Como viene ocurriendo desde hace más de 19 meses, las mujeres son las principales víctimas de la guerra que libran las fuerzas israelíes y Hamás en la franja de Gaza. Un infierno que, lejos de haber comenzado a experimentar mejoras, no hace sino empeorar con el paso de las jornadas habida cuenta de que el Gobierno de Netanyahu rehúsa ya cualquier negociación con la organización terrorista palestina y anticipa una invasión total del territorio, sometido a un largo bloqueo de ayuda, nueve semanas, de ayuda que -al margen de las víctimas que tiene cada ofensiva aérea, cada bombardeo- cuesta cada día la vida a muchas personas.
Según datos de las autoridades de Gaza -en manos de Hamás-, la ofensiva israelí iniciada el 8 de octubre de 2023 ha costado la vida a más de 53.000 personas y ha obligado a dejar sus hogares a la práctica totalidad de los supervivientes, más de 2 millones de almas más. En este sentido la revista científica The Lancet avisaba el pasado mes de febrero de que la cifra real de pérdidas humanas -directas e indirectas- puede ser muy superior a la que reconocen las autoridades sanitarias de la Franja.
El 70% de las víctimas son mujeres y niños
Según datos de la ONU de comienzos de año, en torno al 70% de las víctimas mortales del conflicto son mujeres y niños. Con arreglo a datos más recientes -publicados el pasado 19 de mayo- de la agencia UN Women, más de 28.000 mujeres y niñas han perdido la vida en la Franja desde octubre de 2023 como consecuencia de los ataques israelíes contra Hamás, o lo que es lo mismo, una mujer y una niña muertas cada media hora.

Muchas de esas mujeres muertas son madres o abuelas, las cuales dejan detrás familias rotas -incluidos niños y niñas huérfanos- para siempre. Un aspecto de la tragedia humanitaria que a menudo, dada las dimensiones de lo ocurrido, pasa desapercibido, pero que anticipa sufrimiento y dolor durante años, décadas para los supervivientes de esas familias destruidas. A falta de una solución política para el futuro de Gaza, las mujeres palestinas de la Franja seguirán sufriendo, además del peso del hogar, la discriminación educativa y laboral en una sociedad machista como la de Gaza, gobernada por un movimiento islamista inspirado en la Hermandad Musulmana desde su victoria electoral -la única- de comienzos de 2006.
Niveles de hambre catastróficos
Según los citados datos del informe de UN Women, las condiciones de vida en Gaza se han venido deteriorando a pasos agigantados desde la vuelta a las hostilidades en marzo pasado. El conjunto de la población gazatí, más de dos millones de personas, se queda sin comida y agua potable, y una hambruna generalizada es cada vez más una realidad. De acuerdo a la citada agencia de la ONU, cada mujer o niña, más de un millón de personas, “afronta niveles de hambre catastróficos”. “Las mujeres y las menores están atrapadas, afrontan el desplazamiento forzoso, tasas de mortalidad maternal crecientes y una falta severa de mecanismos de seguridad y protección”, concluye la información difundida esta semana por UN Women.

Con todo, desde la citada agencia de Naciones Unidas para las mujeres se asegura que se seguirá trabajando con organizaciones de la sociedad civil lideradas por mujeres en su afán por ofrecer servicios esenciales y apoyo a las poblaciones más afectadas. En cualquier caso, “la escala del sufrimiento excede la capacidad y los recursos actuales. Sin que el acceso a la ayuda humanitaria, el apoyo y la financiación experimenten un aumento significativo, un incontable número de vidas están en peligro”, remataba esta semana la UN Women, que “se une al secretario general de la ONU en la llamada a un alto el fuego inmediato, una también inmediata restauración del acceso del material humanitario sin restricciones y la liberación incondicional de todos los rehenes y las personas detenidas de manera arbitraria”.

Por su parte este mismo miércoles, el comisionado general de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados, Philippe Lazzarini, afirmaba que “nadie debe sorprenderse con las escenas de ayuda que se ha perdido o ha sido saqueada”. “La gente de Gaza ha sufrido hambruna y falta de elementos básicos incluidas agua y medicinas durante más de 11 semanas. Las madres y los padres se han quedado sin comida para sus hijos. Los mayores se mueren porque no tienen medicinas”, concluía ayer el representante de la ONU.