Los taxistas se movilizan este 28 de mayo en Madrid para protestar contra la concesión de 8.500 nuevas licencias de vehículos de transporte con conductor (VTC), especialmente a la plataforma Cabify. Aunque no hay una cifra exacta y tampoco participan todas las asociaciones del sector, se espera una concentración masiva, incluso de taxistas que se han desplazado desde fuera de la comunidad madrileña, según la Federación Profesional del Taxi de Madrid (FPTM), impulsora de la protesta.
Es verdad que la imagen que ofrece el sector del taxi, y más en este tipo de movilizaciones, está muy masculinizada. También lo está el sector, con una representación femenina del 5%, aunque en ciudades como Madrid y Valencia los porcentajes llegan al 7,5% y 8,2% respectivamente. A pesar de ello, están visibles y reivindican con fuerza sus derechos plantándose ante lo que consideran “un gravísimo agravio frente a las ventajas que se le dan a Cabify y otras plataformas o las que se arrogan ellas mismas”, nos cuenta Maite Tejedor, taxista madrileña.
A su particular alegato en defensa de los derechos de los taxistas en estas protestas, suma su condición de mujer. “Defendemos el taxi porque es un sector muy significativo en la lucha por la igualdad. Hemos superado estereotipos y somos un ejemplo de esta conquista femenina en el mundo laboral. Nuestra posición va aún más allá de los intereses que hoy planteamos frente a los perjuicios que está ocasionando la concesión de nuevas licencias para los VTC”.
En la última década, el número de mujeres taxistas ha crecido un 51,69%, lo que indica la tendencia de esta fuerza femenina, a pesar incluso de estar lejos de la paridad numérica. En Madrid, por ejemplo, hay unas 1.080 taxistas mujeres, según datos de la Federación Profesional del Taxi de Madrid.
Después de ocho años al volante del taxi, Maite Tejedor cree que el mayor riesgo de ser mujer taxista sigue siendo la inseguridad nocturna, aunque no cree que sea tanto una cuestión de género, sino más una percepción del peligro que puede ser similar al que tienen los hombres en los turnos nocturnos.
No obstante, según el último informe del Observatorio de la Mujer Taxista, elaborado por la aplicación Freenow, casi la mitad de estas profesionales ha sufrido acoso o discriminación en el ejercicio de su trabajo. “Tradicionalmente -explica Maite- ha sido un sector con muchos estigmas, pero vamos avanzando. Aunque aún tenemos que soportar algún comentario machista o a algún hombre que se empeña en seguir sacando los pies del tiesto, sería injusto generalizar. Lo que encontramos en el día a día por parte de nuestros compañeros es mucho respaldo y compañerismo. Nos apoyamos entre nosotras, pero también percibimos el apoyo masculino”.
En nombre de las mujeres taxistas, opina que es importante que se escuche la voz femenina porque tiene mucho que aportar a la profesión, en cuanto a sensibilidades y reivindicaciones. “Es, además, un sector que permite flexibilidad para conciliar la vida laboral y personal. Es solo uno de los aspectos a tener en cuenta”. Un 77% de las mujeres taxistas piensa igual que Maite, según el informe de Freenow, que también confirma que la gran mayoría se sienten respaldadas y acogidas por sus compañeros, llegando al 93% en algunas ciudades. Este mismo porcentaje considera que no existe brecha salarial en el sector, un dato que no se observa en otros ámbitos.
Lamentan que un trabajo que puede ofrecer condiciones óptimas para ejercer una profesión se vea empañada por este tipo de medidas que hoy se denuncian en Madrid. “Se están cometiendo irregularidades muy graves que amenazan al transporte y a la circulación, pero no vemos que haya interés en dar una solución y en garantizar la legalidad y una competencia justa. La proliferación descontrolada de VTC es una seria amenaza para el taxi como servicio público”, lamenta Tejedor.
La otra cara femenina y menos visible en esta jornada de protestas es la de las conductoras de vehículos VTC. Según nos informa un taxista que trabajó en la competencia durante tres años y prefiere permanecer en el anonimato, sus excompañeras viven situaciones laborales “de discriminación y abusivas”. Nos relata jornadas interminables, semanas de seis días y algunas escenas de acoso por parte de sus compañeros. “El nivel de exigencia para el acceso como conductores es mínimo en todos los sentidos y esto provoca muchas faltas de respeto hacia la mujer, por no hablar de la comisión de actos que podrían considerarse delitos, pero que se quedan sin denuncia y, por tanto, sin castigo”.
Sus palabras están en línea con la concentración que hubo en noviembre de 2024 en Madrid, cuando un grupo de conductores de Moove Cars, empresa poseedora del mayor número de licencias VTC en España, se unieron para denunciar “la explotación” que sufren por parte de la compañía, así como “un sinfín de atropellos en sus derechos”, descuentos “injustificados” en las nóminas o jornadas laborales “interminables”.