¿Debe permitirse la gestación subrogada?

En España, los vientres de alquiler están prohibidos y los contratos de este tipo carecen de validez legal. Aun así, muchas parejas recurren a países donde sí se permite. La batalla, por tanto, continúa entre lo legal y lo humano, entre lo que dicta la ley y lo que deja huella en el cuerpo y en la mente de las mujeres.

A FAVOR
Beatriz Huerga
Abogada

"Si estuviera regulada, evitaríamos noticias como las de los niños robados”

No es posible inscribir directamente a un menor en el Registro Civil español si ha nacido por gestación subrogada. Al leer esta frase, podemos observar que se está infringiendo el art. 14 de la Constitución Española, donde claramente se prohíbe la discriminación por motivos de nacimiento. En base a ello, recurrimos a un doble proceso judicial donde, por un lado, reconocemos la filiación biológica y, en otro distinto, la no biológica. Una vez finalizamos los procesos judiciales, los menores tienen la posibilidad de ser registrados en el Registro Civil español.

Esto puede demorarse entre uno y tres años. Durante este tiempo, se permite que los menores estén en un limbo muy incierto. La llegada va a depender del país en el que han nacido, pero suele ser un mes tras el nacimiento. Es independiente al proceso judicial que se lleva a cabo en España.

La dilatación en el proceso que da acceso al registro de los menores en el Registro Civil español menoscaba sus derechos en muchos sentidos. Sus padres no tienen derecho a sus bajas de maternidad y paternidad, por lo que pierden la posibilidad de ser cuidados por sus progenitores durante las semanas más vulnerables de su vida. En caso de fallecimiento de uno de los progenitores, el reconocimiento de la filiación sería mucho más complejo, por no hablar de la determinación de los derechos sucesorios. Se niega el derecho a una identidad única y a tener una filiación reconocida desde el nacimiento, derechos consagrados en el art. 7 de la Convención de los Derechos del Niño, ratificada por España.

El retraso implica también negar el acceso al sistema público de salud a los menores, derecho que se presupone básico, fundamental y de acceso universal en España. Tampoco pueden acceder a ayudas en guarderías, ayudas por maternidad y paternidad, etc. Por otra parte, el hecho de que un recién nacido tenga que pasar por un procedimiento judicial por una imposición basada en un ideal político que demoniza su forma de nacimiento es una clara discriminación y estigmatización contra la cual se lucha constantemente en las adopciones. Sin embargo, se permite y se anima a que se perpetúe en gestación subrogada y los únicos perjudicados son niños a los que no se les puede penalizar por como han nacido.

No todos los países ofrecen las mismas garantías. A mi me gusta diferenciar los países en tres categorías. En primer lugar, aquellos donde existe una ley sobre gestación subrogada y además la filiación de los menores se establece en sentencia judicial en el país de originen de los niños. En este grupo encontramos a Estados Unidos y Canadá.

En segundo lugar, los países donde existe una ley sobre gestación subrogada, pero donde la filiación se determina en un proceso administrativo simple. Aquí encontramos países como Ucrania o Georgia. Por último, aquellos donde no hay ley específica que regule la gestación subrogada, pero sí existe suficiente jurisprudencia sobre la materia que sirve para regular esta técnica de reproducción asistida. En este grupo de países encontramos a México o Colombia.

Existen muchos otros países donde se llevan a cabo procesos de gestación subrogada, pero en los que no existe regulación alguna y, por ende, lo que no está prohibido, está permitido. Respecto a estos países no me voy a manifestar por estar en contra al no ofrecer garantías legales a las partes. Creo que es primordial defender procesos realizados con todas las garantías éticas y legales.

Hay muchísimas falsas creencias que el feminismo difunde y que aprovecho para desmentir. Una de ellas es pensar que las gestantes son mujeres pobres. Es falso. Es un criterio básico que cualquier mujer que quiera ser gestante tenga solvencia económica. Es falso también que las gestantes entregan a sus hijos a cambio de dinero o que obligatoriamente deben ser madres de sus propios hijos. La decisión de ser gestante para otra familia no es baladí y lleva muchos controles médicos y psicológicos y cualquier gestante debe estar preparada para el proceso y no consideran que ellas son madres en ningún momento. Solo hay que escuchar a alguna de ellas.

Tampoco es cierto que al niño se le impide conocer sus orígenes. La mayoría de las familias mantienen un contacto de por vida con sus gestantes y los niños son plenamente conscientes de cómo han venido a este mundo. Otra falsedad es la compraventa. La compensación económica es por los riesgos médicos asumidos. Es más que necesario que exista una compensación en este tipo de procedimientos porque se asumen muchos riesgos y eso debe ser compensado de alguna manera.

Lo que no tiene sentido es que en España por procedimientos como la donación de óvulos se permitan compensaciones ridículas porque eso no cubre una posible complicación médica en un futuro de una donante. Existen múltiples factores que pueden influir en el coste final. No obstante, de manera general, la horquilla de costes en los distintos países donde se puede llevar a cabo un proceso de gestación subrogada de manera legal va de los 55.000 a los 200.000 euros.

Se difunde también que solo los ricos hacen este tipo de procesos. No es cierto. La mayoría de las parejas tienen una economía media ajustada. Luchan y llegan hasta lo más complejo por poder crear sus familias y se endeudan para poder hacer estos procesos. Personas ricas diría que puede suponer el 5% de todos los casos de gestación subrogada. La mayoría de los casos son familias medias con un fuerte deseo de poder agrandar sus familias. El problema es que hay muchísima desinformación sobre esta temática y no se permite el acceso a información real y contrastada.

Creo que cualquier país que tenga una regulación sobre gestación subrogada es un referente para legislar en España. Regular no es obligar, sino que es proteger a las partes involucradas en el proceso siendo estas: la gestante, el menor y los padres de intención.

Si en España estuviera regulada la gestación subrogada, evitaríamos noticias como las de niños robados o entregados por determinadas sumas de dinero. Tenemos países muy cercanos dentro de Europa como Grecia donde la gestación subrogada está permitida desde hace muchos años y funciona a la perfección.

La regulación debería seguir unos criterios básicos. Que las gestantes hayan sido madres antes de iniciar un proceso de gestación subrogada, que tengan solvencia económica acreditada y una estabilidad sociofamiliar, que todas las partes pasen por evaluaciones psicológicas y de antecedentes penales, que se estudie la idoneidad de los participantes en el proceso, que los menores puedan tener acceso en el Registro Civil a datos protegidos sobre las mujeres que les dieron a luz, que la filiación de los niños se establezca antes del nacimiento y que exista sí o sí una compensación para cubrir los riesgos asumidos.

Se tiende a pensar que sería mejor o más transparente una regulación basada en el altruismo. En mi opinión, el altruismo no implica gratuidad y, por otra parte, no me parece nada justo que una persona, ya sea familiar o no, deba asumir riesgos de manera desinteresada, cuando podría incluso llegar a fallecer y dejar a una familia detrás. El altruismo quiere crear héroes y solo puede llevar a crear mártires. Hay que compensar el esfuerzo y riesgos que asumen las personas y eso no tiene nada de malo, sino al contrario. No obstante, entiendo que esto sea difícil de entender para muchas personas.

No existen estadísticas ni datos oficiales en España, pero estoy muy segura de que nacen más de mil niños cada año por gestación subrogada. El perfil más habitual es el de parejas de dos hombres u hombres solteros que por razones obvias no pueden tener hijos de manera natural; parejas heterosexuales; o mujeres solteras con problemas de fertilidad: mujeres que nacen sin útero, que tienen una histerectomía tras un primer parto por complicaciones, mujeres que han pasado por enfermedades como un cáncer y no pueden gestar, abortos de repetición en estadios avanzados del embarazo, malformaciones uterinas, etc. Siempre hay una causa médica detrás de esta decisión en parejas heterosexuales, siempre. Muchas de estas parejas también han valorado la adopción, pero… Recomendaría a nuestro gobierno flexibilizar las adopciones y no preocuparse tanto por entorpecer la gestación subrogada.

EN CONTRA
Amaya Navarro
Psicóloga

"La maternidad no es un derecho, es un deseo"

Primero habría que ir a la base: ¿para qué se gesta un bebé para otra persona? Normalmente gestan mujeres con una situación económica baja, con pocos recursos y una familia que mantener que necesita cierto dinero para vivir, así que emocionalmente ya se parte de una base complicada: la desesperación. Casualmente sólo gestan para otras personas mujeres en situaciones no precisamente privilegiadas.

Durante el embarazo suceden cambios tanto a nivel físico, hormonal y emocional, no sólo se gesta un bebé, sino que se gesta un vínculo que, al separarse al nacer, supone una ruptura que puede llegar a ser traumática. Ese desprendimiento puede tener consecuencias profundas. Existen unas ‘terapias de desapego’ para evitar que la mujer gestante se vincule con el bebé, pero, ¿es eso posible? Bajo mi punto de vista, es peligrosísimo.

Uno de los mecanismos de defensa más frecuentes es la disociación, es decir, una desconexión entre la mente y el cuerpo para no sentir algo emocionalmente tan intenso que nos desborde. Pero en muchos casos se observa un cuadro aún más severo, llegando incluso a sufrir un trastorno de estrés postraumático.

A estas reacciones se suman el duelo y la tristeza de la separación. Es la sensación de vivir la misma vida de antes con un cuerpo diferente. Durante el embarazo la identidad de la gestante cambia, pasa de ser ‘X’ a ser ‘la mamá de Y’, por lo que cuando no hay ese ‘Y’, las necesidades de cuidados y de protección caen en un vacío. Porque una mujer que gesta a un bebé es una madre, aunque físicamente no tenga a ese bebé. Igual que ocurre ante una pérdida perinatal o gestacional.

En todo caso, la gestación subrogada en un asunto emocional y, por supuesto, ético. Habría que cuestionarse si es éticamente correcto comprar personas. Si pensásemos en una persona de 57 años, tendríamos claro que no podríamos pagar una cantidad de dinero por llevárnosla a casa, ¿por qué con un bebé sí?

Cualquiera puede entender que el duelo por la no maternidad es algo muy doloroso. Vivimos en una sociedad en la que se espera de las mujeres que tengamos descendencia, por lo que no tener un bebé lo sentimos como fallarnos a nosotras mismas. Así que es normal que cuando eso pasa tratemos de buscar alternativas, siendo una de ellas recurrir a vientres de alquiler. Pero es fundamental recordar que la maternidad no es un derecho, es un deseo.

La maternidad está muy edulcorada y cada vez se convierte más en un negocio, parece que socialmente importa más lo legal (aunque no debería ser así). Veo cada día la parte humana de la maternidad, lo que implica a nivel personal un embarazo, una pérdida, la frustración de nuestros deseos… así que me temo que para mí es mucho más importante la persona.

En julio, un informe de Naciones Unidas calificó la gestación subrogada como una forma de violencia y llamó a su abolición universal. Creo que no hacen falta más debates ni argumentaciones acerca de esto, estamos hablando de personas recién nacidas, no de objetos.