Opinión

Saber estar

Recepción de los Reyes en el día de la Fiesta Nacional
María Dabán
Actualizado: h
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En la vida, en general, hay que saber estar en los sitios, por mucho que no nos apetezca, por muchos sapos que a veces, nos guste o no, tengamos que tragarnos. El periodista y realizador, Álvaro de Cózar ha hecho una serie documental titulada “La última llamada” en las que los cuatro expresidentes de Gobierno vivos reflexionan sobre sus años de mandato. En el capítulo dedicado a Mariano Rajoy, el exlíder popular admite por primera vez que, la famosa tarde en la que se debatía la moción de censura contra él, debió estar en el hemiciclo por sentido institucional y no en el reservado de un restaurante (Rajoy dice de paso que también tenía que haber estado durante la moción de censura presentada por Pablo Iglesias, pero la importante es la que le desalojó de Moncloa, claro).

Felipe VI, junto al fiscal general del Estado en la apertura del año judicial
Efe

En los últimos tiempos, con la polarización política más acentuada que nunca, estamos viendo cada vez más muestras de desprecio institucional por parte de nuestros políticos. Lo vimos en el mes de septiembre cuando Alberto Núñez Feijóo declinó ir a la apertura del Año Judicial presidida por el Rey Felipe como protesta contra la situación procesal del fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz. Y lo vimos el domingo pasado cuando Pedro Sánchez y 21 de sus ministros (sólo se quedó Óscar Puente) abandonaron el Palacio Real después del besamanos con los Reyes para no tener que participar en los corrillos con los invitados a la recepción del Día de la Fiesta Nacional en el Palacio Real. Moncloa insinuó que el presidente tenía que viajar a Egipto para la ceremonia del plan de paz para Gaza, aunque lo cierto es que el avión oficial no despegó hasta el lunes por la mañana. Sánchez evitaba así dar cualquier tipo de explicación sobre los temas cada vez más incómodos que le rodean, especialmente los relacionados con su mujer, con su hermano y con sus dos exsecretarios de Organización. El Gobierno quiere dar la imagen de que estos casos están superados, de que el PSOE ya se está recuperando en las encuestas (sobre todo en la del CIS, que le da quince puntos de ventaja sobre el PP. Un día Tezanos acabará siendo acusado de prevaricación, tiempo al tiempo) y cualquier frase inadecuada puede dar al traste con esa estrategia, al margen claro de que, a ver cómo explica el presidente lo de las putas, las chistorras… del que fuera su mano derecha.

Ni el presidente ni los ministros de Sánchez no se quedaron en el Palacio Real
Efe

Sentido institucional le falta, y mucho, a Santiago Abascal, que evitó su presencia en la tribuna de autoridades del Día de la Fiesta Nacional y en el besamanos posterior en el Palacio Real, con la excusa de que “el Gobierno utiliza estos actos para blanquear su gestión”. Lo que olvida Abascal es que estos actos estaban presididos por el Rey, el jefe de estado de esa patria que tanto dice defender. En su día, el líder de Vox también criticó al Papa y a la Conferencia Episcopal. A este paso, acabaremos pensando que quiere ser él, quien ostente a la vez la mitra papal y la corona. Abascal, tuvo tiempo, eso sí, para hacerse unas fotos con los asistentes al desfile (aunque no lo hizo claro, por razones electorales) y para ir por la tarde a los toros a ver a Morante en su adiós.

Deberían tener cuidado nuestros políticos con su desprecio a las instituciones porque, lo queramos o no, estos gestos acaban erosionando nuestra democracia y si ellos no dan ejemplo alguno, ¿cómo van a pretender que los ciudadanos les respeten?