Día mundial del cáncer de mama

Avances en estética oncológica: cuidar la imagen para sanarse

La medicina ha entendido que la prioridad, además de tratar el cáncer, es mejorar la calidad de vida de la paciente, su bienestar y la autoestima

Cáncer de mama - Salud
Tres mujeres posan para reivindicar la importancia de prevenir esta enfermedad (EFE)

La gran paradoja del cáncer de mama es que, a menudo, el mismo remedio que cura se lleva implacable una buena parte de la identidad de una mujer: cabello, pestañas, cejas, el pecho, su ánimo… Toca aprender a mirarse con esas ausencias, tocar las cicatrices, enrollarse un pañuelo sobre la cabeza y redescubrir una nueva belleza con el pulso sereno. Pasar del duelo al renacimiento.

La estética oncológica no deja de avanzar y tanto la reconstrucción mamaria como otros adelantos están mejorando la calidad de vida de las pacientes al tiempo que reducen el impacto emocional de la enfermedad y los efectos de los tratamientos. En cirugía, el objetivo es eliminar el tumor optimizando el resultado estético, según quedó expuesto en el último Congreso Europeo Aesthetic Breast Reconstruction Summit, organizado en Madrid.

Prótesis mamarias y pelucas

Uno de sus ponentes, Antonio Tejerina, jefe de la Unidad de Cirugía del Centro de Patología de la Mama de la Fundación Tejerina, señaló que la tendencia actual es priorizar resultados naturales, armónicos y equilibrados. “Existen diversas alternativas para reconstruir una mama. Cada técnica tiene sus indicaciones. La elección dependerá de muchos factores, como el estado de salud de la paciente, el estilo de vida, la forma y tamaño de la mama, el tipo y calidad de piel, etc. Se puede optar por la reconstrucción con prótesis o con tejidos de su propio cuerpo, como piel, grasa y músculo, o bien la combinación de ambos lo que denominamos reconstrucción híbrida”. Una vez reconstruida la mama, el proceso culmina con la micropigmentación areolar.

Esta misma naturalidad es la que se persigue en otros cuidados estéticos. Es el caso del cabello. Aunque su caída depende del tipo de tratamiento, suele ocurrir entre la segunda y la tercera semana después de iniciar el primer ciclo de quimioterapia. Las pelucas alivian el impacto y hay grandes avances para ayudar a la paciente a tener una sensación de normalidad y devolverle la autoestima y la confianza.

En peluquería oncológica el mayor desafío es cuidar el cuero cabelludo

Los nuevos modelos no se parecen en nada a las películas de hace unos años. Además, se cuidan mucho más los tejidos para no lastimar el cuero cabelludo, ya sensible durante la quimioterapia. Un ensayo clínico en Japón comparó pelucas médicas hipoalergénicas con pelucas tradicionales y comprobó que las primeras redujeron significativamente la incidencia de dermatitis (eritema, erupciones, erosión) después de 13 semanas. Son menos irritantes y permiten mejor la transpiración.

Las elaboradas con fibra sintética de alta calidad resisten mejor el calor y tienen un tacto similar al cabello natural, evitando así el temido efecto plástico. Algunas tecnologías de nano-recubrimiento (nano-coating) imitan la cutícula del cabello real para reducir brillo artificial, estática, y mejorar la apariencia. El uso de escáneres y fotografías que ofrecen las medidas exactas del cráneo, su curvatura o la línea del cabello permite personalizar la peluca a gusto de la paciente. Incluso puede observar el resultado antes de comprar.

Alta tecnología, pero costosa

Ha habido mejoras también en las bases, con capas mucho más ligeras y transpirables o mallas transparentes de alta definición que permiten que la línea del crecimiento se vea mucho más natural. La evolución se extiende a los diseños, texturas y estilos que pueden adaptarse de manera natural a la paciente. No obstante, el mayor reto es la reducción de los precios. Las pelucas de alta calidad, con personalización y tejidos especiales, suelen ser muy costosas y la sanidad pública no las cubre, aunque hay algunas ayudas a través de la Asociación Española Contra el Cáncer.

Hay muchas mujeres que rechazan la peluca y optan por dejar la cabeza al descubierto o cubrirla con un pañuelo. Existe una gran variedad pensada específicamente para pacientes oncológicos con una base de algodón para sujetarlo.

Paciente con cáncer de mama

También las uñas se ven afectadas por los tratamientos. La asociación Contra el Cáncer aconseja no maquillarlas y evitar cualquier agente químico, pero sí hidratarlas con aceite de oliva, aceite de rosa de mosqueta u otros productos regeneradores naturales. Otro de los efectos secundarios es la extrema sequedad de la piel y, como consecuencia, su sensibilidad. Cualquier roce o producto puede provocar enrojecimiento, alergias, descamación y heridas. Habrá que optar por cremas y jabones específicos, muy suaves, sin ingredientes químicos, y el uso de ropa de algodón. Ante cualquier duda o incidente, conviene consultar con el equipo médico o de enfermería.
Sentirse bien por fuera es una necesidad para canalizar el sufrimiento, retomar el proyecto vital y reconciliarse con una misma. Existen diferentes opciones para que no suponga un desembolso inasumible.

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