Beatriz (nombre ficticio) comenzó a sufrir maltrato al poco de quedarse embarazada, cuando nació su hija, la situación empeoró (como suele ser habitual). Estaba asustada, perdida y un día decidió llamar al 016. Se arrepiente. “No me resolvieron nada, yo estaba afligida, preocupada, pero tan solo me ofrecieron direcciones y teléfonos. No me sentí apoyada en absoluto“, recuerda. Ana (nombre ficticio) cuenta una historia casi calcada. “Mentalmente el maltrato es muy duro, llamé al 016 a ver si alguien me podía echar un cable, pero no me ayudaron, me facilitaron contactos en mi ciudad, pero poco más. Yo buscaba apoyo, pero no lo encontré”, se lamenta.
Beatriz y Ana son dos de las numerosas mujeres que no tienen un buen recuerdo del servicio del Ministerio de Igualdad. Es casi una obviedad a estas alturas, todo el mundo conoce el número 016. Un punto de referencia para las víctimas y su entorno. Lo vemos en anuncios, lo repiten los medios de comunicación, los representantes políticos, pero, ¿realmente es útil marcar esas tres cifras? Las asociaciones de víctimas son unánimes, no. La idea que tenemos en la cabeza de lo que ofrece el 016 no se ajusta a la realidad. Todas coinciden, además, en una observación importante: “Las mujeres que estén en una situación de peligro inminente deben llamar al 112″.
Una respuesta estilo Páginas Amarillas
“El 016 es un servicio de información, no para apoyar emocionalmente. Las mujeres llaman en busca de consejo y ayuda y la verdad es que no lo ofrecen. Dan indicaciones: dónde tienes que ir a denunciar, dónde acudir cerca de tu domicilio, pero poco más, así de claro”. Es lo que opina Ana Bella, presidenta de la Fundación que lleva su nombre. “Es una respuesta estilo Páginas Amarillas, sin apenas apoyo emocional. Creo que al principio funcionaba mejor, se ha desvirtuado. Antes, nadie se quería presentar al concurso público porque ofrecían tan poco dinero que salía a pérdidas. Lo tiene una empresa con pocos fondos y no tienen a gente que dedique tiempo a hablar con las personas para convencerlas de que den el paso y salgan de esa situación, una orientación emocional, necesitan más tiempo, más dedicación”, apunta.
Si cada servicio 112 dedicase una partida de su presupuesto a la atención de víctimas sería más productivo
De hecho, Bella recuerda que en el informe de la Unión Europea sobre la Violencia de Género las víctimas lo que más valoran por delante de la ayuda práctica o la protección es el apoyo emocional y acompañamiento, muy por encima del 50 por ciento.
Rosalía González es la presidenta de la asociación Mami y además, es coordinadora de emergencias del 112, sabe de lo que habla. Coincide en que “es ineficaz y no sirve absolutamente para nada”. Tras años de experiencia cree que la respuesta debería estar focalizada por territorios, los centros coordinadores de emergencias en cada comunidad, que son obligatorios. “Sería más eficiente implantar un servicio por región especializado en violencia de género y sexual. Si cada centro 112 dedicase una partida de su presupuesto a la atención de víctimas sería más productivo. Además es necesaria formación especializada, con un curso CCC esto no se aprende”, insiste.
El 75 por ciento lo consideró inútil e ineficaz y un 13% alegó revictimización
Para González darle tanta publicidad al 016 es contraproducente. “Cuando estás en apuros no te acuerdas a quién tienes que llamar. Si una mujer está en riesgo y le metes en la cabeza que tiene que llamar al 016 y lo hace en un momento de peligro lo que van a hacer es coger los datos, toda la información y pasarlos al 112, se pierde tiempo”, señala.
La asociación MAMI realizó en 2021 un estudio para conocer cómo las víctimas se habían sentido tras ser atendidas por este servicio. El 75 por ciento lo consideró inútil e ineficaz, un 13% sufrió revictimización y tan solo un 12% lo consideró satisfactorio.
“Las abogadas solo atienden en determinado horario, no te guían, no te escuchan”
A Gregorio Gómez, presidente de la asociación Alma, las críticas al 016 no le parecen nuevas. “He escuchado testimonios de víctimas que cuentan que no se han sentido escuchadas, ni arropadas, ni comprendidas, que se las querían quitar de encima y derivarlas a otro servicio. En mi opinión no funciona, si no, no lo contarían tantas”. Lo mismo que piensa Olga Caldera, presidenta de la asociación AMAR, “efectivamente el 016 no funciona bien, no te atienden profesionales, te derivan, o te dicen que llames a tal hora porque la abogada solo atiende en determinado horario. No te guían, no te escuchan. El objetivo de este teléfono es la de ayudar, para atender emergencias. No nos olvidemos que la mayoría de las agresiones ocurren fuera de un horario laboral, por la noche, fines de semana, fiestas y no prestan la ayuda que se supone ofrecen”, denuncia.
Cuando escribes al WhatsApp del 016, no hay un seguimiento posterior
Natalia Morlas, de la Asociación Somos Más, cuenta que sus socias y usuarias les han comentado que cuando han contactado, “sólo les han dado direcciones que ellas mismas pueden conseguir buscando en internet. No encontraron empatía, no las tranquilizaron y se sintieron más desamparadas que antes de contactar con el 016, ya que cuando llamaron, lo hicieron pensando en que iban a encontrar un apoyo tal y como se ve en los anuncios. Cuando escribes al WhatsApp del 016, no hay un seguimiento posterior, ni una comunicación para ver cómo estás”, explica.
Por eso pide “más trato humano, más empatía, más sororidad, más ponerse en el lugar de la mujer que está llamando asustada, desesperada y buscando una ayuda inminente. Es importante elegir bien a la empresa concesionaria, exigiéndole una buena formación, dada no por esa empresa, si no por entidades especializadas y/o el propio ministerio. Y sobre todo, más reuniones colaborativas con víctimas sobrevivientes, para que quienes dirigen e integran ese servicio, sepan qué es exactamente lo que necesitamos las mujeres que llamamos en esos momentos”.