Opinión

Donación altruista

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La prohibición de vender órganos es una medida antieconómica dictada por gobiernos retrógrados que pretenden cercenar la liberad de comercio y el crecimiento económico. Hay una demanda de órganos y el único motivo por el que se prohíbe su comercio es la perpetuación del estado como único juez capacitado para decidir quién sí y quién no puede adquirir nuevos órganos.

La sangre, afortunadamente, ya se vende, aunque los donantes no la cobremos. Córnea, riñón, pulmón: órganos que vienen de dos en dos, con lo que uno es perfectamente prescindible. En un país verdaderamente civilizado, se podrían vender también brazos y piernas (que también son pares). Se ha demostrado que la vida sin extremidades es posible, y la venta estaría muy bien pagada, evitando el mal uso de las pagas, siempre improductivas.

Es falso que solo los pobres vendan órganos; son docenas las personas que pueden regalar órganos a gente que necesita uno o que quiere cambiar los suyos por unos más frescos y juveniles.

Para empezar, es injusto llamarlo venta cuando realmente es una donación con compensación económica. Esta donación compensada viene con todas las garantías para el receptor: examen médico del donante, ficha completa (con sus hábitos de vida, su edad, y su CI) y seguimiento durante los meses que dura el proceso. El receptor puede, en todo momento, decidir sobre las intervenciones médicas del donante. En caso de que, por ejemplo, el estado vital del donante pueda amenazar la integridad del riñón a donar, siempre se velará por el bienestar del receptor. En caso de que el riñón no sea apto por un accidente en la operación que resulte con la muerte del donante, el receptor será compensado económicamente. La dieta a seguir durante los meses previos a la operación también será estrictamente supervisada por la empresa intermediaria entre el donante y el receptor.

El donante, por otro lado, será compensado con una cantidad que le permitirá vivir dignamente un año si es en un país del primer mundo, y hasta dos si se trata de un país en vías de desarrollo. El negocio de la donación compensada de órganos puede ser un motor de crecimiento económico en países como Rusia, Ucrania, o Georgia entre otros. Según varios estudios sobre el receptor de intención, estos preferirían adquirir sus nuevos órganos en países de población mayoritariamente blanca, aunque no hay que dejar de lado un mercado más económico en países de África y América del Sur.

Una legislación a favor de la donación compensada de órganos, sangre y extremidades, traería mucha felicidad también a gente que desea cambiar sus órganos por otros más jóvenes, y también a personas que, por circunstancias de la vida, se han visto obligadas a consumir sustancias que han envenenado su sangre. La transfusión de sangre permite una vida nueva y mejor a gente que desea vivir una segunda juventud.

Solo el wokismo del siglo XXI es capaz de legislar algo tan necesario como la venta/donación de órganos ( y sangre, y extremidades), alejándonos de la prosperidad que otros negocios afines han dado en el pasado. La prohibición del trabajo infantil, de los zoos humanos, y la implantación de la jornada laboral de ocho horas (esa que, por fortuna, aún se puede esquivar). Afortunadamente, la gestación subrogada continúa siendo posible ¿Para cuándo legalizar algo tan altruista y enriquecedor como la venta de órganos?