Vea y lea el editorial de este jueves, 11 de septiembre, de la periodista Ana Rosa Quintana
Buenos días. “Europa está en lucha”. Son las palabras de la presidenta de la Comisión Europea tras la invasión del espacio aéreo de Polonia por parte de Rusia . Poca broma. En un tono solemne, Ursula von der Leyen dijo que “la UE es un proyecto de paz, pero ya no hay espacio para la nostalgia”. Recordemos que todo empieza siempre por Polonia. Putin ha querido medir la capacidad de reacción de Europa con la complicidad de China. Con Rusia entrando sin permiso en nuestro espacio aéreo, ¿es el momento de que nuestro Gobierno se acerque a un régimen chino asociado con Putin? ¿Es el momento de dar la espalda a Estados Unidos y a Israel? ¿Era ayer el momento de irse al cine a ver la peli de Amenábar con Begoña recién llegada del juzgado? Hay que elegir entre la Polonia europea o el Polonio de Putin. Europa ha excluido a Sánchez del gabinete de crisis de los grandes líderes europeos. Aunque nuestro presidente crea que su embargo a Israel le situó a la cabeza de algún liderazgo internacional. Ahora todo es Israel, como demostró ayer en el Congreso. ¿Qué opina de los casos de corrupción que le rodean? Gaza. ¿Qué opina de la pentaimputación de su mujer? Gaza. ¿Qué opina de que una asesora le haga favores personales para recaudar dinero? Gaza. ¿Debe dimitir el Fiscal General? Gaza. Repita conmigo, señoría: Corrupción. Mientras, la presidenta del Congreso tiene el “insultómetro” averiado. Reprende a Abascal por insultar al presidente, pero se queda callada ante los insultos de Bolaños a Cayetana Álvarez de Toledo. El presidente dijo en su última entrevista que no había que insultar, pero claro, llamar a Cayetana “embustera, difamadora y cara de bulo” es cortesía parlamentaria. Sánchez no fue a la reunión de líderes europeos pero estuvo en la votación de la reducción de la jornada laboral de Yolanda Díaz y la dejó más sola que la una en su derrota. Yolanda recurrió una vez más a la primera persona del singular y fue más Yo, Yolanda que nunca al asegurar que “Yo, Yolanda, soy la representante de la lucha obrera de clases” y calificó a Junts de derecha capitalista y burguesa. Ya no son esos socios a los que Sánchez incluía en la mayoría progresista cuando decía: “Somos más”. Sánchez y Marlaska cambiaron el escaño por la butaca porque se fueron al cine a ver una película cuyo título representa todo lo que es este Gobierno. Tenemos un país paralizado y preso de las decisiones que se toman en Waterloo. Como en la película de Amenábar, tenemos un Gobierno Cautivo.