Todas las esperanzas del PP están puestas en una mujer. En María Guardiola, que abrirá la veda electoral colocando las urnas en Extremadura el próximo 21 de diciembre. Frente a un Vox muy fuerte según las encuestas, su plan pasa por buscar el votante más moderado, dándole un “bocado definitivo” al PSOE. Tendrá como apoyo a Alberto Núñez Feijóo, que protagonizará una caravana paralela. “Lo que nadie discute es que vamos a ganar”, se reivindican.
Las actuales encuestas en manos del PP sitúan a Guardiola entre los 29 y 30 escaños, siendo la fuerza más votada. En las últimas elecciones consiguió 28 escaños y fueron segundos. El PSOE estaría entre los 23 y 24 -perdiendo entre cuatro y cinco escaños- y Vox entre los 9 y 10, duplicando su resultado. Mientras, Unidas Podemos se quedaría entre los 4 y los 5, tal y como ha podido saber este diario.
Con estos datos, de confirmarse en la noche electoral, Guardiola dependería de Vox para mantener la Junta de Extremadura. Es algo que ya empiezan a reconocer en su entorno, no sin incomodidad evidente. Si bien el objetivo es gobernar en solitario. Esto es, sin sentar a Vox en su consejo de gobierno. “No pasaremos por el aro de Vox”, dicen en el entorno de la presidenta.
“Ella tiene líneas rojas, todo lo que tiene que ver con la mujer, la violencia machista, los derechos de las mujeres y la inmigración. Ese es el aro por el que no va a pasar”, advierten quienes la conocen, que ya dan por hecho que iría a elecciones antes. Además, aseguran, esta vez tiene “las manos libres” para actuar sin que Génova le doble el brazo. Y es que, en las pasadas elecciones, Guardiola trató de plantar cara a Vox, pero la dirección nacional le obligó a pactar ante la cercanía de las generales.
La intención de Guardiola es hacer una campaña muy “pegada al territorio”, de puerta a puerta, con el objetivo de “vender gestión”. “Quiero decirles que aquí tienen una opción seria y responsable, que somos un proyecto político que pone en el centro a las personas y que cumple con sus compromisos”, empezó la campaña.
Pero, Guardiola no solo quiere neutralizar a Vox con su discurso de cercanía. También quiere crecer apelando al votante socialista, al que cree poder seducir en medio de toda la vorágine que se vive en Madrid con el caso Salazar, pero también aprovechando la imputación del candidato del PSOE en Extremadura. “El PSOE ha gobernado 40 años en Extremadura, tiene una estructura amplia y es difícil que se caiga el voto. El que esté descontento se irá a la abstención a Unidas Podemos”, admiten. Pero esa es la operación.
En Génova se reconoce que la mayoría imposible de Guardiola es “difícil”, pero se vende ya como un éxito que Guardiola saque más voto que toda la izquierda junta, a diferencia de lo que ocurrió en las elecciones de 2023. La apuesta de la dirección nacional es que solo necesiten la abstención de Vox. El problema es que Vox abre la puerta ya a pedir entrar en el gobierno para permitir la investidura de la líder popular. “Dependerá de la fuerza que nos den los extremeños”, explican en la dirección nacional.
Caravana paralela
De fondo, en el PP no se tira la toalla y persigue esos tres escaños que darían la absoluta a Guardiola. Así, el propio Feijóo se va a implicar totalmente en la campaña electoral. Este jueves recorrió Don Benito, Villanueva de la Serena y Almendralejo de la Copa del Rey. Hoy hará lo propio en Mérida, Casar de Cáceres y Pinofranqueado.
El líder del PP busca peinar todo el territorio en campaña electoral para ayudar a Guardiola a frenar el ascenso de Vox. Pero, además, en Génova fían a esta convocatoria un revulsivo para desgastar al PSOE a nivel nacional. “Pueden ser el inicio del fin del sanchismo y el inicio del fin de la decadencia política que está viviendo este país”, advirtió Feijóo en Badajoz.
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