Salud física

¿Qué es la obesidad sarcopénica?

El trastorno tiene un impacto significativo en la calidad de vida de quienes la padecen

La obesidad es una de las enfermedades que más ha avanzado en el mundo con el paso del tiempo, pues desde 1990, esta enfermedad se ha duplicado en adultos, de acuerdo con datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Por otra parte, la sarcopenia es una afección que se caracteriza por la pérdida de masa muscular, fuerza y funcionamiento de los músculos. Esto pasa mucho más en los adultos mayores y algunos de sus síntomas incluyen debilidad, cansancio o fatiga, falta de energía, problemas de equilibrio y dificultades para caminar y mantenerse de pie, según los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos (NIH, por sus siglas en inglés).

Estas dos enfermedades pueden coexistir en una condición llamada obesidad sarcopénica. Este trastorno combina el exceso de grasa corporal con la pérdida de masa muscular y fuerza, según describe la doctora Susana Monereo, jefa del Servicio de Endocrinología del Hospital Ruber Internacional. “La unión de estas dos condiciones crea un círculo vicioso. A mayor peso, menos ejercicio se realiza porque cuesta más esfuerzo. Esa falta de actividad lleva a una pérdida de músculo, lo que reduce el gasto calórico y favorece un mayor aumento de peso”, aseveró.

Dra. Susana Monereo

Una combinación peligrosa

Cuando la obesidad y sarcopenia coinciden, sus efectos no solo se suman, sino que se potencian. El exceso de grasa aumenta la inflamación crónica y la resistencia a la insulina, incrementando el riesgo de enfermedades metabólicas como la diabetes tipo 2 y los trastornos cardiovasculares.

Por su parte, la pérdida de masa muscular limita la movilidad y la estabilidad. “La sarcopenia no es solo una pérdida de músculo, es una condición que compromete todo el sistema metabólico”, advierte Monereo. Además, señala que esta enfermedad no es exclusiva del envejecimiento: “También puede aparecer en personas jóvenes tras enfermedades graves, cirugías bariátricas o dietas extremas”, asevera.

Cómo se evalúa

La evaluación de esta doble condición implica analizar tres elementos clave:

  • Masa muscular: Se mide mediante bioimpedancia eléctrica (BIA) o mediante un DEXA, una técnica más precisa pero menos accesible.
  • Fuerza muscular: Se evalúa con un dinamómetro. “Valores inferiores a 16 kg en mujeres y 19 kg en hombres indican sarcopenia”, explica Monereo.
  • Reducción de funcionalidad: Se analiza mediante pruebas como levantarse cinco veces de una silla sin ayuda. Si tarda más de 15 segundos, se considera que hay una reducción funcional significativa.

Los diferentes estados de la obesidad sarcopénica

La doctora Monereo detalla que existen varios grados de esta enfermedad:

  • Presarcopenia: Disminución de masa muscular, con fuerza y funcionalidad aún conservadas.
  • Sarcopenia: Ya hay pérdida de fuerza y dificultades funcionales.
  • Sarcopenia grave: Masa y fuerza muscular muy reducidas, lo que lleva a una pérdida de independencia.

El momento ideal para intervenir es en las fases iniciales. “Es cuando aún es posible revertir el problema con dieta y ejercicio. En la sarcopenia grave, la recuperación es mucho más difícil”, insiste la experta.

Tratamiento

Abordar la obesidad sarcopénica requiere un enfoque integral. “El tratamiento debe centrarse en mejorar simultáneamente la calidad del músculo y reducir el exceso de grasa”, explica Monereo.

Las claves recaen en la nutrición. Una dieta rica en proteínas de alto valor biológico y nutrientes clave como la vitamina D y los omega-3. “Se recomienda un consumo de 1-1,2 gramos de proteína por kilo de peso ideal al día”, señala la experta.

También es importante ejercitarse y, sobre todo, priorizar el ejercicio de fuerza con pesas, bandas elásticas o resistencia al menos dos veces por semana. “El ejercicio de fuerza es imprescindible para combatir la sarcopenia”, afirma.

Finalmente, el uso de algunos suplementos puede ayudar a potenciar los efectos de la dieta. En algunos casos, se utilizan creatina, leucina o hidroxibutirato para mejorar la respuesta muscular al tratamiento nutricional.

Importancia de la detección precoz

Identificar esta condición en fases tempranas puede marcar la diferencia. Para ello, es fundamental contar con un equipo multidisciplinar de endocrinólogos, nutricionistas y fisioterapeutas que trabaje de forma coordinada. “Un enfoque multidisciplinar con especialistas en endocrinología, nutrición y fisioterapia es esencial para abordar esta condición de forma integral y devolver al paciente su fuerza, movilidad e independencia”, concluye.