Cáncer de mama

Recaída cero, un objetivo cada vez más cerca

Gracias a tratamientos más precisos y terapias combinadas, el riesgo de recurrencia es cada vez menor, incluso en los tumores más agresivos

2025 acabará con algo más de 37.500 nuevos casos de cáncer de mama en España, según datos de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM). Representa casi el 30% de la enfermedad oncológica en mujeres y su incidencia sigue en aumento debido al envejecimiento poblacional, cambios en hábitos de vida y mejoras en la detección temprana.

Frente a este panorama poco alentador, hay un horizonte más favorable, como el hecho de que la tasa de supervivencia sea cada vez más alta. 82,8% a cinco años, de forma global, y por encima del 99% en las pacientes diagnosticadas con enfermedad exclusivamente en la mama. Al aumentar la supervivencia, aumenta también la prevalencia; es decir, el número de personas que han padecido o padecen la enfermedad. De hecho, es el más prevalente entre las mujeres: 154.368 mujeres en 2024, según el Observatorio del Cáncer de la Asociación Española Contra el Cáncer.

La disección del gen BRCA1 mejora el diagnóstico genético en cáncer de mama y ovario
La disección del gen BRCA1 mejora el diagnóstico genético en cáncer de mama y ovario

Uno de los mayores retos en la investigación oncológica es llegar a una recaída cero. Es decir, ausencia de recurrencia del cáncer después del tratamiento. Que la paciente no vuelva a presentar la enfermedad tras la cirugía, la quimioterapia, la radioterapia o la terapia hormonal. Es el ideal terapéutico que se persigue con la detección precoz, los tratamientos personalizados, las nuevas dianas terapéuticas y el seguimiento.

La realidad hoy en día es que estamos ante la primera causa de muerte por cáncer. En 2024 murieron 6.604 personas (6.513 mujeres) por esta causa, casi un 15% de todos los fallecimientos femeninos por cáncer. Aproximadamente la mitad se da en mayores de 75 años y las cifras están experimentando un descenso en los últimos años. La tasa de recaída en pacientes diagnosticadas sin metástasis (o sea, en estadios curables) está en torno al 20% y 22 %.

¿Qué lleva a pensar en una recaída cero?

“La medicina de precisión, junto con las terapias dirigidas y la moderna inmunoterapia, ha contribuido a la mejoría en la supervivencia del cáncer lograda en las últimas décadas. El cáncer es una enfermedad muy diversa, y detrás de cada caso hay comités clínicos y moleculares de tumores que estudian el mejor tratamiento posible para cada paciente”, explica el presidente de SEOM, César A. Rodríguez.

El gran desafío en la prevención de la recaída son esas células cancerosas latentes que burlan los tratamientos tradicionales. La investigación avanza por buen camino. Uno de los de los trabajos más recientes lo ha presentado Penn Medicine, el Sistema de Salud de la Universidad de Pensilvania, con dos medicamentos orales (hidroxicloroquina y el everolimus) para eliminar las células latentes del cáncer de mama. Las tasas de recaída cayeron al 4% después de siete años. Los investigadores siguen explorando una nueva estrategia para identificar y atacar esa células cancerosas “durmientes” que salen de la mama y viajan a otras partes del cuerpo, donde sobreviven resistentes a los tratamientos tradicionales. Aún es pronto y necesitan más ensayos que confirmen que funciona.

Factores de riesgo

El mayor riesgo de recaída se presenta durante los primeros años tras el tratamiento del cáncer de mama. Con el tiempo, este riesgo disminuye, aunque no desaparece por completo. Influyen factores como el tipo de cáncer de mama, la etapa en el momento del diagnóstico, el tamaño del tumor, la afectación de los ganglios linfáticos, la edad más joven (menor de 35 años) y también el estilo de vida, la obesidad y el consumo de alcohol.

El ejercicio físico previene la recaída
El ejercicio físico previene la recaída en el cáncer de mama

Uno de los desafíos más importantes lo presentan los cánceres de mama HER2+, que se caracterizan por ser más agresivos. Una vez metastásicos, tienen peores resultados, aunque hay terapias con importantes mejoras en la supervivencia. Destaca la investigación del oncólogo Javier Cortés, referente mundial en este campo, “Asociación de biomarcadores potenciales con resultados clínicos en cáncer de mama triple negativo metastásico tratado con pembrolizumab o quimioterapia”. Promueve, además, innovaciones que logran cronificar la enfermedad y reducir la necesidad de quimioterapia en ciertos subtipos, mejorando la calidad de vida y el pronóstico de muchas pacientes.

Además de los avances terapéuticos, como la inmunoterapia, la biopsia líquida, los anticuerpos conjugados y los tratamientos dirigidos que abren la puerta a la esperanza de su futura cronificación, Cortés insiste en los beneficios del ejercicio físico en algunos tipos de cáncer de mama.

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