante.
Imprescindible: el baño en el jacuzzi con el sonido del mar al fondo.
Dormir en una cabaña en un árbol es mucho más que un alojamiento: es una forma de reconectar con lo esencial, respirar aire puro y dejar que el tiempo se detenga. Este otoño, los bosques de España ofrecen el escenario perfecto para vivir, por una noche, dentro de un cuento.




