Sánchez amaga con dimitir

Desconcierto en Moncloa: “Ni él mismo sabe lo que va a hacer”

El presidente abre una crisis sin precedentes al plantearse dar un paso al lado por la investigación judicial a Begoña Gómez. Se encomienda a Zapatero y no se descarta que convoque una cuestión de confianza para quedarse por "aclamación"

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. EFE

“Se va. Su equipo le ha pedido unos días, pero se marcha”. El mensaje salía de La Moncloa minutos después de que Pedro Sánchez publicase en las redes sociales una carta a la ciudadanía anunciando que cancelaba su agenda hasta el lunes. “Necesito parar y reflexionar”, argumentaba. El padre del manual de resistencia estaba “tocado” y con un “cabreo descomunal” tras conocerse que un juez había abierto diligencias para investigar un posible tráfico de influencias de su esposa, Begoña Gómez. Aguantó con el gesto serio la sesión de control en el Congreso. “Sigo confiando en la Justicia”, afirmaba a preguntas del portavoz de ERC, Gabriel Rufián. Nada hacía presagiar el amago de dimisión en diferido, que sólo compartió con un reducido grupo de ministros. Sánchez se encerró en Moncloa con su familia. A diferencia de crisis, como la que acabó en el adelanto electoral del 23 de julio,  esta vez esquivó a los asesores. Fue su esposa la que le acompañó en la decisión y el redactado de la misiva que abre una crisis institucional sin precedentes de la que se informó al Rey “en todo momento”. España se ha parado.

¿Qué hará el presidente? “Ni él lo sabe” reconocen fuentes socialistas que se mostraban más optimistas sobre la continuidad del líder según avanzaba la noche por una cuestión de “sensaciones”. Su jefe de gabinete, Óscar López, ha estado pidiéndole que aguante. También lo hizo el expresidente, José Luis Rodríguez Zapatero, que es uno de sus principales referentes en estos momentos. Está en cada una de las estrategias del último año. En ésta también. Por Moncloa también desfilaron el núcleo duro del Consejo de Ministros. Félix Bolaños, María Jesús Montero, Óscar Puente y el número tres del PSOE, Santos Cerdán. Estuvieron reunidos cerca de dos horas para analizar la situación. Hay coincidencia en que “nunca” habían visto al presidente así. Desde su entorno más cercano señalan que la familia es “sagrada” para quién tiene fama de “killer”. No le ha temblado el pulso para dejar caer a sus íntimos en pro de su supervivencia, pero no ha calculado, reconocen desde su equipo, la dimensión que han tomado las informaciones publicadas por El Confidencial sobre Begoña Gómez.

“No podíamos imaginar que se aceptase una demanda de Manos Limpias”, reconocieron a Artículo14 fuentes socialistas que mostraban su indignación ante una denuncia “fundamentada en recortes de periódico”. Las fuentes jurídicas consultadas apuntan a que si el juez ha abierto diligencias es porque “hay algún fundamento”, si bien por el momento está citando a los periodistas que firman las informaciones. En caso de seguir adelante el proceso tendrá que posicionarse el fiscal lo que supondría un nuevo frente para la Fiscalía General del Estado al tener que informar sobre un caso que afecta a la pareja del presidente. “Es un tráfico de influencias de manual, otra cosa es que se pueda probar”, advierten desde altas instancias judiciales.

Los cuadros del PSOE están descolocados. Sabían del malestar del jefe con lo que calificaba de “conspiración en su contra”,  pero no imaginaban una decisión tan drástica que deja en vilo al país durante cinco días. “Si no se marcha, le pueden acusar de echarse un farol y tener paralizada España” apuntan miembros del grupo parlamentario socialista. Pese a esta reflexión hay una mayoría que apuesta por que se quedará. Empieza a tomar fuerza la opción de que convoque una cuestión de confianza entre las elecciones catalanas del 12 de mayo y las europeas del 9 de junio. La jugada es arriesgada porque debería aglutinar a la mayoría de la investidura, pero bajo la amenaza de pinza PP-Vox podría volver a sumar a los socios. La campaña de las catalanas arranca mañana y está por ver cómo afectará a Salvador Illa, favorito en las encuestas.

“Yo creo que al final no se irá, pero nunca hemos vivido una situación así” manifestaba un alto cargo que veía una estrategia de “victimización” del presidente para volver a reconvenir el discurso en función de sus intereses. “Puede que acabe beneficiándole incluso”, ironizaban desde uno de los territorios díscolos. En el partido no preocupa tanto lo judicial como el desgaste para las siglas. “El caso Koldo es ahora el caso Begoña”, señalan quienes ven al presidente con ganas de “venganza”. “Irá a por el PP con todo”, adelantan fuentes socialistas que ponen el acento en que a Sánchez le ha enfurecido que el partido de Alberto Núñez Feijóo señalase a sus familiares.

En caso de que Sánchez de un paso al lado, la siguiente en el organigrama gubernamental es María Jesús Montero, la vicepresidenta primera, con un gran poder también en Ferraz. Tendría que ser elegida en la Cámara baja a propuesta de su partido. La incógnita es si recabaría los mismos apoyos de Sánchez. Hasta el 30 de mayo no podría convocar elecciones si finalmente es la opción para desencallar la situación. Por el momento el plan es movilizar al partido y que se evidencie que Sánchez debe quedarse por aclamación. Otra cosa es lo que piensen los ciudadanos.

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