El ala oeste de Moncloa

La reflexión de Pedro se convierte en la reflexión de Yolanda

Los días en off del presidente le sirvieron a Sumar para constatar que tienen que reclamar su cuota de protagonismo dentro del Gobierno de coalición para evitar que el PSOE siga comiéndose todo el pastel

Yolanda Díaz - Política

Yolanda Díaz, vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Trabajo. Kilo y Cuarto

No había terminado Sánchez de pronunciar su “me quedo” en la escalinata de Moncloa y ya estaba Yolanda Díaz en el asiento de atrás del coche oficial corriendo a verse las caras con él en el palacio. Habían cruzado mensajes, pero la decisión final del presidente no hizo vibrar el móvil de la jefa de Sumar, sólo les llegó a sus pretorianos del PSOE minutos antes de comunicarla. Si el líder de los socialistas tuvo a ciegas a su partido durante cinco días, su socio de coalición no iba a ser una excepción. La izquierda más a la izquierda también se subió por las paredes durante las 120 horas en off del presidente, constatando que de nuevo se quedaban en fuera de juego en una encrucijada trascendental. Las reacciones fueron tan variadas como el ecosistema que conforma el partido de Díaz y compañía.

La vicepresidenta no dudo en dar su apoyo y comprensión a Pedro Sánchez entendiendo que estaba pasando por un momento muy complicado. La palmada en la espalda ha sido la tónica general, pero al mismo tiempo no faltaron las críticas sobre todo cuando se constató que el presidente atinaba (a juicio de Sumar) en el pronóstico de la situación de la prensa o la justicia, pero no traía bajo el brazo ninguna solución tras comerse la cabeza durante cinco días. Tampoco gustó que se amagara con tirar la toalla dejando el terreno expedito para la derecha.

Toca pisar el acelerador legislativo

Sumar ha aprovechado la reflexión de Sánchez para hacer su propia reflexión. Tras ver como el PSOE sigue yendo a lo suyo en algunas decisiones que influyen drásticamente en el Gobierno de coalición creen que ha llegado la hora de asomar la cabeza. En el partido de Díaz ha dolido que los socialistas se intenten apropiar de medidas que en origen venían con su vitola, como las subidas del SMI, la reforma laboral, el fin de las Golden Visa, la pelea por la causa Palestina o la reducción de la jornada de trabajo.

Fuentes de la formación reconocen que “lo que más nos luce es la munición legislativa” y por ello exigen que el Congreso vuelva a carburar, “porque la legislatura no arranca”. No ha pasado una semana desde el impasse presidencial y desde las filas de Díaz se presiona para que se modifiquen de una vez las mayorías que permiten elegir a los integrantes del Consejo General del Poder Judicial. También creen que ya no hay excusas para no derogar de una vez por todas la ley Mordaza. En lo que los socialistas se aprestan a ponerse las pilas Sumar ya ha dado síntomas de querer moverse y su primera jugada ha sido la de prescindir del Premio Nacional de Tauromaquia, una decisión que ha cambiado el malestar de bando; algunos barones territoriales del PSOE como Page o Andueza han mostrado su rechazo a que desde el Gobierno se torpedee la Fiesta.

Acuciado por la indecisión de Izquierda Unida, el ninguneo de otras fuerzas parlamentarias, la presión de Podemos y los escasos réditos electorales, el partido de partidos necesita desperezarse. Se afrontan nuevas citas complicadas en las urnas con unas Europeas en las que parte del voto verde se irá con Ribera y el feminismo igual opta por el morado Irene Montero. Sumar se encuentra en un momento muy complejo y un PSOE absorto en sus propias tribulaciones no ha tenido en cuenta la salud de su principal aliado. No obstante, tras esta semana de post reflexión pedrista ha quedado algo claro: Yolanda Díaz y los suyos también han reflexionado.

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