Esto es lo que la ciencia dice sobre tu impulso de comprar Lotería de Navidad con números cada vez más raros

La ciencia explica por qué repetimos cada año los mismos rituales con la Lotería de Navidad: supersticiones, psicología e identidad

Décimos de la Lotería de Navidad

Cada diciembre, millones de personas vuelven a buscar su décimo de Lotería de Navidad como si se tratara de un ritual inevitable. No importa cuántas veces no haya tocado: el impulso regresa. La ciencia explica que la lotería navideña activa patrones de comportamiento vinculados a la tradición, la identidad y la ilusión colectiva, lo que convierte su compra en una conducta emocional más que racional.

Ese mismo impulso se ve reforzado por gestos aparentemente contradictorios, como buscar números “feos” o terminaciones poco convencionales. Dentro del imaginario de la Lotería de Navidad, la elección del número dice tanto de nosotros como el propio sorteo.

El efecto del número 13 en la Lotería de Navidad

Uno de los fenómenos más llamativos de la Lotería de Navidad es la creciente atracción por el número 13. Tradicionalmente marcado por la superstición, hoy se ha convertido en una de las terminaciones más buscadas. La paradoja es evidente: lo que antes se evitaba ahora se persigue con convicción.

La fascinación por el número 13 arrastra siglos de historia. Desde su ausencia en el Código de Hammurabi hasta su omisión en hoteles y aviones, el 13 ha simbolizado durante años el infortunio. Sin embargo, la Lotería de Navidad ha transformado ese miedo ancestral en un gesto de desafío. Para muchos jugadores, elegir el 13 es una declaración de personalidad. Un “yo no creo en esto” convertido en comportamiento.

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Seis décimos de la lotería navideña con el mismo número.
EFE

El detonante de su popularidad moderna en la Lotería de Navidad llegó en 2016, cuando el Gordo recayó en el número 66513. Desde entonces, esta terminación se asocia más al azar favorable que a la mala suerte.

Lo que dice la psicología de la elección del número

Pero, ¿por qué tanta gente elige un número “prohibido” en la Lotería de Navidad? La respuesta está en la psicología de la conducta supersticiosa. Los expertos explican que desafiar una superstición genera sensación de control. Es una forma de apropiarse de aquello que tradicionalmente produce miedo. En la Lotería de Navidad, este mecanismo funciona como un pequeño acto de valentía simbólica.

Esta búsqueda del control emocional no implica creer en la buena o mala suerte del número. Más bien, es una manera de proyectar identidad. Al elegir un número maldito, el comprador de Lotería de Navidad se diferencia, se reivindica o se divierte con lo culturalmente prohibido.

La triscaidecafobia: el miedo ancestral que sigue presente

Para comprender por qué el 13 está tan cargado de significado dentro de la Lotería de Navidad, hay que acudir a la triscaidecafobia: el miedo irracional al número 13. Según recoge Verywell Mind, no encaja del todo en la definición clásica de fobia porque “un número no es un objeto ni una situación”. Pero sí se considera un temor profundamente arraigado en muchas culturas.

Esto es lo que la ciencia dice sobre tu impulso de comprar Lotería de Navidad con números cada vez más raros
‘La última cena’, de Juan de Juanes, c. 1562, óleo sobre tabla.
Museo del Prado

Este miedo ha alimentado creencias durante siglos y también influye en las actitudes hacia la Lotería de Navidad. Una de las interpretaciones más extendidas procede del simbolismo bíblico. En la Última Cena había trece comensales y, según ciertas tradiciones, Judas ocupó el puesto número trece. De ahí deriva la superstición que afirma que cuando trece personas comen juntas, una de ellas podría morir en el plazo de un año.

Esa carga simbólica sigue viva y aparece cada diciembre, cuando la Lotería de Navidad resucita supersticiones que parecían dormidas.

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