La decisión de Vox de apartar a Javier Ortega Smith de la portavocía adjunta del Congreso ha confirmado lo que muchos ya intuían desde hace meses: el distanciamiento entre el histórico dirigente y la actual cúpula del partido es más que evidente. El movimiento, adelantado por elDiario y posteriormente confirmado por otras fuentes, simboliza un cambio de ciclo dentro de la formación liderada por Santiago Abascal.
Un distanciamiento que venía de lejos
El desencuentro entre Javier Ortega Smith y Vox no es nuevo. Desde hace tiempo, el abogado madrileño había reducido su protagonismo en la primera línea política y se había volcado en su labor como portavoz en el Ayuntamiento de Madrid y en la Comisión de Justicia del Congreso. Su figura, una de las más reconocibles del partido en los años de expansión, parecía haberse ido apagando a medida que nuevos rostros tomaban protagonismo en la estructura nacional.

La tensión se hizo evidente el pasado septiembre, cuando Ortega Smith acudió a la presentación del nuevo laboratorio político de Iván Espinosa de los Monteros, otro histórico del partido que también había sido relegado. Preguntado por los periodistas sobre por qué estaba allí pese a no pertenecer ya a la dirección nacional, respondió con una frase cargada de ironía: “No debo de ser de la cúpula”. Un comentario que, a día de hoy, resuena como una premonición.
Carlos H. Quero, el nuevo portavoz adjunto
En sustitución de Javier Ortega Smith, Vox ha designado a Carlos H. Quero, diputado por Málaga y portavoz nacional de Vivienda. La decisión busca, según fuentes del partido, “reforzar el discurso sobre uno de los principales problemas que atraviesan los españoles: la emergencia habitacional”. Con este movimiento, la formación pretende orientar su mensaje hacia cuestiones sociales que conecten con un electorado más amplio y alejado del eje estrictamente ideológico.
La nueva estructura de portavocía en el Congreso queda encabezada por Pepa Millán como portavoz principal, acompañada por José María Figaredo, María Ruiz y el recién incorporado Carlos H. Quero como portavoces adjuntos. Una reconfiguración que consolida el liderazgo de una nueva generación dentro de Vox. Más disciplinada en torno a Abascal y menos marcada por las viejas rivalidades internas.
Ortega Smith mantiene otros cargos

A pesar de su relevo en la portavocía adjunta, Javier Ortega Smith no desaparece por completo del organigrama del partido. Mantendrá su papel como portavoz en la Comisión de Justicia del Congreso y en el Grupo Municipal de Vox en el Ayuntamiento de Madrid, donde sigue siendo una figura influyente. Sin embargo, su salida de la dirección parlamentaria implica una pérdida significativa de visibilidad nacional.
Fuentes próximas a la dirección insisten en que no se trata de una “purga”, sino de una reorganización “natural” que responde a la necesidad de “renovar los equipos” y “dar entrada a nuevos perfiles”. Pero la sensación entre muchos militantes es otra. La sensación es que Vox está dejando atrás a algunos de sus fundadores para abrir paso a una etapa de mayor control interno bajo la dirección de Santiago Abascal.


