Exhumación

Irlanda busca a los 796 bebés enterrados en la casa de los horrores de Tuam

Tras un arduo proceso judicial, expertos forenses pretenden aclarar la identidad de los cientos de bebés enterrados en una maternidad gestionada por la Iglesia Católica. Todo ha sido destapado por la historiadora Catherine Corless

niños
Catherine Corless ha destapado los horrores de Tuam, la vergüenza secreta de Irlanda
EFe/KiloyCuarto

Un siglo después, Irlanda empezará a excavar parte de su turbio pasado. Tras un arduo proceso judicial, expertos empezaron a extraer los restos de cientos de cuerpos de bebés, que fueron enterrados en lo que se cree que es una fosa común de gran tamaño en la localidad de Tuam (región de Galway).

La maquinaria pesada llegó este lunes al terreno perteneciente al Bon Secours Mother and Baby Home, una maternidad gestionada por la Iglesia Católica, donde madres solteras vivían con sus hijos entre los años 1925 y 1961. Oficialmente, no había ningún archivo que certificara muertes ocurridas en el lugar, hasta que una historiadora local descubrió cientos de inesperados certificados de muerte.

El estigma de los bebés nacidos fuera del matrimonio

La compleja tarea, que se espera que dure al menos dos años, supone una nueva fase en la convulsa historia de Irlanda y las historias de abuso y abandono infantil ocurridos en instituciones religiosas. Los bebés que portaban el estigma de haber nacido fuera del matrimonio pagaban el peor precio, y el drama se considera un puñal clavado en la conciencia de la sociedad irlandesa.

Un ingeniero usa un georradar en el lugar donde se encuentran enterrados hasta 800 niños en una fosa sin identificar en lo que antiguamente era un convento católico en Tuam.
EFE/Aidan Crawley

En Sant Mary -como también se conocía la institución de Tuam-, el hogar para madres y bebés donde las mujeres jóvenes y las niñas eran enviadas a dar a luz, algunos bebés fueron enterrados en un tanque séptico subterráneo en desuso. No había un registro de entierros, y las muertes eran ignoradas hasta que hace diez años Catherina Corless, historiadora local, descubrió los certificados de defunción de 796 infantes. El hallazgo derivó en una disculpa del Estado, una comisión judicial y la promesa de excavar la fosa común.

Hogares para embarazadas solteras

Sant Mary era solo una de las decenas de “casas” donde mujeres embarazadas solteras eran enviadas a parir en secreto durante el siglo pasado, entre 1922 y hasta 1998. Habitualmente, las mujeres eran separadas a la fuerza de sus hijos. Algunos eran reubicados en Irlanda, Reino Unido, Australia, Canadá o Estados Unidos, pero cientos murieron a espaldas de sus madres, que nunca supieron sobre su destino.

“En este mundo macabro y autoritario, el sexo era visto como el peor pecado para las mujeres, pero no para los hombres”, contó a la CNN Annette McKays, cuya madre Maggie O’Connor perdió a un bebé en una de estas maternidades. Cuando Annette dio a luz a su primer bebé, la abuela no se alegró. Estaba presa del pánico, exclamando: “¡Mi bebé, mi bebé!”. En ese momento, reveló un secreto que guardó en profundo silencio desde junio de 1943: su primera hija, Mary Margaret, murió a los seis meses.

Maggie O’Connor llegó a la casa de Tuam embarazada a sus 17 años, tras ser violada. Dentro del centro, las madres y sus bebés eran separados. A las mujeres las enviaban a trabajar en lugares como lavanderías, donde las empleaban sin recibir remuneración. En muchos casos, sus bebés eran adoptados por parejas casadas, o traficados ilegalmente fuera de Irlanda. Se estima que unos 2.000 niños fueron enviados a EE UU entre 1940 y 1970.

No sólo en Tuam

La muerte y desaparición de cadáveres de niños no era exclusiva al centro de Tuam. Se estima que hay enterrados unos 9.000 infantes en los jardines de estas maternidades, repartidos por todo el territorio irlandés. A O’Connor le informaron de la muerte de su bebé seis meses después de empezar los trabajos forzados.

Inicialmente, las autoridades locales evitaron cooperar con el hallazgo de la historiadora Catherine Corless, y las monjas que trabajaban en la maternidad contrataron una consultoría para ayudarles a denegar los hechos. Aseguraban que no había pruebas de que fueran enterrados niños. Pero en 2015, las autoridades de Irlanda encontraron “cantidades significativas” de restos humanos en Tuam.

La causa abierta en los tribunales derivó en una disculpa pública del Estado en 2021, pero algunas supervivientes y sus familiares sienten que la respuesta fue inadecuada, que no se les trata con el respeto y la dignidad que merecen. Niamh McCullagh, una de las arqueólogas forenses que supervisa el proyecto, afirmó que se descubrieron unas 20 cámaras con restos de infantes, muertos entre las 35 semanas de vida y los tres años.

La investigadora advirtió que identificar los restos y su causa de muerte conlleva desafíos, debido a la fragmentación de los restos, la cantidad de tiempo transcurrido y la falta de muestras de ADN completas de familiares potenciales. “No tuvieron dignidad en la vida, ni tuvieron dignidad en la muerte. Se les negaron todos los derechos humanos”, dijo Corrigan, quien creció como hija única. Fue en 2012, tras la muerte de su madre Bridget, que se enteró de la existencia de sus hermanos nacidos en Tuam mientras investigaba los primeros años de vida de su madre.

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