Ni tortilla, ni gazpacho: este es el plato más buscado por los turistas en España

Este plato es un emblema cultural, un puente entre locales y visitantes, y el mejor embajador que la cocina española ha podido tener

Este es el plato estrella para los turistas de la gastronomía española.

Cuando los visitantes internacionales aterrizan en España con ganas de saborear su reconocida gastronomía, la imagen que más se repite en sus mentes no es la de una tortilla jugosa ni la del refrescante gazpacho andaluz.

El plato que más buscan, preguntan y fotografían los turistas es, sin discusión, la paella. Este icónico arroz, nacido en las tierras valencianas, se ha convertido en la estrella indiscutible de la cocina española a ojos del mundo.

El símbolo internacional de la cocina española

Aunque la cocina española es diversa y rica en sabores regionales —desde los cocidos castellanos hasta los pintxos vascos o el salmorejo cordobés—, es la paella la que ha logrado traspasar fronteras y convertirse en todo un símbolo gastronómico global. No hay guía de viaje, blog turístico o influencer extranjero que no la mencione como una visita obligada en el menú español.

De hecho, según datos recogidos por diversas plataformas de búsqueda y reservas gastronómicas, la paella lidera la lista de platos más solicitados por turistas en ciudades como Madrid, Barcelona, Valencia o Sevilla. Su fama la ha llevado a aparecer incluso en películas, series y anuncios que promueven la cultura española.

¿Por qué la paella?

El atractivo de la paella va más allá de su sabor. Es un plato visualmente impactante, colorido, y suele cocinarse en grandes recipientes que atraen la atención tanto en restaurantes como en celebraciones populares. Además, cuenta con una gran versatilidad, lo que permite ofrecer versiones para todos los gustos: de mariscos, de carne, mixta, vegetal, negra, entre muchas otras.

La paella valenciana está considerada como uno de los mejores platos de la gastronomía española.

Para los turistas, representa una experiencia completa: el rito de compartir el arroz con amigos o familiares, el aroma del azafrán, el crujir del “socarrat” (esa capa dorada del fondo tan codiciada), y la conexión con la tradición local. Todo esto convierte a la paella en una vivencia más allá del simple hecho de comer.

Valencia, capital mundial del arroz

Aunque la paella se encuentra en todo el territorio nacional —con mayor o menor acierto—, es en Valencia donde alcanza su máxima expresión. Allí, los visitantes buscan la auténtica paella valenciana, elaborada con conejo, pollo, judía verde, garrofó y azafrán. Algunos restaurantes junto a la Albufera o en el centro histórico de la ciudad se han especializado en enseñar al visitante los secretos de este plato, con talleres, showcookings y degustaciones guiadas.

Esta popularidad ha provocado también que los valencianos se conviertan en los guardianes de la receta tradicional, denunciando versiones que consideran poco fieles, especialmente aquellas que incluyen ingredientes como chorizo, muy habitual en recetas adaptadas en el extranjero.

Más allá de la paella, pero sin desbancar a la reina

Aunque la paella lidera, otros clásicos de la gastronomía española también gozan de buena reputación. La tortilla de patatas, el jamón ibérico, el gazpacho, las croquetas o los calamares a la romana siguen ocupando lugares destacados en las cartas y son opciones muy buscadas por quienes visitan el país.

Un corte de jamón a cuchillo

No obstante, estos platos no consiguen rivalizar con la paella en términos de volumen de búsqueda y demanda, especialmente en zonas costeras y grandes ciudades. Según cifras aportadas por el sector turístico, el arroz en todas sus variantes representa un 40% de las comidas solicitadas por extranjeros en restaurantes con menú tradicional.

Un icono que se reinventa

Además de la versión clásica, chefs contemporáneos y cocineros de vanguardia han reinterpretado la paella en nuevas formas: desde versiones veganas, hasta versiones con ingredientes exóticos o técnicas innovadoras. Esta capacidad de adaptarse a los tiempos sin perder su esencia ha sido clave para mantener su liderazgo gastronómico.

En resumen, la paella no solo es un plato. Es un emblema cultural, un puente entre locales y visitantes, y el mejor embajador que la cocina española ha podido tener. Así que, para quienes visitan España por primera vez, la recomendación es clara: ni tortilla, ni gazpacho… la experiencia comienza con una buena paella.

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