Samantha Miller tenía 34 años, trabajaba como fisioterapeuta y era conocida por su calidez y su risa contagiosa. Aric Hutchinson, de 36 años, era ingeniero civil. Un hombre tranquilo, reservado y un apasionado por el surf.
Ambos se conocieron a través de amigos comunes. En poco tiempo comenzaron a salir. “Aric encontró en Samantha Miller a su complemento perfecto. Él era más callado, ella pura chispa. Juntos eran dinamita”, según un familiar.
Después de tres años Aric le propuso matrimonio frente al mar, en la misma playa donde se habían dado su primer beso. El 28 de abril de 2023, los novios se casaron en Carolina del Sur, rodeados de palmeras, arena blanca y sus seres queridos. “La boda fue preciosa. Todo bañado en esa luz dorada del atardecer”, recordó una amiga. “Samantha me abrazó y me dijo: ‘Este es el mejor día de mi vida‘”.
Lo que nadie sabía era que también sería el último.
A las 10 de la noche los novios se subieron a un carrito de golf decorado con latas y flores, el medio de transporte en el lugar de la celebración. Les acompañaban dos familiares. Minutos después, un vehículo embistió al carrito. El impacto fue brutal.
Samantha Miller murió en el acto. Aric fue arrojado varios metros y quedó gravemente herido, con múltiples fracturas, traumatismo craneal y lesiones internas. “Era como una escena de guerra”, según un testigo. “No podía creer que minutos antes esa pareja estuviera celebrando su boda”.
El vehículo que los atropelló era un automóvil alquilado, conducido por Jamie Komoroski, una joven de 25 años en estado etílico. Su nivel de alcohol en sangre superaba más del triple del límite legal. Había estado bebiendo toda la tarde. “Cuando la arrestamos apenas podía mantenerse en pie”, declaró uno de los oficiales.
El juicio
Jamie Komoroski fue acusada de homicidio por conducción bajo los efectos del alcohol. En el juicio Aric compareció en silla de ruedas. Con voz temblorosa declaró: “Me quitaron a mi esposa tres horas después de haber dicho ‘sí, quiero’. No tuve ni luna de miel. Solo el vacío”. El viudo continuó con su declaración: “En el carrito de golf me dijo que no quería que la noche terminara. Le besé y eso es lo último que recuerdo”.
También recordó el momento en que recobró la conciencia tras el choque: “Vi a mi madre con el vestido que llevaba en la boda la noche anterior y supe al instante que Samantha Miller no estaba”.
Jamie, visiblemente alterada, pidió perdón en un comunicado leído por su abogado. “Desearía poder cambiar todo. No hay palabras que alivien este dolor. Asumo la responsabilidad por lo que hice“.
El juicio concluyó con una condena a 25 años de prisión para la joven.
Aric sobrevivió, pero nada volvió a ser igual. Tras varias cirugías y un largo proceso de rehabilitación, intenta reconstruir su vida física y emocionalmente. “He visitado más médicos, terapeutas y psiquiatras de los que puedo contar y sigo sintiéndome como el día en que me enteré de su muerte” confesó en una entrevista.
Fundación en honor a Samantha Miller
En honor a Samantha Miller su familia creó una fundación para concienciar sobre los peligros de conducir bajo los efectos del alcohol. Organizan charlas, campañas y eventos con su rostro como símbolo.
La historia de Samantha y Aric no es solo la de una boda que terminó en tragedia. Es un retrato desgarrador de cómo un instante puede destruir un futuro. “Todavía sueño con ella. Y en esos sueños siempre nos volvemos a encontrar”.