El Colectivo de Víctimas del Terrorismo (COVITE) ha denunciado que el que fuera jefe político de la banda terrorista ETA, Mikel Albisu, ‘Mikel Antza’, presenta un programa literario titulado ‘Irakurrieran‘ en Bizkaia Irratia. La emisora produce el programa junto con la asociación Euskaldún Idazleen Elkartea.
El programa, centrado en la difusión de la literatura vasca, esta incluida dentro del conjunto de actividades subvencionadas por la Diputación de Vizcaya, concediéndole 53.000 euros para su realización. la cifra consta dentro de la Base de Datos Nacional de Subvenciones, según se señala en u comunicado.
Covite ha calificado como “indecente e inmoral” que una institución pública financie un programa cultural “dirigido por quien fue responsable de la estrategia de la socialización del sufrimiento”, y ha subrayado que esta estrategia “fue una de las más siniestras de ETA y causó un daño irreparable en la sociedad vasca y navarra”.
Asimismo, ha subrayado que ‘Mikel Antza‘ “no ha realizado ninguna revisión crítica ni pública de su pasado criminal dentro de la organización terrorista”, y ha denunciado que “se le esté presentando ante la sociedad como un intelectual comprometido con la cultura cuando nunca ha mostrado arrepentimiento por haber dirigido una organización terrorista ni ninguna empatía hacia sus víctimas”.

Pertenencia a ETA
El que fuera jefe político de la banda terrorista fue una de las piezas más importantes dentro de la organización. Sustituyó en el aparato político a José Luis Álvarez Santacristina, ‘Txelis’, y fue considerado el estratega de la ponencia Oldartzen. Aquello marcó la nueva estrategia de ETA a partir de 1994, cuando la banda comenzó a atentar también contra dirigentes políticos.
Posteriormente, se implicó en la negociación de la tregua de Lizarra de 1998. Así, en mayo de 1999 fue uno de los interlocutores de ETA en el diálogo abierto en Zurich con emisarios del Ejecutivo del PP de José María Aznar (en la que también participó como mediador el obispo Juan María Uriarte).
En 2004, en una operación de la policía francesa donde desmantelaron varios zulos de la banda en Iparralde, fue arrestado junto a varios compañeros, siendo un golpe duro para ETA. A raíz de aquello, se descubrió un importante arsenal diseminado por todo el País Vasco francés. En 2019, salió de prisión tras cumplir una condena de 20 años en Francia y fue devuelto a España, para poner rumbo a San Sebastián.