Desde que en 2019 anunció públicamente que padecía un cáncer de ovario, Sara Carbonero (Corral de Almaguer, 1984) ha experimentado una profunda transformación en su forma de vivir. Aquel diagnóstico marcó un antes y un después en su existencia, llevándola a replantearse qué es verdaderamente esencial.
La salud, la familia y la serenidad interior pasaron a ocupar el centro de sus decisiones. Hoy, Sara vive con un enfoque más natural, equilibrado y consciente, y lo transmite tanto en sus rutinas como en los hábitos que ha inculcado en casa.
Una alimentación que refleja su nueva filosofía
Carbonero siempre ha tenido fama de cuidar su estilo de vida, pero la enfermedad supuso un punto de inflexión. En una reciente entrevista, compartió cómo ha modificado su dieta de forma significativa. “Cuido mucho lo que como.
Creo firmemente que somos lo que comemos”, confesó. A partir de ahí, eliminó de su cocina algunos productos habituales: azúcar refinado, carne roja, gluten en exceso y, cada vez más, los lácteos.
No se trata de seguir una moda, sino de una decisión consciente para mantenerse fuerte física y emocionalmente. Esta forma de alimentación no solo la aplica en su día a día, sino también en el de sus hijos, Martín y Lucas, con quienes comparte una despensa libre de ultraprocesados y rica en productos frescos.
Comida real, batidos verdes y mucha fruta
La periodista ha apostado por una alimentación basada en productos naturales: frutas, verduras, cereales integrales, pescado y carnes blancas. Además, incluye infusiones y batidos caseros llenos de nutrientes.
Uno de sus favoritos es el popularizado “zumo de Hulk”, un batido verde compuesto por kale, pepino, jengibre, manzana y cilantro. No solo se ha convertido en su fuente de energía diaria, sino también en una forma divertida de enseñar a sus hijos a alimentarse de forma saludable.
Su intención no es seguir una dieta estricta, sino apostar por una nutrición que fortalezca su sistema inmunológico y le permita mantener una buena calidad de vida.
El deporte, sin obsesiones pero con constancia
Aunque admite que no es fanática del ejercicio físico, Carbonero ha aprendido a incorporar el movimiento como parte de su bienestar. “No soy de las que se matan en el gimnasio, pero el pilates reformer me encanta, me ayuda a estirar, a tonificar y me sienta genial”, ha llegado a confesar.
Este tipo de pilates, que se practica con una máquina de resistencia, se ha convertido en su actividad predilecta. Lo combina con ejercicios de fuerza y algo de cardio, siendo consciente de que con los años es esencial mantener el cuerpo activo y fuerte. Además, comparte esta afición con su amiga y socia, Isabel Jiménez, a quien admira por su constancia.
Belleza natural y sin artificios
En lo estético, Sara prefiere la sencillez. Rechaza los retoques invasivos y apuesta por una rutina de cuidados naturales. “Tengo un buen dermatólogo, y me aplico tratamientos suaves como vitamina C o plasma, pero nada más. Me dan miedo las agujas”, contaba entre risas. Su aspecto, más allá de lo físico, transmite calma y autenticidad.
Más fuerte que nunca
A sus 41 años, Sara Carbonero se ha convertido en un símbolo de resiliencia y autocuidado. Sin dramatismos pero con mucha verdad, ha mostrado que una enfermedad puede convertirse en motor de cambio, en impulso para vivir de forma más consciente. Y si algo tiene claro, es su nueva prioridad: “Mi mayor felicidad es estar bien”.
En un mundo lleno de ruido y exigencias externas, la periodista ha decidido escuchar su cuerpo, cuidar su mente y enseñar a sus hijos el valor de lo esencial. Una forma de vida que no busca la perfección, sino el equilibrio real.