Opinión

12 de octubre, Día de la Fiesta Nacional

Madrid acoge el desfile de la Fiesta Nacional con la vista puesta en el cielo
Fernando Adolfo Gutiérrez Díaz de Otazu
Actualizado: h
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Celebramos este domingo una feliz festividad de fraternidad entre todos los ciudadanos que formamos parte de este proyecto colectivo, que se consolida con el transcurso de su historia compartida y que la comunidad internacional de naciones conoce y reconoce como España.

De entre todas las definiciones de Patria que se han formulado en el devenir de nuestra historia compartida como nación, mi favorita es, sin duda, la contemplada en las Reales Ordenanzas para las Fuerzas Armadas de 1978, en cuyo artículo 2 se manifestaba literalmente que “bajo el mando supremo del Rey, las Fuerzas Armadas, constituidas por el Ejército de Tierra, la Armada y el Ejército del Aire, están exclusivamente consagradas al servicio de la Patria, quehacer común de los españoles de ayer, hoy y mañana, que se afirma en la voluntad manifiesta de todos”.

Sea bienvenida la celebración de esta festividad en estos tiempos de afirmaciones políticas en ocasiones abruptas y de confrontaciones aparentemente irresolubles para detenernos durante una jornada en la constatación de la maravillosa realidad que conformamos entre todos los españoles y que conmemoramos con esta festividad del Día de la Fiesta Nacional.

Aunque alguno de los eventos más relevantes de esta celebración se sustancie con la participación de diferentes Unidades y recursos de nuestras Fuerzas Armadas, con especial mención, como es lógico a la parada y desfile militar del propio 12 de octubre, no es éste el Día de las Fuerzas Armadas, el día en el que los españoles rendimos homenaje a los soldados de nuestros Ejércitos. Tal día se conmemora, como es sabido, anualmente, en el fin de semana más próximo a la festividad de San Fernando, el 30 de mayo.

Este día, el de la fiesta nacional, es el día de todos nosotros, el de todos los españoles, a cuyos eventos nuestros soldados aportan, como siempre hacen, lo mejor de sí mismos para que esta celebración adopte la brillantez de la que todos deseamos se vea adornada para hacer así gala de lo que realmente conmemoramos, la espléndida realidad que hoy representa nuestra nación como consecuencia del esfuerzo acumulado de los españoles de todos los tiempos que, en el momento en el que les correspondió, dieron lo mejor de cada uno para que ese “quehacer común de los españoles de ayer, hoy y mañana que se afirma en la voluntad manifiesta de todos” que se definía en las Reales Ordenanzas para las Fuerzas Armadas de 1978, fuera en cada uno de los episodios de nuestra historia, glorioso y un logro del que sentirse orgullosos.

Quiera Dios que los españoles de nuestra generación estemos a la altura de los que nos precedieron y continuemos añadiendo páginas de éxito a ese proyecto compartido que a todos nos corresponde llevar al futuro con la mirada puesta en las generaciones que están por venir y que merecen recibir una España, al menos tan esperanzadora como la que nosotros recibimos de nuestros padres.

Feliz Día de la Fiesta Nacional a todos.