Ajuste de cuentas

“Montoro tenía muchos enemigos dentro y fuera”: los históricos del PP ajustan cuentas

El exministro tuvo sonados enfrentamientos con De Guindos o Margallo. Del círculo de confianza de Santamaría, también estaba en guerra con Cospedal. Su imputación revive los enfrentamientos en el Gobierno de Rajoy

Soraya Sáenz de Santamaría, Cristóbal Montoro y Dolores Cospedal
Kiloycuarto

Quienes trabajaron cerca de él conocen sus “formas de actuar” y ponen en alerta al actual PP de cara a las consecuencias de su imputación. “Se ha ganado muchos enemigos”, dicen sobre el exministro Cristóbal Montoro. “Dentro y fuera”. Así, históricos del partido recomiendan a Génova que sepa muy bien cómo moverse entre aguas revueltas para que el caso judicial vinculado con el exministro de Mariano Rajoy no perjudique a las siglas nacionales.

Al frente de Hacienda, Montoro enfadó a muchos en el partido. Esperanza Aguirre y Rodrigo Rato lo verbalizaron públicamente y se declararon víctimas del ministro. Pero la lista es alargada, desde alcaldes a presidentes autonómicos. También en el Ejecutivo de Rajoy. Él tomó partido por Soraya Sáenz de Santamaría en su guerra con María Dolores de Cospedal.

A raíz del caso Montoro, se ha instalado el temor de que se puedan abrir otras cuitas internas, con la vista puesta en el “caso Kitchen”. Pero, sobre todo, preocupa no controlar los tiempos ni la situación. Solo horas después de que estallara todo, Alberto Núñez Feijóo despachó con Rajoy en un almuerzo el jueves, tal y como avanzó El Plural y confirmado por este diario, en una comida prevista de antemano.

El exministro de Hacienda y Función Pública Cristóbal Ricardo Montoro

Tal y como avanzó este periódico, Montoro acudió al cónclave en el que fue entronizado Feijóo, donde fue saludado por muchos. Hoy, la indignación con el exministro de Hacienda con Rajoy es general. “No tenía amigos”, dicen veteranos populares. “Solo influencia en el ámbito económico”, precisan, y el “valor diferencial” de ser mano derecha de Sáenz de Santamaría.

En su etapa como ministro se puso en contra a una buena parte del partido, sobre todo por su política fiscal. Los más perjudicados, de hecho, fueron las estructuras locales y autonómicas. Montoro centralizó el control presupuestario de las comunidades autónomas, impulsó leyes de estabilidad y obligó a ayuntamientos y autonomías a cumplir estrictas reglas fiscales. Uno de sus mantras fue el de “los servicios públicos no se pagan con ideología, se pagan con impuestos”.

Montoro fue el artífice de subir los impuestos –directos e indirectos- e introducir nuevos gravámenes, a pesar de que el PP llevó a su programa electoral el compromiso explícito de no subirlos. En el partido le critican por haber querido “subir los impuestos más que IU”, como verbaliza Aguirre en una entrevista con Artículo14 este sábado. “Tendría que haber roto el carnet del PP en ese mismo momento”, le reprochan en el PP de Madrid.

El choque con Guindos o Margallo

Dentro del Gobierno también protagonizó varios rifirrafes con sus propios compañeros. El primer Consejo de Ministros tas las elecciones de 2011 protagonizó una batalla con Luis De Guindos, el titular de Economía. Montoro quería subir el IRPF y de Guindos apostaba por un aumento del IVA. Esa pugna la ganó Montoro. 

En el partido también reviven las desavenencias entre el titular de Hacienda y el de Exteriores, José Manuel García-Margallo. El primero le achacó “arrogancia intelectual” y el segundo le llegó a llamar “ágrafo”. Más adelante se desvelaría que el ministro de Hacienda ordenó a la Agencia Tributaria la investigación de las tributaciones del ministro de Exteriores,García-Margallo por haber tributado a un tipo inferior al que debería haberlo hecho según la legislación española durante su etapa como eurodiputado.

Cristóbal Montoro, Rodrigo Rato y Mariano Rajoy.
EFE

Más allá de la “batalla fiscal”, hay quienes se centran en la guerra por el poder dentro del Gobierno. El partido “estaba completamente roto”. Había dos bandos claros. “O estabas con Soraya (Sáenz de Santamaría) o con (María Dolores de) Cospedal”, explican. Montoro estaba con la vicepresidenta del Gobierno, junto a Fátima Báñez, y los ministros Íñigo de la Serna, Íñigo Méndez de Vigo, Alberto Nadal o Alfonso Alonso.

Fue una etapa muy difícil en la que todo estaba contaminado por ambas influencias”, recuerdan. “Los que mandaban eran Soraya y Montoro”, dicen otros que reviven varias “luchas por el poder” dentro y fuera del Consejo de Ministros con el objetivo de tener influencia sobre el entonces presidente del Gobierno y en la era “post Rajoy”. Se imputa a Rajoy la responsabilidad de haber hecho “algo” por frenar “la guerra descarnada” dentro del PP. “Se le puede censurar que no tomara decisiones, que no pusiera límites a esa batalla”, opinan.

¿Qué pasará con Alberto Nadal?

De cara al futuro, en el viejo PP trazan un cordón sanitario ante la nueva cúpula. Solo hay un “cabo” que atar. Se evita poner la mano en el fuego por Alberto Nadal. Recién nombrado vicesecretario de Economía del PP, trabajó codo con codo con Montoro en el ministerio de Hacienda. “Es injusto, pero Feijóo tendrá que reflexionar sobre si traerle o no”, opinan. En Génova aseguran que los planes no han cambiado.

Cristóbal Montoro, en el centro, con Soraya Saenz de Santamaría y Alberto Nadal.
EFE

La orden que ha dado Génova es la de desvincularse totalmente de Montoro y exigir la misma contundencia en este caso que en los que afectan al PSOE. Feijóo rompió su silencio 48 horas después de su imputación. “Lo que haya que investigar, que se investigue”, dijo en sus redes sociales. Además, el PP busca demostrar que actúa totalmente distinto que el PSOE ante cualquier caso de corrupción que le cerque.

La estrategia de Génova es la de confiar en muy pocas voces la respuesta oficial del PP a la imputación de Montoro para evitar disonancias o matices que puedan suponer más problemas al partido. La prudencia es total dentro del PP y en privado son muy pocas las voces que se atreven a dar su opinión. También porque Génova ha ordenado silencio.

Entre los actuales presidentes autonómicos también hay cierre de filas. El presidente de Aragón, Jorge Azcón, avisó que Montoro “tendrá que asumir lo que dicte un juez, como todos los responsables socialistas del actual Gobierno”. La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, criticó que la izquierda trate de darle “lecciones” a Feijóo.