Muchos trabajos contemporáneos hacen que pasemos muchas horas sentados, lo cual puede acabar llevando al sedentarismo y sus consecuentes problemas de salud. Como alternativa sin tener que estar dando vueltas por la oficina, han aparecido los escritorios de pie.
Se han postulado como una solución para no estar todo el rato en la silla. La ciencia avala en ellos ciertos beneficios positivos para la salud, pero señalan ciertas condiciones en algunos casos concretos.
Beneficios de los escritorios de pie
Son varios los estudios científicos que han investigado los beneficios del uso de estos nuevos aparatos en las personas. Una revisión reciente liderada por la Dra. María Eugenia Visier-Alfonso de la Universidad de Castilla-La Mancha, publicada en BMC Public Health en mayo de 2025, analizó 17 estudios centrados específicamente en estudiantes universitarios.
En su investigación, halló que el uso de los escritorios de pie resultó en una menor presión arterial y otros beneficios leves para la salud cardiovascular. Es una conclusión que también se alcanzó en un estudio de la Universidad de Pittsburgh en 2019, que no halló diferencias notables entre usuarios y no usuarios.
Volviendo al estudio de Visier-Alfonso, otros datos relevantes son que sólo uno de los cuatro estudios sobre dolor de espalda que estudió la investigación, descubrió una reducción significativa del dolor en los usuarios de este tipo de escritorios.
Y tres de los cuatro sobre salud mental concluyeron que mejoraban el estado de ánimo y reducían la ansiedad de quienes usaban escritorios de pie durante su etapa universitaria.
Pero si en algo coinciden los dos estudios, es que estos tienen beneficios para la reducción del dolor lumbar, especialmente en personas más mayores y no tanto en jóvenes universitarios. También ayudan a mejorar la postura y a disminuir el riesgo de desarrollar problemas en músculos y huesos.
Recomendaciones de los expertos

Para sacar el máximo partido a estos escritorios regulables, los científicos dan una serie de recomendaciones. Aunque investigaciones como las dos mencionadas señalan que los beneficios esperador tardan un poco en llegar, no son notables desde el principio.
Hay que tener en cuenta que, en algunos aspectos, como la salud cardiovascular, apenas habrá diferencia. Y que el gasto calórico de estar de pie es bastante limitado, ya que depende de factores como la edad y otros.
Precisamente, para sacarles el mayor partido, se debe complementar con movimientos extras más allá de estar de pie sin más. Asimismo, deben estar ajustados a la altura del codo, en un ángulo de 90 grados. Llevar calzado adecuado y colocar superficies que ayuden contra el cansancio también se nota mucho.
Pero, sobre todo, no es necesario estar todo el rato de pie, ya que lo ideal es cambiar este entrar sentado y de pie cada media o una hora, como mucho.
Cuando se implementan correctamente, pueden constituir una valiosa adición a las estrategias de promoción de salud en la oficina o en casa. Pero no reemplazan la necesidad de actividad física regular a lo largo de la jornada.
En definitiva, los escritorios de pie son efectivos y beneficiosos para la salud dependiendo de la edad (mejor efecto en las personas más mayores), el patrón de uso (alternancia regular cada 30-60 minutos), el entorno y tareas laborales, y el uso de calzado y superficies antifatiga.