Crónica negra

Mata a su mujer en un crucero de lujo

Unas vacaciones familiares a lo grande acabaron en la peor tragedia posible. “Fue una escena de horror en el lugar más inesperado”, explican los investigadores.

Lo que comenzó como unas vacaciones familiares soñadas, terminó en una escena sangrienta en un crucero de lujo. Era julio de 2017 y el impresionante barco “Emerald Princess” navegaba plácidamente cuando una llamada de emergencia alteró la calma. Alguien había muerto a bordo…y no por causas naturales.

Keneth y Cristy eran el retrato de una familia de clase media. Vivían en Utah, tenían tres hijas, y llevaban dos décadas de matrimonio. Amigos y vecinos los describían como una pareja tranquila, con altibajos como cualquier otra.

El crucero era una celebración. Unas vacaciones familiares a lo grande: iban el matrimonio, sus hermanos y todos los hijos. Un viaje para desconectar. Pero algo estalló el 25 de julio.

En un momento de la noche tuvieron una discusión. Fue tan acalorada que ella le pidió a su esposo que se bajara del crucero en el siguiente puerto. Esto enfureció a Kenneth. Varios pasajeros avisaron al escuchar gritos en la cabina 726. Familiares y tripulación acudieron a la habitación. Cuando lograron tirar la puerta abajo la escena que vieron era indescriptible: Keneth intentaba arrojar el cuerpo de su mujer a altamar.

Uno de los empleados del crucero logró detenerlo antes de que se deshiciera del cuerpo. Pero ya era demasiado tarde para Cristy. Kenneth la había apuñalado y le quedaba un hilo de vida. Los médicos intentaron reanimarla pero todo fue en balde. Tenía 39 años.

Las hijas de la pareja —dos de ellas menores de edad— estaban en la habitación contigua. Escucharon todo. Cuando los agentes del FBI abordaron el barco en el puerto Keneth confesó: “Mi esposa no me dejaba en paz y perdí el control”.

Fue arrestado y acusado de asesinato. Durante el juicio la defensa intentó alegar trastorno mental por una combinación de medicamentos, estrés y consumo de alcohol. El juez no aceptó esa versión y le cayeron 30 años de prisión.

“La brutalidad del crimen y la frialdad con la que actuó frente a sus propias hijas, es algo que difícilmente se olvida” dijo uno de los investigadores. “Fue una escena de horror en el lugar más inesperado: un crucero familiar”.

Su familia quedó destrozada. Las hijas del matrimonio se fueron a vivir con familiares y necesitaron apoyo psicológico. Poco tiempo después el cuerpo de Kenneth fue encontrado sin vida en su celda. Tenía 42 años.