La aviación de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) sigue sacando partido de la “supremacía aérea” lograda sobre los cielos de Irán en los primeros compases del conflicto. Varias veces al día, la portavocía militar israelí informa a la prensa de nuevos bombardeos. Este lunes, fueron atacadas la sede de la Guardia Revolucionaria, la cárcel de presos políticos de Evin, o el simbólico “reloj de la destrucción” de Israel, donde se contaban días, horas y minutos para el fin del estado judío.
“Durante una serie reciente de ataques para debilitar la capacidad militar del régimen iraní, aviones de combate de la Fuerza Aérea Israelí, bajo la dirección de la Dirección de Inteligencia de las FDI, atacaron centros de mando militar pertenecientes al régimen iraní. Los sitios atacados incluían plantas de producción de misiles y radares, así como infraestructura de almacenamiento de misiles en Teherán”, comunicó el Ejército hebreo.
Ataque a la Guardia Revolucionaria
Además de la sede de la Guardia Revolucionaria, el cuerpo militar de élite que sustenta al régimen de los ayatolás -que opera al margen del Ejército regular-, también fueron bombardeadas instalaciones del aparato de seguridad interno del régimen. “Estas fuerzas están compuestas por varios cuerpos y comandos y son responsables, en nombre del Ejército del régimen iraní, de la defensa del territorio nacional, la supresión de amenazas y el mantenimiento de la estabilidad del régimen”, agregaron las FDI.
Durante el lunes, más de 50 cazas israelíes sobrevolaron Irán para golpear “cuarteles del régimen iraní, plantas de producción de misiles, sistemas de radar e infraestructura de almacenamiento de misiles”. Con bombardeos como el del canal de televisión público, que ocurrió mientras una periodista emitía en directo, Israel evidencia que su ambición va más allá de neutralizar el plan nuclear. Quiere atestar un golpe definitivo a la moral nacional del régimen de los ayatolás.
Entre los objetivos golpeados, también se encuentra la sede de las milicias Basij en Teherán, los temidos cuerpos represivos que persiguen la disidencia interna. Sus crueles métodos fueron empleados para reprimir la “Revolución de las Mujeres” tras la muerte de Mahsa Amini, la joven a la que pegaron y asesinaron por vestir indebidamente el velo islámico. “Sirve como una de las bases de poder del régimen y es responsable, entre otras cosas, de hacer cumplir el código islámico y denunciar a las autoridades sobre los civiles que lo violan”, agregó el Ejército israelí.
Además, los ataques afectaron al cuerpo militar de Alborz, que es “responsable de proteger varias ciudades de la provincia de Teherán de diversas amenazas y preservar la estabilidad del régimen”. También se alcanzaron instalaciones de la inteligencia de las fuerzas de seguridad interna iraníes y la policía de seguridad general. Con ello, se debilita sumamente la gobernanza del país. Desde Israel y la oposición iraní en la diáspora, se considera que el régimen está tocado de muerte.
La Guardia Revolucionaria también sufrió el bombardeo de sus instalaciones en Thar-Allah, destinadas a “defender Teherán de amenazas de seguridad, también internas”, así como el cuerpo militar al-Shuhada, responsable de suprimir protestas y revueltas domésticas en Teherán. También se impactaron centros de información de seguridad. En unas dos horas, las FDI dispararon más de 100 proyectiles en Teherán, que según estimaciones preliminares causaron varios muertos entre las filas de la Guardia Revolucionaria.
Golpe a la prisión de los disidentes
Gracias al impacto directo en la prisión de Evin, un complejo fuertemente fortificado, cientos de presos políticos -periodistas, académicos o activistas-, salieron del centro por su propio pie. La cárcel es famosa por las torturas y abusos cometidos contra sus internos. “Hoy, las puertas cayeron, la República Islámica se desmorona”, tuiteó el activista judío iraní Matthew Nouriel. Además de presos políticos internos, estaban encerrados ciudadanos acusados de tener vínculos con Occidente, y que eran usados por el régimen como moneda de cambio en negociaciones internacionales.
El simbólico contador para la “destrucción de Israel”, que vaticinaba la eliminación del país para 2040 desde la Plaza Palestina de Teherán, fue pulverizado. También carreteras que conducen a la central subterránea de Fordo. El ataque contra los símbolos del régimen iraní se produjo tras un prolongado ataque con misiles balísticos contra Israel.
“Por cada cohete disparado contra el frente interno israelí, el dictador iraní será severamente castigado, y los ataques continuarán con toda su intensidad. Seguiremos actuando para defender a nuestros civiles y derrotar al enemigo hasta que se alcancen todos los objetivos de la guerra”, declaró el ministro de Defensa Israel Katz.
Una organización con sede en Estados Unidos dijo el viernes que los ataques de Israel contra Irán han matado al menos a 657 personas, incluidos civiles y miembros de las fuerzas de seguridad. La cifra se basa en fuentes y reportes llegados directamente desde Irán.