“Un sumiso, como todos los depredadores. Y nada colaborador”. Es la actitud que recuerdan de ‘Galletita’, el joven al que detuvieron a medio vestir y aún con legañas, ante el espanto de sus padres. Desconocían que bajo su techo vivía un pedófilo en evolución: “Estaba a punto de dar el paso siguiente, de pedófilo a pederasta, porque estaba planeando quedar con algún niño o niña”. Detenido hace más de un año, hay una macro operación en marcha para dar con otros individuos de su calaña. El material hallado en su casa ha sido todo un filón policial. En los más de 400.000 archivos que encontraron estaba el centenar con el que aleccionaba a sus víctimas sobre cómo debían posar en las fotos y vídeos que le mandaban.
A ellas, a las niñas de 8 y 9 años que engañó para que se fotografiaran y grabaran desnudas, las captó jugando en su terreno, internet; en concreto, en plataformas de videojuegos y creación de contenido online como Roblox. Es uno de los puntos negros en cuanto a posibles delitos contra la libertad sexual. Con millones de usuarios conectados en todo el mundo, los menores entran creyendo jugar entre afines, sin saber que al otro lado en realidad hay un adulto que sólo busca acceder a su intimidad. En el caso de la Operación Biscottu -en claro homenaje al apodo pastelero que usaba su detenido-, ‘Galletita’ tenía 22 años cuando los agentes de la Guardia Civil entraron de madrugada en la casa de sus padres, en Murcia.
Las miguitas que dejó ‘Galletita’
Sus primeras dos víctimas son riojanas. Pero hay más. A raíz de la investigación policial, se han abierto causas en Valencia, Andalucía y Cataluña. En concreto, las pesquisas por el caso de otra menor de 8 años interceptada por ‘Galletita’ han derivado en la solicitud de la Fiscalía de Lleida a Roblox. Quieren que colabore para buscar a más pedófilos y pederastas que estén usando su plataforma para llevar a cabo su depravación en red. Entre ellos -“en sus grupos de pedófilos y pederastas”- se enseñan claves de cómo actuar y dónde. Así relatan fuentes policiales que aprendió el propio ‘Galletita’.
Sin oficio ni beneficio conocido, todo el material pornográfico que obtenía de las menores se lo quedaba para consumo propio: “No lo vendía, todavía, sino que lo difundía en grupos de pedófilos a los que tenía que seguir nutriendo para poder seguir dentro”. Es una de las normas internas de estos chat de ciberdepredadores; otra, dejar el menor rastro posible. Por eso, cuando uno de los suyos es interceptados el resto intenta borrar por remoto todo el contenido posible. De ahí que lo primero que hagan los agentes al entrar en cuartos como el de ‘Galletita’ sea incautar los dispositivos móviles y guardarlos en bolsas con inhibidores de frecuencia.
‘Pornofotos’ a cambio de robux
“Cambio skin y diamantes por fotos tuyas o de tus amigas”. Es uno de los mensajes que reciben los menores mientras juegan online. En el caso de Roblox el pago es en robux, su moneda virtual. Así consta en investigaciones policiales en curso en nuestro país: “Desde 2019 estamos recibiendo denuncias de menores alertando de peticiones que les hacen de material explícito o de cómo están siendo coaccionados para facilitarlo”, relata Sergio Ibáñez, jefe de grupo de protección de menores de la Policía Nacional. En la Unidad de Ciberdelincuencia estudian el comportamiento de pedófilos y pederastas. Y destacan que su modus operandi habitual una vez elegida su posible víctima es abrir con ella un canal de conversación privado.
‘Galletita’ convenció a las niñas para instalarse la aplicación Zangi. A través de esa vía, se hacía llamar ‘Alicia tu patrona’. Era entonces cuando les mandaba vídeos instruyéndolas en las posturas que le interesaban para su consumo y el resto de miembros de su grupo pedófilo. Y, dependiendo de la duración de los vídeos y la exposición inconsciente a la que se prestasen las menores, las pagaba entre 80 y 1.000 robux. “Las niñas no eran conscientes de lo que le estaban enviando, porque él les decía que otras hacían lo mismo, así que ellas lo veían como un juego”.
“¿Con quién juegan mis hijas?”
En los últimos años, campañas como ‘Tu juego, tus reglas’ buscan que padres y educadores estén informados y alerta sobre el mundo online en el que se mueven sus hijos. “No significa que deban demonizar el videojuego, sino entenderlo para saber detectar los posibles peligros”, explica Natalia Colmenar de Diaconia. “Por ejemplo, los progenitores deben saber a qué juegan sus hijos, y saber qué funciones tienen: si tienen opción de chatear por escrito o por voz, comprar o si incluso se pueden hacer regalos“, apunta David Santos. Además de vigilar los dispositivos. Así descubrieron los padres de las menores riojanas que sus hijas estaban interactuando con ‘Galletita’.
“Por suerte, aún tenían todo guardado en las tablets y se pudo rastrear el material hasta dar con depredador”, reconocen fuentes policiales. Lo demás, fue trabajo especializado del Equipo de Mujer-Menor -EMUME- de la Guardia Civil en La Rioja, clave para abordar con cuidado a las víctimas de casos como este. Con una investigación policial y judicial abierta, la siguiente cita está prevista para finales de octubre, cuando ‘Galletita’ se sentará de nuevo ante el juez de instrucción.