Las excusas de los violadores: “No sabía que tenía 12 años. Parecía mayor de edad”

Así se justificó ante el juez uno de los procesados. “Tengo un recién nacido”, alegó para salir de prisión

El violador se tapaba la cara, pero no usaba guantes
Jorge Marzo

Con 12 años, tutelada por la imposibilidad de sus padres de ofrecerle un entorno seguro, Andrea -nombre ficticio- terminó manoseada, violada y con su identidad e intimidad denigradas en redes sociales. Su situación de vulnerabilidad no la tuvo en cuenta ninguno de sus agresores sexuales, como era de esperar, pero además presentaron alegatos en su descargo -sobre la edad que ella aparentaba o lo que ellos quisieron entender de cómo se comportaba- que han sido rechazados de pleno por el juez.

”La Sala ha tenido la oportunidad de observar los fotogramas y soportes audiovisuales aportados al procedimiento y alberga la impresión unánime de que la joven que aparece en dichas actividades sexuales tiene una edad muy próxima a la que realmente tenía, sin que de modo alguno podamos tener la impresión de considerarla como una mujer joven y ya sexualmente madura”. Para el tribunal de la Audiencia de Barcelona que valoró los recursos de los encausados no ha habido ninguna duda, a la vista de las pruebas, de que la víctima tenía menos de 16 años, con lo que no se puede entender como relaciones consentidas sino un claro delito de agresión sexual.

Andrea tenía, y aparentaba, 12 años. En concreto, a ojos de los magistrados que visionaron los vídeos aportados así se podía apreciar sin duda alguna en el vídeo grabado el 17 de diciembre de 2020, cuando uno de los 15 hombres investigados la penetró mientras un tercero grababa, “desde distintos ángulos y con primeros planos”, según se detalla en la investigación judicial a la que ha tenido acceso Artículo14. En el millar de folios que obran en la instrucción, se recoge el hallazgo de más de dos mil vídeos y diez mil archivos fotográficos. En algunos de los cuales se distingue perfectamente a la menor de 12 años, mientras en otros tantos se ve a niños y niñas exhibidos desnudos o siendo obligados a mantener relaciones sexuales con adultos, pero en localizaciones que nada tienen que ver con esta causa.

Teófilo era quien grababa, pero también quien acumulaba todas esas descargas de vídeos de pornografía infantil en su ordenador y en discos duros que los Mossos d’Esquadra hallaron en el registro de su domicilio el 9 de junio de 2022. Electricista, de 45 años y natural de Barcelona, es el principal investigado en la Operación Damocles, destapada esta semana tras conocerse la petición por parte de la Fiscalía de 107 años de cárcel para el que ya es conocido como el ‘Pelicot catalán’.

Las comparaciones son odiosas, siempre, pero los parecidos aún más si hay tanto horror de por medio. Las semejanzas con alguien como Dominique Pelicot -capaz de violar, drogar y violar durante décadas a su mujer- dan cuenta de lo repudiables que son los actos cometidos por Teófilo, el pederasta electricista. Para él, su víctima era una absoluta desconocida. Una menor de 12 años con la que contactó a principios de 2020 a través de Badoo, y a la que convenció para que le mandara hasta 44 fotos desnuda, posando frente al espejo de su habitación del centro de menores.

Como en el caso del jubilado francés, el escenario donde cometió sus delitos el catalán era su propia casa, su guarida de pederasta. Desde mayo de 2020 a octubre de 2021, allí mantuvo relaciones sexuales con la menor, con la que se llevaba 33 años de diferencia, y para lo que ella debió fugarse con frecuencia del centro, tanto de día como de noche. Aun así, no saltaron las alarmas. Quizás, esa evidente falta de vigilancia de la Administración durante más de un año, facilitó que Teófilo se confiara y, emulando a su predecesor francés, dio un paso más al abrir la puerta a otros monstruos como él.

Pelicot metió en su casa a 50 hombres para que abusaran, con nocturnidad y alevosía, de su mujer drogada. Teófilo también puso su casa como picadero a disposición de una decena de depravados, entre los que se coló un menor de edad, que no está entre los procesados. En cambio no logró quedar absuelto el investigado que alegó haberse sentido “incómodo” una vez consumadas las relaciones sexuales por ser consciente en ese momento, y no antes, de la edad de la chica.

“Existen mensajes en los que se evidencia la edad real de la menor”, se explicita en la instrucción para dar respuesta a otro de los procesados que, en su declaración, se defendió asegurando que “ella presentaba un desarrollo corporal, una desinhibición sexual, una actitud y un lenguaje que indicaban una edad muy superior a la que luego resultó ser la real”. Al contrario que la mayoría, este sigue en prisión preventiva. Responde a las iniciales L.A.H., reside en España desde 2019 y en la actualidad está casado con una joven de 21 años.

“Ahora tengo un hijo recién nacido”, añadió ante el juez para solicitar su libertad condicional por tercera vez, sin conseguirlo. Creen que en su caso existe riesgo de fuga. “Una de las consecuencias más significativas de este juicio es que ha revelado la banalidad de los violadores en nuestra sociedad. A menudo son hombres de todos los ámbitos de la vida: hombres comunes que aparentemente tienen familias, trabajos y responsabilidades regulares”, dijo Reem Alsalem, la Relatora Especial de la ONU sobre la violencia contra las mujeres y niñas, al enjuiciarse el caso Pelicot.

Entre las justificaciones para solicitar la excarcelación, a la espera de juicio que se celebrará en un año contra el ‘Pelicot catalán’ y compañía, también se planteó el engaño. En concreto, que el acusado “había sido víctima de un ardid de la pareja porque fue grabado sin que se ocultara su rostro”. Lo cierto es que es que sólo uno de los quince aparece sin pixelar en los vídeos que a posteriori Teófilo difundió en redes sociales con el fin de tentar a más posibles pervertidos.

“La menor era usada como reclamo sexual”, se especifica en el sumario que aúna dos causas, con 15 investigados y dos víctimas, pues también hay un niño usado y abusado por esta red de pederastas del cual no se especifica edad o si se encontraba también tutelado. A sus 12 años, Andrea llevaba al menos quince meses fugándose del centro de menores y en contacto con presuntos agresores sexuales cuando sus padres denunciaron los hechos a finales de 2021. Lo hicieron asesorados por los educadores sociales que destaparon todo tras detectar un comportamiento más extraño de lo habitual en la menor. Una niña que tuvo que lidiar con numerosos depravados sobre los que se espera esta vez caiga seguro la espada de Damocles.