El despertar con una sensación de querer moverse, pero no poder hacerlo porque el cuerpo no responde, podría ser el inicio de una película de terror. No obstante, en realidad hay un nombre científico para esta situación: parálisis del sueño.
La parálisis del sueño suele ser común, acuerdo con MedlinePlus, el servicio de información en línea de la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos, pues muchas personas han experimentado por lo menos un episodio en su vida.
La parálisis del sueño es un fenómeno que puede provocar angustia y desconcierto, aunque, en la mayoría de los casos, no implica ningún peligro físico. La doctora Irene Rubio Bollinger, neurofisióloga del Hospital Quirónsalud Sur, explica este fenómeno que afecta a millones de personas en todo el mundo.

Síntomas de la parálisis
Esta una situación en la que una persona despierte y no pueda mover ninguna extremidad, solamente los ojos, puede durar unos segundos o varios minutos, explica la doctora Rubio Bollinger. “Producen una alteración de la movilidad de la persona, de su percepción, su pensamiento y estado emocional durante la transición entre la vigilia y el sueño”, asevera.
Estos episodios, que pueden vivirse como algo muy angustiante, son más comunes de lo que se piensa. De hecho, “aproximadamente un 8% de la población experimenta parálisis del sueño sin que esté asociada a otras patologías”, indica.
¿Qué pasa si he tenido muchos episodios?
Aunque por sí sola la parálisis del sueño es inofensiva, cuando se presenta de forma recurrente puede generar tensión y un notable malestar emocional. En algunos casos, estos episodios están asociados a trastornos mentales o neurológicos. “Las personas con ansiedad, depresión, trastorno bipolar, apneas del sueño, TDAH o que toman ciertos medicamentos como antidepresivos, tienen más riesgo de experimentar estos episodios”, añade. También se da con mayor frecuencia entre quienes padecen narcolepsia, un trastorno crónico del sueño.
En qué consiste la parálisis
La parálisis del sueño ocurre en una fase muy concreta del descanso: la fase REM (Movimientos Oculares Rápidos), que se produce especialmente durante la segunda mitad de la noche. En esta etapa del sueño, el cerebro está muy activo —casi tanto como cuando estamos despiertos—, y es precisamente cuando soñamos con mayor intensidad. “Durante esta fase, nuestros músculos están paralizados como medida de seguridad: es un mecanismo preventivo para que no actuemos físicamente nuestros sueños”, explica la doctora Rubio.
Sin embargo, el problema aparece cuando el cerebro se “despierta” antes de que el cuerpo lo haga. “La parálisis del sueño consiste en que llegamos casi a despertarnos mentalmente durante esta fase mientras el cuerpo continúa paralizado”, señala.
Este desfase entre la actividad cerebral y la movilidad corporal puede generar lo que se conoce como experiencias pseudoalucinatorias.
La explicación neurológica es clara, pero la vivencia subjetiva de quien lo padece puede ser aterradora: sentirse atrapado dentro del propio cuerpo, sin poder moverse ni pedir ayuda, con la sensación de una presencia extraña en la habitación, es una experiencia intensa que no se olvida fácilmente.
Cómo prevenir estos episodios
La buena noticia es que hay estrategias efectivas para reducir la probabilidad de sufrir parálisis del sueño. La doctora Rubio ofrece una serie de recomendaciones que pueden ser muy útiles:
- Atender el problema de base: la parálisis puede estar asociada a algún trastorno de ansiedad o alguna otra entidad psiquiátrica, por lo que es indispensable tratar la patología que afecta directamente.
- Mantener una buena higiene del sueño: tener horarios regulares y dormir suficientes horas es fundamental. “Las restricciones de sueño provocan un rebote del sueño REM en la noche siguiente, lo que aumenta la probabilidad de que se den estos episodios”, explica la experta.
- Gestionar el estrés: practicar técnicas de relajación o meditación antes de dormir puede ayudar a calmar la mente y facilitar un descanso más reparador.
- Revisar el consumo de sustancias: reducir la ingesta de alcohol y revisar la medicación con el médico de cabecera es importante.
- Terapia psicológica: en personas que no presentan otros trastornos médicos, la terapia cognitivo-conductual con un especialista en sueño puede resultar muy eficaz.
- Tratamiento farmacológico en casos graves: “en casos muy recurrentes y que generan mucho distrés pueden recetarse antidepresivos tricíclicos”, afirma la doctora Rubio.
Aunque la parálisis del sueño puede ser una experiencia aterradora, comprender por qué sucede y cómo prevenirla puede reducir el miedo que genera. Existen herramientas y tratamientos eficaces para convivir con ella sin angustia.