Tania Moreno del Saz es ingeniera aeronáutica. En su currículum no solo figura que es licenciada en, probablemente, la carrera más difícil en la que uno pueda pensar. Su experiencia laboral en el extranjero, desarrollando ahí proyectos para Airbus, o en el área de defensa de la multinacional le permiten tener una opinión fundamentada sobre uno de los temas que más en boga está.
En unos tiempos en los que el rearme es cada día más palpable, la ingeniera aeronáutica asegura que las empresas de defensa “tendrán trabajo, al menos, para los próximos diez años”. Algo provocado, en parte, por la guerra de Ucrania, la cual ha llevado a Europa a darse cuenta de que “debe tener independencia a la hora de protegerse y rearmarse”.
Como socia de Ellas Vuelan Alto, asociación cuya misión es actuar en beneficio de la visibilidad y consolidación de la mujer en el sector aeroespacial en nuestro país, Moreno del Saz también habla con Artículo14 sobre ello. Y es que pese a “no ser un sector totalmente igualitario”, pone en valor el caso de España, país que “le da más importancia” al rol femenino en comparación con Alemania o Inglaterra.
Pregunta: ¿Cuál es la labor que desarrolla en su día a día?
Respuesta: Ahora mismo estoy en del departamento de Airworthiness Assurance de la DOA (Design Organization Approved) de Airbus, el cual tiene dos ramas principales: una es la relativa al control y monitoreo de las actividades internas de los distintos departamentos para asegurar que todos los procesos de diseño se adecúan a la normativa, mientras que la otra se centra en el control, apoyo y monitoreo a los suministradores externos.
A la hora de diseñar algo tan complejo como un avión, es necesario estar en contacto con la gente que lo está desarrollando in situ. Y es que para asegurar que se cumple con la regulación que nos exigen a nivel europeo para poder fabricar el producto, monitoreamos a los equipos implicados en efectuar cambios de diseño, reparaciones estructurales a los productos en servicios o a los que se encargan de diseñar un software específico.
Luego hay una segunda parte que se centra en la realización de actividades de control y vigilancia a los suministradores externos. No todo lo que lleva un avión de Airbus está diseñado por esta compañía. Por ejemplo, dentro de un avión hay ciertos equipos o componentes sobre los que nosotros le proporcionamos datos de diseño a la empresa externa que los fabrica o les solicitamos unos requerimientos para dicho componente, encargándonos nosotros de esa integración final en el avión. Esto requiere una constante relación con el suministrador y una evaluación más detallada.
También somos el punto focal para defender todo esto de cara a las autoridades. Igual que nosotros hacemos este proceso a nivel interno y con los suministradores, las autoridades nos lo realizan a nosotros. Al final tienen que asegurarse de que lo que diseñamos se ajusta a las regulaciones y cumple a nivel técnico. En lo referente al aspecto militar, aquí el punto más particular es que no solo hay una autoridad a nivel europeo, como suele pasar en el ámbito civil con EASA (European Union Aviation Safety Agency). Como los productos militares dependen de los diferentes gobiernos y de sus respectivas autoridades castrenses, que suelen ser una por nación, esto complica el trabajo de cara a la particularización.
P: ¿En qué proyecto está trabajando ahora o cuál es el que más ilusión le está despertando?
R: La parte bonita de esta área es su transversalidad. Hay pocos departamentos en Airbus que se involucren en todos los programas. Y es que como las autoridades van a examinar todo el proceso de diseño, al final es más eficiente que alguien que lo conoce sea capaz de aplicarlo en las diferentes flotas.
Lo que más me ilusiona son algunos de los nuevos desarrollos, ya que el proceso de ver el proyecto desde su inicio hasta su final es muy reconfortante y te permite aprender muchísimo; algo que suele generar un sentimiento de pertenencia más fuerte con dicho proyecto.
P: ¿Qué le hace tener los pies en el suelo después de estar todo el día trabajando en proyectos aeronáuticos?
R: Lo que siempre pone los pies en el suelo al trabajar en este entorno es que hay una gran responsabilidad detrás del desarrollo de un avión, de un producto que va a operar ahí arriba, ya que un escape puede derivar en un accidente importante. Lo más relevante es que cada persona de cada departamento le dé importancia a su trabajo porque todo repercute en ese proceso de calidad y de excelencia, cuya unión hace que un producto sea seguro, a la vez que cumple con los requerimientos exigidos. Y ya no solo porque un problema pueda repercutir económicamente a la compañía, sino por la seguridad de lo que significa poner algo en vuelo.
P: Un estudio de Esade de marzo del 2024 indicó que el porcentaje de mujeres con una ocupación STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas) fue del 5,5% con respecto al total de ocupadas en España a cierre de 2022. En los hombres, esa cifra alcanzó el 13%. Con su experiencia y conocimiento, ¿es el de la ingeniería aeronáutica es un sector igualitario?
R: He visto cierta progresión. Cuando estudié la carrera, con el plan anterior a Bolonia y cuando todavía existían las Ingenierías superiores, el número de mujeres era bastante reducido con respecto al de hombres. Ocurría lo mismo con las docentes; en la balanza siempre había un mayor peso en el lado masculino. Es verdad que poco a poco ha ido creciendo el volumen de personal femenino y últimamente, con el paso a los grados, hay un mayor porcentaje de mujeres. Creo que es una buena señal, pero todavía no es un sector totalmente igualitario.
Donde yo lo he notado, sobre todo, ha sido en las posiciones de responsabilidad. Ahí, normalmente, las figuras solían ser mayoritariamente masculinas. Gran parte de mi experiencia laboral ha sido en la parte civil, pero en los últimos años, que he pasado al mundo militar, ahí sí que está mucho más masculinizado. Noto la diferencia, sobre todo, a nivel internacional. Creo que en España, en comparación con otros países europeos como Inglaterra o Alemania, existe un mayor porentaje de mujeres en profesiones técnicas.
P: En caso de haber ostentado un puesto de poder, ¿ha tenido que derribar algún mito sobre el liderazgo femenino?
R: La experiencia que he tenido a nivel de liderazgo fue en el anterior puesto al que actualmente ostento, en el que tuve que desplazarme a Arabia Saudí. Fue muy característico porque supuso desarrollar mi labor en una base aérea en la que no trabajaban mujeres a nivel ingenieril. Yo empecé a trabajar allí y fue un reto porque había muchos lugareños que no estaban acostumbrados a hablar y trabajar con mujeres. Había veces que te miraban muy raro, pues no sabía si es que no me estaban entendiendo o si era debido a esa barrera cultural. Aunque con el trabajo, la disciplina, la paciencia, participando activamente y, sobre todo, con los resultados, me fui ganando poco a poco la confianza de la gente.
P: Debido al aumento en la demanda de equipamientos armamentísticos y de defensa por parte de los gobiernos mundiales, ¿qué futuro tiene el sector de la defensa?
R: Como podrás imaginar, el desarrollo de un avión no es de un día para otro; son proyectos que requieren su tiempo, tanto el diseño y la fabricación como la posterior puesta en servicio y operativa.
Además, esta cuestión va ligada a la geopolítica y a cómo se está desarrollando la estrategia mundial. Antes había una hegemonía muy marcada por Estados Unidos, que era el defensor de la parte occidental. Con los acontecimientos recientes, como son la guerra de Ucrania o el creciente papel de China, se han visto muy marcadas las posiciones que ha ido tomando Estados Unidos. Con ello Europa se ha dado cuenta de que también debe tener cierta independencia a la hora de protegerse y rearmarse. Creo que esto explica, en parte, el auge del sector de la defensa. Además, me cuesta ver que vaya a cambiar rápidamente de dirección.
También porque creo que países orientales como India o China están teniendo mucho peso y están logrando un desarrollo tecnológico muy grande. Creo que el hecho de que estos lugares, que antes no habían mostrado un desarrollo tan grande, sean unos actores muy potentes y presentes, va a llevar a Europa a rearmarse independientemente. Eso siempre va a hacer que muchas empresas de la industria tengan trabajo para varios años.
P: Por último, ¿cuál es un error profesional del que aprendió una lección valiosa?
R: Es cierto que la arquitectura y el desarrollo en la industria de la aviación tienen muchas barreras de control y herramientas de seguridad para prevenir y paliar errores, pues todas las personas llegamos a cometer algún error.
De lo que más aprende uno suele ser de los errores que comete. Cualquier pequeño despiste –no haber interpretado correctamente un dato de diseño, no haber registrado bien una tarea de mantenimiento que había que hacerse en unas horas determinadas o no haber gestionado bien un equipo para una tarea exigente- hace que cambies el chip y que se te quede grabado para siempre. Por eso existen múltiples barreras, controles de calidad, auditorías, las cuales nos ayudan siempre a mejorar; te hacen poner el foco en aquello que a veces das menos importancia. Y más en estos tiempos, en donde uno de los principales problemas sociales es el de mantener la concentración y atención en algo.


