Felipe VI: “La voz de Europa debe oírse”

El Rey entrega en Yuste los premios Carlos V y señala que, tras el 9-J, se abre una legislatura que afrontará "desafíos muy grandes, tanto internos como externos" y en la que Europa "se juega su futuro".

Felipe VI, a su llegada al monasterio de Yuste
Felipe VI es recibido por un grupo de escolares a su llegada al monasterio de Yuste EFE

La entrega de los premios Carlos V en Yuste que preside el Rey anualmente han cobrado este año un significado especial, ya que tienen lugar cinco días después de los resultados de las elecciones generales europeas. El Jefe del Estado ha señalado que vivimos “momentos decisivos”, en los que se está definiendo el mundo, por lo que ha sido claro: “Europa se juega su futuro”.

Un tablero mundial en el que se están abriendo numerosos frentes bélicos, los más mediáticos la guerra entre Rusia y Ucrania y el conflicto entre Israel y Gaza, le ha conducido al Monarca a la siguiente reflexión: “El mapa geopolítico está cambiando, Europa debe recuperar la competitividad, buscar una posición preeminente en el tablero geopolítico y y geoeconómico internacional”. En esta línea argumentativa, Don Felipe ha pedido: “La voz de Europa debe oírse”, porque, a su juicio, supone escuchar los valores que la representan: “La dignidad humana, la libertad, la democracia, la igualdad, el estado de derecho, el respeto a los derechos humanos, el pluralismo, no discriminación, la tolerancia, la justicia, la solidaridad y la igualdad entre hombres y mujeres”.

En este acto, ante la presencia del galardonado, Mario Draghi, ex presidente del Banco Central Europeo, Don Felipe ha remarcado que “el alma de Europa son sus ciudadanos” y, por tanto, “todas las políticas tienen que situarlos en el centro de acción”. Y ha recordado que son los europeos los que pueden decidir qué Europa quieren en un mundo en transformación, por lo que las instituciones europeas “deben saber dar respuestas actuales y realistas a los desafíos”.

El Monarca es consciente de que la legislatura que comienza no será sencilla. A nivel nacional, el Rey acaba de sancionar la ley de amnistía, que el presidente del Gobierno pactó con los grupos separatistas catalanes para poder gobernar. Una ley que ahora Europa debe someter a examen. “Habrá que hacer frente a grandes desafíos, tanto internos como externos”, ha aseverado el Rey, “una legislatura que puede transformar el club comunitario, que va a suponer una reformulación de muchas estrategias”.

El Rey ha recordado al primer premiado, hace casi 30 años, Jacques Delors, quien murió el pasado mes de diciembre. En honor al arquitecto, ha rescatado unas palabras de su intervención en la tierra extremeña, cuando aseveró que “sólo saldremos adelante con las obras del espíritu y el impulso moral que han guiado siempre a los mensajeros y artesanos de la paz”.

El próximo 19 de junio el Jefe del Estado cumplirá 10 años de reinado. Durante estos dos lustros en la cúspide de del Estado, ha apelado en numerosas ocasiones por la necesidad de llegar a acuerdos. En el día de hoy, desde el monasterio en el que Carlos I de España, V de Alemania, pasó sus últimos días, el emperador que apostó por el concepto europeo, el Monarca ha reivindicado el valor de las palabras, y volver a “algo tan fundamental como la conversación”.

Don Felipe se ha referido al último verso de  La Divina Comedia de Dante Alighieri. Al final de las tres cánticas, ha recordado que Dante las termina con la palabra “estrellas como forma de esperanza”. Un  guiño a los ciudadanos europeos para no dejar de mirar a las “estrellas de la bandera europea que simbolizan los ideales de unidad, solidaridad y armonía”, entre los pueblos de Europa.

Con un toque lírico, esperanzador y de unidad, el Rey ha terminado así su discurso: “Las realidades existen porque alguien las soñó primero. El sueño europeo sigue siendo nuestra mejor realidad”.

 

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