En la carrera por la llegada del verano y lo que muchos llaman “Operación bikini”, no son pocas las personas que olvidan la importancia de disfrutar de los alimentos. La falsa creencia de sufrimiento ha estado desde siempre muy ligada a perder peso. Como si para conseguir tal objetivo se tuviera que llevar a cabo un sacrificio, en algunos casos tan extremos como por ejemplo llegar a pasar hambre.
Es en este punto donde la nutricionista y creadora de contenido, Sandra Moñino, ha estallado. “La gente dice: yo sé muy bien lo que se tiene que hacer para perder peso. Cierras la boca, haces más deporte y ya está. Y esta es una falsa creencia muy peligrosa“, asegura la experta.
El mito peligroso para poder adelgazar
La idea de que restringir al máximo la comida y aumentar el ejercicio es la fórmula infalible para perder peso persiste en muchas dietas milagro y en ciertos discursos del mundo fitness, pero puede poner en riesgo la salud de forma grave.
Al privar al cuerpo de los nutrientes esenciales, el metabolismo se ralentiza, lo que no solo dificulta la quema de grasa, sino que puede causar deficiencias nutricionales, pérdida de masa muscular y desequilibrios hormonales. Al mismo tiempo, hacer deporte en exceso y sin la recuperación adecuada eleva el riesgo de lesiones, fatiga crónica y trastornos del sueño, lo que genera un ciclo contraproducente.
Los especialistas en nutrición y salud coinciden en que una pérdida de peso segura y sostenible requiere equilibrio: una alimentación variada, suficiente y adaptada a cada persona, junto con ejercicio físico moderado. “Hacer deporte es muy importante, y comer equilibrado también. Pero hay que saber cómo lo comemos y disfrutar de los alimentos”, asegura Sandra Moñino.
Eliminar comidas o suprimir grupos de alimentos completos (como carbohidratos o grasas saludables) puede generar problemas metabólicos, inmunitarios y óseos. De igual manera, entrenar en exceso y sin guía profesional puede desencadenar un estado de sobreentrenamiento, con síntomas como dolores persistentes, falta de energía y riesgo de fracturas. Lejos de soluciones extremas, la constancia, la variedad y el acompañamiento profesional son las verdaderas claves del éxito.
¿Hasta qué punto es sano contar las calorías que consumimos?
Cada vez es más frecuente que las personas cuenten las calorías que consumen en cada comida. Incluso que lleguen a sumarse ingrediente a ingrediente. Algo que puede generar también cierta obsesión con lo que se come y por lo tanto poco disfrute de este momento.
“Yo soy nutricionista, y no sé exactamente cuántas calorías tiene un bizcocho. Porque pienso que contarlas minuciosamente es algo propio de un robot”, asegura Sandra Moñino.