Samuel hubiese cumplido el mes que viene tres años, pero su padre lo asesinó este miércoles junto a su madre, Alejandra, en su domicilio de Valencia. El hecho de que muriesen en un mismo ataque, descarta la violencia vicaria que, en su definición, se refiere a cuando un maltratador, con el fin de provocar el mayor daño a su pareja o expareja, o porque no puede acceder a ella, mata al hijo de la mujer.

¿Cómo se sabe que Samuel no sufrió violencia vicaria antes de su asesinato?
A la hora de contabilizar a estas víctimas en los registros oficiales los matices y las diferencias entre estos crímenes machistas son esenciales. La clave: se consideran violencia vicaria, si se cometen para dañar a la madre, por lo tanto, si la madre muere en el mismo ataque y no va a sufrir las consecuencias del asesinato de sus hijos, no se contempla como asesinato vicario, sino como violencia de género.
El Ministerio de Igualdad desglosa las muertes de menores y los considera víctimas de violencia de género si a la madre la matan en el mismo ataque aunque algunas voces discrepan de esta definición. ¿Cómo se sabe que Samuel no sufrió violencia vicaria antes de su asesinato? ¿Y si Alejandra vio cómo asesinaban a su hijo?
Sonia Vaccaro es psicóloga, perita forense y fue quien acuñó el término “violencia vicaria” en 2012. Para ella lo importante del crimen de Samuel “es que es violencia de género, es violencia contra las mujeres” y recuerda un caso en el que la fiscal jefe de de Andalucía, Flor de Torres Porras, “consiguió, la condena por violencia vicaria en el asesinato de un bebé a quien el padre mata frente a los ojos de la madre mientras le está dando de mamar. Demostró que primero mató a la criatura para que la madre sufriese y logró la condena por violencia vicaria”.

“Las niñas y los niños son invisibles para la justicia. El problema es que nadie investiga qué pasó antes del asesinato. Ver desde cuándo esta criatura sufría y si padecía algo parecido, desde cuándo podía estar sufriendo. Estoy segura de que si nos ponemos a investigar, hay muchas pruebas ahí afuera que encontraríamos por el camino, como el sistema de salud, el pediatra, el sistema educacional, los servicios sociales”, apunta.
“Que haya tantos factores de distorsión me parece un grave error”
Miguel Lorente, médico forense y exdelegado del Gobierno contra la Violencia de Género, asegura estar preocupado por el concepto de violencia vicaria, “más aún cuando empezamos a interpretar el sentido de esta violencia. Ocurre igual, salvando las distancias, cuando apuñalan a una mujer de 80 puñaladas y dicen que no hay ensañamiento porque la primera la mató. Como si eso pudiera establecerse de una manera tan rotunda y como si el hecho de las 80 puñaladas nos hablase de ensañamiento en sí mismo. Tenemos que buscar las derivadas secundarias para intentar darle un sentido a aquello ha hecho cuando hay intención de ensañarse con independencia de que la primera puñalada hubiera causado la muerte o no”.

“Aquí pasa igual. Ahora decimos que cuando matan a un hijo o a una hija es violencia vicaria, pero que si la mujer muere antes que el hijo o la hija, y por lo tanto no la hace sufrir, pero como en este caso además ha matado a la mujer también y no sabemos el orden, es decir, estamos introduciendo tantos factores de distorsión que me parece que es un grave error para el objetivo fundamental que es tomar conciencia sobre la realidad. Si la realidad empezamos a presentarla de múltiples formas con significados de nombres distintos, al final estamos perdiendo que la propia experiencia nos genere conciencia. Insisto, cuando hablamos de terrorismo, lo hacemos con independencia de que sea un coche bomba, un tiro en la nuca, un secuestro, es terrorismo y ya está”, concluye.