Más allá del clásico rifirrafe entre Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo sobre el que existe una gran expectación, la imagen más potente que quiere exhibir el PP este miércoles es la de tres mujeres que pondran “contra las cuerdas” al Ejecutivo con preguntas con las que buscarán también incomodar a los socios. Se trata de Ester Muñoz, que se estrena como jefa del grupo parlamentario en la sesión de control, y las veteranas Cuca Gamarra y Cayetana Álvarez de Toledo. Un tridente con el que el líder de la oposición busca reforzar su papel en la Cámara.
“¿Cómo cree que su Gobierno está legitimado para combatir la corrupción?“, será la fórmula que emplee Ester Muñoz, la portavoz del PP en el Congreso, en su pregunta a la vicepresidenta María Jesús Montero. Por su parte, Cuca Gamarra preguntará al ministro de Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes, Félix Bolaños, si es “democrática la forma de actuar de su gobierno”, después de que Sánchez denunciara que había “jueces haciendo política”.
La tercera en la estrategia es la diputada Álvarez de Toledo, que pondrá el foco en la reunión entre Salvador Illa y Carles Puigdemont, y así preguntará a Bolaños si está “negociando la reforma de la Justicia con un prófugo de la Justicia”.
Primer cara a cara
El de este miércoles es el primer cara a cara del curso político entre Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo en el Congreso de los Diputados con todos los puentes rotos entre ellos. En el Partido Popular dan máxima relevancia a este envite, con todos los focos apuntando al hemiciclo de la Carrera de San Jerónimo. Y de ahí que su líder haya estado preparando con su círculo más próximo su intervención, del que Génova ha evitado dar muchos detalles para mantener así la expectación.
En julio, Sánchez y Feijóo se despidieron totalmente enfrentados después de que el líder del PP le acusara de ser “partícipe a título lucrativo” de los negocios de los prostíbulos de su suegro. Un tono que mantendrá, según las fuentes consultadas. Un cruce de palabras que llegará en medio de lo que en el PP definen como la “semana negra” para el Gobierno, con Begoña Gómez camino a una nueva cita ante el juez y la apertura de juicio oral del fiscal general, Álvaro García Ortiz. “Un escándalo inaudito”, valoraban fuentes de Génova.
Así, desde el PP adelantan que la oposición a Sánchez seguirá siendo “sin cuartel” y por varios flancos. Primero, situando sacando a colación a su entorno directo. El propio Feijóo ha dado vía libre a su partido a elevar las críticas al acusar al presidente de haber “vivido de la prostitución” por el papel de su esposa en las saunas de su padre. “Es una bajeza moral el lugar en el que ha vivido Sánchez, incompatible con ser presidente de mi país”, censuró en Telecinco el lunes. “Buena parte de su patrimonio familiar viene del abominable negocio de la prostitución”, llegó a decir.
Sin Presupuestos a la vista
Los de Feijóo planean acorralar a Pedro Sánchez por la corrupción con una batería de hasta diez preguntas en el Congreso. Feijóo preguntará al presidente si se “aplicará lo que exigía a los demás”. Un interrogante que le permite reprochar al Ejecutivo por los casos de corrupción que lo cercan, pero también por la exigencia de que presente los Presupuestos.
Feijóo también buscará destacar la minoría parlamentaria de Sánchez al llegar a la mitad de legislatura con dos prórrogas presupuestarias y sin visos de poder aprobar unas nuevas cuentas públicas. “La huida hacia adelante del presidente del Gobierno llega a su fin”, será una de las advertencias que Feijóo le haga a Sánchez.
También habrá espacio para referencias hacia la “hipocresía” que para el PP supone que Sánchez defienda abolir la prostitución cuando “ha sido partícipe a título lucrativo” de ella. Alusiones al “falso feminismo” del PSOE también serán una constante en la línea argumental de los portavoces del PP. Y es que en la dirección nacional del partido han dado la orden de conquistar al voto femenino socialista, el cuál, según los populares está más “incómodo” con el PSOE por las vinculaciones de Cerdán y Ábalos con prostitutas o el caso Salazar.