Salvador Illa ha asumido el papel de liebre. El presidente de la Generalitat catalana es el encargado de abrir paso en la rehabilitación política de Carles Puigdemont. Una semana después de visitar al prófugo en Waterloo, ayer reivindicaba en una entrevista en La Vanguardia la necesidad de que el líder de Junts, sobre el que pesa una orden de detención, regrese a España.
“Hasta que Puigdemont vuelva y Junqueras no pueda ser candidato no habrá normalidad”. La afirmación es mucho más que la expresión de un deseo, es un claro mensaje al Tribunal Constitucional donde tanto el líder de Junts como el de ERC tienen presentados sendos recursos que de serles favorables harían realidad el anhelo del socialista catalán.
“Compromiso con Puigdemont”
“Hay un compromiso con Puigdemont”, adelantan a Artículo14 fuentes del entorno más cercano al ex líder de Junts, que aseguran que los emisarios del presidente le han hecho saber que el Tribunal Constitucional allanará el camino para que esté en Cataluña “lo antes posible”.
El primer paso se dará mañana cuando está previsto que el tribunal de garantías admita a trámite los recursos de amparo presentados por el propio Puigdemont, Lluís Puig y Toni Comín contra la decisión del juez Pablo Llarena y del Tribunal Supremo de no aplicarles la ley de amnistía y mantener en vigor las órdenes españolas de detención.
Se desestimará la medida cautelarísima que había pedido el abogado de Puigdemont, Gonzalo Boye, para que se levantase la orden de detención que pesa sobre su cliente al no haber margen, según las fuentes consultadas, dado que no se trata de una “urgencia excepcional” como recoge el artículo 56.6 de la ley orgánica del Constitucional.

El hecho de que se desestime como media cautelarísima en nada afecta a los planes del prófugo, dado que se resolverá mediante un incidente cautelar ordinario en unos meses y según avanzan fuentes del tribunal de garantías su presidente, Cándido Conde-Pumpido, “hará lo que le pida Sánchez como ocurrió con la amnistía”.
En el momento en que el Constitucional de luz verde a la medida cautelar quedará suspendida la orden de detención que pesa sobre Puigdemont y éste podrá sortear la cárcel como viene exigiendo al Gobierno desde que se firmó el acuerdo para la investidura de Sánchez.
Los plazos dependerán de las recusaciones de magistrados que se lleven a cabo durante el procedimiento. Gonzalo Boye tiene previsto recusar a los magistrados Concepción Espejel, Enrique Arnaldo y José María Macías del sector conservador.

En paralelo se irán estudiando los recursos de amparo que podrían estar resueltos a finales de año cuando el Tribunal Superior de Justicia (TJUE) se haya pronunciado sobre la amnistía tras las cuestiones prejudiciales planteadas por el Tribunal de Cuentas, el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña y la Audiencia Nacional.
El expresidente catalán ha trasladado a su equipo más cercano que su deseo es estar en España este mismo año, mientras en Moncloa también se trabaja ya en la fotografía entre Sánchez y Puigdemont que pudiera servir para despejar la tramitación de los Presupuestos. El socialista asume que esa imagen se tendrá que producir y de ahí la “pedagogía política” para cuando llegue el momento. El equipo del presidente reconoce que si el encuentro es dentro de nuestras fronteras será más fácil. En el calendario también hay que jugar con las próximas citas con las urnas en Castilla y León y Andalucía el próximo año. Alejar el apretón de manos con el perseguido por la Justicia de estas fechas es el objetivo.
Más exigencias
Al margen de las ya sabidas exigencias entre las que está el reconocimiento del catalán en la UE, el traspaso de las competencias en inmigración o mejorar la financiación para Cataluña, la línea roja real para que Puigdemont mantenga su apoyo al Gobierno es su regreso a España.
En manos de Conde-Pumpido está también que Junqueras pueda volver a ser candidato en las próximas elecciones catalanas previstas para 2028. Desde febrero está pendiente de resolución el recurso en el que se pedía como medida cautelar que se levantase su inhabilitación. El republicano necesita también algún aliciente para que su formación siga como muleta de Sánchez.
Con la amnistía superada, la siguiente pantalla del pacto Sánchez-Puigdemont es el retorno del expresidente catalán con la venia de Conde-Pumpido cuyo mandato en el TC caduca en diciembre. El presidente del tribunal de garantías aspira a un puesto permanente en el Consejo de Estado. Los tiempos de unos y otros coinciden, los intereses (por ahora) también.