El CIS con el PSOE recuerda a esas madres que siempre ven guapos a sus hijos, por despeinados que estén, por desarreglados que vayan. Languidece el año 2025, el año en que el PSOE tuvo que pasar el mal trago de ver primero a Santos Cerdán y luego a José Luis Ábalos entrar en la prisión de Soto del Real; el año en que se acumularon los informes de la UCO —y los que faltan— reconstruyendo una trama corrupta del 2% con dos exsecretarios de Organización en el centro; el año también en que se supo que una fontanera del partido, Leire Díez, se dedicó a derribar a fiscales y policías; el año en que la bandera feminista del PSOE quedó cuarteada por los casos de acoso. Un año complicado.
Pese a todo, pese al mal aspecto que uno pudiera pensar que presenta el PSOE, el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) no ve que las expectativas electorales de los socialistas hayan empeorado a lo largo de 2025. Tampoco consideró el CIS que el PSOE se encaminara a una debacle en las recientes elecciones de Extremadura, ya que estimó que obtendría un 31,6% de los votos y tan solo logró el 25,72%.
En el barómetro de enero de 2025 a nivel nacional, el CIS, dirigido por José Félix Tezanos, concedió al PSOE una intención de voto del 31,8%. Por entonces, situó al PP en el 29,7% y a Vox en el 12,4%. No había en aquellos momentos señales de que el caso Koldo vinculara a Santos Cerdán, ni había quedado a la vista que Ábalos frecuentara prostitutas, ni tampoco se conocía que Leire Díez hubiera organizado unas cloacas en el PSOE, ni había noticias de que figuras tan relevantes como Paco Salazar (histórico y estrecho asesor de Sánchez en Moncloa) arrastrara prácticas deleznables con mujeres del partido.

Una rápida recuperación
Pero, unos meses después, todos estos mencionados escándalos comenzaron a descubrirse sin dar tregua al PSOE. Así que Sánchez no tuvo más remedio que pasar de defender la honorabilidad de sus lugartenientes a apartarse de ellos. Quien accedió a Moncloa prometiendo ser “un político limpio” no podía guardar cercanía alguna con quien manejaba cantidades insólitas de dinero en efectivo y con quien se costeaba sus pagos con la tarjeta de crédito de una trama.
Llegado el verano y con Santos Cerdán recién ingresado en la cárcel, el CIS detectó finalmente un desgaste que, en todo caso, mantenía a los socialistas a la cabeza de la intención de voto. El barómetro de julio otorgó a los socialistas una estimación de voto del 27%, frente al 26,5% que calcula para los populares. Ese sondeo también reflejó una importante subida en la estimación de Vox, a quien asignó un 18,9% (5,7 puntos más que en junio).
Podía pensarse que iniciaba el PSOE una caída a los infiernos demoscópicos en la línea de encuestas de otros medios de comunicación. Pero no. En septiembre, el CIS concluyó que se había producido una inapelable recuperación y volvió a pronosticar una sólida primera posición a los socialistas con nueve puntos de diferencia sobre el PP a pesar de los casos de corrupción: 32,7%, frente al 23,7%.
El año 2025 se cierra en esa línea de septiembre, sin que los casos de corrupción y de presunto acoso sexual que cercan al PSOE le hagan temer respecto a la ventaja sobre el PP. Según el CIS de diciembre, los socialistas siguen siendo la fuerza más votada (31,4%, apenas 1,2 por debajo de su proyección de noviembre), nueve puntos por delante del PP (22,4%).

Vox, por su parte, se consolida como tercera fuerza con un porcentaje de voto muy significativo (17,6%, 1,2 puntos menos que en noviembre pero casi 5 puntos más que en enero), manteniendo diez puntos de distancia con Sumar (7,8%), que es el partido de ámbito nacional que más crece respecto a noviembre.



