Las claves de la crisis en Siria: una ofensiva imparable por la falta de apoyos del régimen

Al Assad no pudo contar con el apoyo de Rusia e Irán, ocupados en otros conflictos, y las fuerzas rebeldes no contaron con apenas oposición para tomar la capital y derrocar al presidente

Los rebeldes sirios viajan en la parte trasera de un vehículo mientras la gente celebra en las calles de Homs, Siria, el 8 de diciembre de 2024. EFE/EPA/BILAL ALHAMMOUD

La Siria de la familia Al-Assad, que gobernó el país árabe desde 1971, ha colapsado este domingo a manos de los insurgentes liderados por el Organismo de Liberación del Levante (Hayat Tahrir al Sham o HTS, en árabe), que tomaron Damasco sin apenas resistencia tras apenas 12 días de ofensiva. El hasta ahora presidente, Bashar al-Assad se había sostenido en el cargo durante los últimos 24 años a pesar de numerosas las guerras civiles que han dejado gran parte del país destruido. Desde el estallido de la guerra en 2011, más de 14 millones de sirios se han visto obligados a huir de sus hogares, según datos de la ONU, que indican que más de 7,2 millones “siguen desplazados internamente en su propio país”, donde el 70 % de la población necesita asistencia humanitaria y el 90 % vive debajo del umbral de la pobreza.

Este domingo, Damasco fue tomada por las fuerzas rebeldes mientras que Al-Assad viaja al exilio junto a su familia rumbo a Moscú, aliado del régimen y pieza clave en los distintos conflictos que habían tenido hasta ahora. Mientras, el Mando de Operaciones Militares de la coalición de grupos islamistas y proturcos responsable de su caída proclamaba a la capital siria, una de las ciudades más antiguas del mundo, “libre del tirano Bashar al-Assad”.

Abu Mohamed al Jolani, el líder islamista cuyos orígenes como militante están en el Frente Al Nusra, la filial siria de Al Qaeda, proclamó su victoria en un comunicado en el que pidió a sus seguidores tranquilidad y evitar abusos en las zonas bajo su control, como lleva haciendo desde que inició su ofensiva relámpago que ha abierto un nuevo paradigma geopolítico en todo Oriente Medio.

¿Qué ha pasado?

El 27 de noviembre, el grupo Hayat Tahrir al-Sham (HTS) y sus aliados anunciaron una ofensiva para “disuadir la agresión”, en respuesta a los crecientes ataques del gobierno sirio y las milicias aliadas respaldadas por Irán contra civiles en el noroeste del país. En un país que ha pasado por tantos conflictos y largas guerras civiles, la cantidad de grupos rebeldes armados solo necesitaban una pequeña mecha para organizarse y cargar contra el gobierno. En las anteriores ocasiones, Al-Assad consiguió disuadir a las fuerzas opositoras, muchas veces gracias al apoyo militar de Rusia o Irán, pero esta vez no ha habido apenas oposición ante el avance imparable de las milicias, desde el sur hasta la capital.

Los insurgentes irrumpieron este domingo en la televisión oficial siria y anunciaron que han “liberado” la ciudad de Damasco, ha “caído el tirano Bachar al-Assad” y han “liberado a todos los oprimidos de las prisiones del régimen“.

En un mensaje desde el plató de televisión, un hombre proclamó que “con la gracia de Dios, se liberó la ciudad de Damasco, y cayó el tirano Bachar al Asad y se liberaron todos los oprimidos de las prisiones del régimen”, según el que es el primer comunicado de la Sala de Operaciones de Damasco de los insurgentes.

¿Quiénes son los protagonistas?

La operación, comandada por Abú Mohamed al Golani, líder del HTS, ha contado con el respaldo de Turquía, que apoya al Ejército Nacional Sirio, un grupo que opera en una región del norte bajo control turco. Allí convergen diversas milicias islamistas, incluidas algunas yihadistas como el propio HTS. El impulso de HTS no sería posible sin el apoyo tácito de Turquía. Recep Tayyip Erdogan busca fortalecer su posición en Siria mientras se prepara para lidiar con el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca. Erdogan pretende negociar con Al-Assad el regreso de refugiados sirios, tras más de una década sin diálogo.

El líder islamista del Organismo de Liberación del Levante, Abu Mohamed al Jolani, durante su visita este miércoles a la ciudadela de Alepo

En el lado opuesto, el régimen de Assad cuenta con el respaldo de Rusia e Irán. Moscú asegura su influencia regional a través de su base naval en Tartús, mientras Teherán se lamenta de la caída de su aliado estratégico. Milicias chiitas desde Irak habían reforzado al Ejército sirio en los últimos días.

Entretanto, Washington e Israel intensifican ataques contra posiciones proiraníes, agravando un conflicto que, tras 13 años, sigue siendo un microcosmos de tensiones globales y rivalidades sectarias.

¿Cómo ha sido la ofensiva?

En una ofensiva relámpago que ha descolocado a las autoridades sirias y sus aliados, insurgentes liderados por Hayat Tahrir al Sham (HTS) tomaron en primer lugar el control de las ciudades de Alepo, la más grande de Siria, y Hama, la cuarta en importancia. Las fuerzas del Ejército regular sirio ofrecieron poca resistencia, limitándose a bombardeos aéreos ejecutados por la aviación siria y rusa, aliados clave del régimen de Bashar al Assad desde 2015. Al encontrar una oposición casi nula, facciones rebeldes provenientes del suroeste de Siria tomaron el control de Deraa y Suweida en apenas 24 horas y avanzaron hacia los suburbios de Damasco. Este domingo por la mañana, los rebeldes liderados por el grupo HTS anunciaron su entrada a la capital.

Entre sus acciones más simbólicas, liberaron a los detenidos de la prisión militar de Saydanaya, conocida por ser escenario de ejecuciones masivas de opositores durante la guerra civil. Se cree que miles de personas murieron en este lugar, lo que convierte la liberación en un golpe directo al régimen.

Horas después, los insurgentes declararon que el presidente Bashar al Assad había huido del país, marcando un posible punto de inflexión en el conflicto. “El tirano Bashar al Assad ha huido”.

La gente camina junto a un tanque abandonado por las tropas sirias después de que los combatientes de la oposición tomaron el control de la ciudad de Hama, Siria, el 7 de diciembre de 2024.

¿Porqué ahora?

El contexto actual presenta un régimen debilitado tras más de una década de guerra civil, sanciones internacionales y corrupción interna. Además, los aliados clave del presidente Bachar al Assad enfrentan crecientes desafíos externos que han reducido su capacidad de apoyo.

Hezbolá, el grupo libanés respaldado por Irán que desempeñó un papel crucial en los primeros años del conflicto, se ha visto debilitado por la reciente ofensiva de Israel en el Líbano. Por otro lado, Israel ha intensificado sus ataques contra Siria, eliminando a comandantes iraníes y debilitando las líneas de suministro hacia las milicias progubernamentales.

Asimismo, la atención de Rusia, otro aliado vital, está centrada en la guerra en Ucrania, dejando a las fuerzas de Al-Assad más vulnerables. Este escenario ha dado a HTS una ventana de oportunidad para intensificar sus acciones en un conflicto que parece lejos de resolverse.

¿Qué pasará ahora?

El hasta ahora presidente se encuentra junto con su familia en Moscú después de abandonar el país este domingo. El futuro del país se sume en la incertidumbre, pero el plan que han anunciado los opositores pasa por un “gobierno civil”. Hadi Al Bahra, presidente del máximo órgano político de la oposición siria en el exilio, la Coalición Nacional Siria (CNFROS), afirmó a EFE este domingo que existe un acuerdo tras la caída del presidente sirio, Bachar al Assad, de que el gobierno de transición será “civil”.

Una mujer ondea una bandera siria después de que combatientes de la oposición tomaron el control de la ciudad de Hama, Siria, el 7 de diciembre de 2024.

“Hay un acuerdo de que el órgano de gobierno de transición no será de HTS (el islamista Organismo de Liberación del Levante, en español) ni del Gobierno de Salvación. Será civil”, afirmó el político sirio en declaraciones en los márgenes del Foro de Doha. Al Bahra explicó que entre la coalición opositora hay un conjunto de normas “para garantizar que no haya extremismo sobre el terreno, ni mala conducta, ni violación de los derechos humanos“, algo que aseguró que “hasta ahora está funcionando muy bien” pese a que todavía no se ha reunido con el líder de HTS, Abu Mohamed al Jolani.

Por su parte, el jefe del Estado Mayor del Ejército israelí, Herzi Halevi, aseguró este domingo que Siria se ha convertido en el cuarto frente en el que mantiene una operación terrestre, sumándose a Gaza, Cisjordania y Líbano, tras el despliegue de fuerzas en la zona desmilitarizada fronteriza.

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