Septiembre suele involucrar cambios, renovaciones, nuevas oportunidades. Teniendo en cuenta que las vacaciones terminan para muchos, es normal ir pensando ya en una nueva escapada para conseguir un empujón ante estos cambios. Quizá lo que necesitas, y aún no lo sabes, es visitar este monasterio en Navarra.
No temas, no se trata de pasar unos días como un monje más. El complejo es ahora un hotel/restaurante, y aunque los monjes siguen haciendo su vida, puedes pasearte libremente (salvo por las áreas restringidas) y conocer este particular lugar, lleno de historia y de mística.
La larga historia real en este monasterio de Navarra
El Monasterio de Leyre, situado en Yesa, a poco más de 50 kilómetros de Pamplona, representa uno de los conjuntos monumentales más importantes de Navarra y de toda España.
Este emplazamiento fue fundado en la Alta Edad Media, y desempeñó un papel decisivo en la consolidación del reino navarro y en los primeros tiempos de la Reconquista. Se terminó convirtiendo en cuna de reyes y panteón real, donde descansan algunos de los monarcas del primitivo Reino de Pamplona.
Desde 1954, la comunidad benedictina recuperó la vida monástica y convirtió el lugar en un referente espiritual y cultural.
El monasterio alberga auténticas joyas arquitectónicas del románico, destacando su imponente cripta del siglo XI. Esta es considerada una de las obras cumbre de este estilo en España.
La Porta Speciosa, pórtico románico de un siglo después de la cripta, constituye otra de las maravillas del conjunto. Cuenta con una decoración escultórica que refleja la importancia artística y religiosa del monasterio en la época medieval.
Entre las piezas artísticas más notables se encuentra el mausoleo de los reyes navarros, donde reposan monarcas como Íñigo Arista (considerado el primer rey de Pamplona), su hijo García Íñiguez, Fortún Garcés, Sancho Garcés I (artífice de la consolidación del reino) y García Sánchez I, entre otros.
Qué hacer en el Monasterio de Leyre

Ahora, este monasterio de Navarra mantiene una vida espiritual activa, que los visitantes pueden experimentar de primera mano.
Los oficios religiosos en los que los monjes entonan canto gregoriano constituyen una experiencia única. Es una conexión con siglos de tradición litúrgica, envolviendo al visitante en una atmósfera envolvente, incluso en aquellos no creyentes o de otras creencias.
El monasterio ofrece además la posibilidad de alojarse en su hospedería monástica para hombres, con un coste diario de 55 euros en pensión completa.
Esta parte funciona desde 1979, haciendo que el hotel-hospedería de Leyre brinda la posibilidad única de hacer noche en un espacio cargado de historia y espiritualidad.

Si no te interesa dormir allí, el restaurante especializado en cocina navarra te acoge todo el día con los brazos abiertos si lo visitas. Ofrece platos deliciosos y tradicionales de la región. Estos son preparados con productos locales y siguiendo recetas que reflejan la rica gastronomía navarra.
El mes de septiembre se presenta como uno de los mejores momentos para visitar el Monasterio de Leyre. Durante este periodo, las temperaturas son más suaves, permitiendo disfrutar cómodamente de las instalaciones y los alrededores.
Los bosques de hayas y robles que rodean el monasterio comienzan a teñirse de los colores otoñales, realzando la belleza del entorno natural. Esta época del año ofrece además una atmósfera de tranquilidad, especialmente apropiada para apreciar la espiritualidad del lugar.
Este complejo histórico se puede visitar por 5 euros para adultos y 3 euros para niños, aunque también existe la opción de ir acompañados de un guía por dos euros más. Sin duda, resulta en una escapada con una experiencia histórica, gastronómica y espiritual como pocas.