¿Qué pasa con los hijos e hijas de las mujeres maltratadas? Desde hace una década, en 2015, estos menores de edad están reconocidos como víctimas de violencia de género. Poseen el mismo estatus que sus madres. Además, desde 2021, la ley establece que se deben suspender las visitas y custodias de hombres condenados e investigados por violencia machista. Solo, dice la ley, se podrán acordar estos encuentros si el juez considera que no suspenderlos supone el interés superior del menor.

Un beneficio, que los expertos cuestionan. Mantienen que un maltratador nunca puede ser un buen padre. Incluso, aunque la violencia no se haya dirigido directamente contra ellos. Ser testigo del maltrato que sufre tu progenitora te convierte automáticamente en víctima de esa violencia.
El año pasado, los asesinatos de violencia vicaria batieron un récord. Nueve niñas y niños fueron asesinados por las parejas o exparejas de sus madres. En el 83 por ciento de los casos existía una denuncia previa, lo que significa que los juzgados podrían haber protegido a varios de esos niños y niñas y haber suspendido el régimen de visitas.
No son meros espectadores de la violencia
Antonio Gancedo, pediatra social del Hospital Universitario Fundación Alcorcón opina que un hombre que ejerce violencia contra su pareja “nunca jamás” puede ser un buen padre. “Cuando un progenitor agrede a una mujer, vulnera sus derechos, la somete, la controla y los hijos no son meros espectadores que están viendo una pantalla de televisión. Y lo que pasa, la angustia, el miedo, el daño, se transmite a ellos. No son experiencias estanco”.
Gancedo asegura que los efectos psicológicos de estos niñas y niños son “terribles”. “Daña su autoestima, son personas más inseguras, más ansiosas, les cuesta concentrarse en los estudios, consumo de psicofármacos en la edad adulta, más psicopatología, más patología funcional, dolores abdominales, dolores de cabeza, molestias precordiales, les cuesta respirar, crisis de ansiedad, angustia, ideas autolíticas, gestos autolíticos, tendencia al suicidio, síndrome de estrés postraumático, fracaso laboral, fracaso emocional por esas dificultades para establecer relaciones con sus iguales, dificultad en el inicio de mantener relaciones emocionales”.
El interés superior del padre
¿Por qué si existe tanta unanimidad sobre los efectos en los pequeños y la ley lo desaconseja se siguen concediendo estas visitas?
Sonia Vaccaro, la psicóloga que acuñó el término “violencia vicaria” en 2012 cree que “el interés superior de las y los menores de edad viene confundido con el interés superior del padre, del paterfamilias famoso del patriarcado al que parece que se atiende por encima de todo. Se está dejando de lado el interés, el real interés superior de las y los menores de edad”

“En los juzgados cuesta muchísimo entender que un maltratador no es un buen padre, que no estamos hablando de padres, que padre es otra cosa. No se entiende y a partir de ahí, se regulan visitas, contacto, incluso con esta falsa premisa de los Puntos de Encuentro Familiar como una forma de vinculación forzada de una criatura con alguien que no solo le ha hecho daño, sino que le puede llegar a hacer más daño”, insiste.
Se les debe considerar una unidad indivisible familiar
Chelo Álvarez, terapeuta y presidenta de la asociación Alanna, explica que “según las estadísticas hay unos 1.500 niños y niñas que están en situación de alto riesgo por violencia de género. Hasta que no se les proteja, igual que se protege a sus madres van a haber más feminicidios vinculados o infanticidios por violencia de género. La protección pasa por separarlos de manera inmediata, pero también definitiva de sus padres, maltratadores y abusadores”.
“Lo que no podemos hacer es echarnos las manos a la cabeza ante un hecho tan evidente y siempre explico lo mismo, si a nosotras mujeres nos dicen que denunciemos y que no volvamos con nuestro maltratador, ¿por qué a nuestras hijas e hijos los revinculan una y otra vez con con su progenitor maltratador? Es un sinsentido. Por esto insistimos en que hasta que a la víctima -madre- y a sus hijos e hijas no se les considere una unidad indivisible familiar y se les proteja y se les atienda con la mismas recursos, las mismas precauciones, etcétera, van a haber más asesinatos. Si lo sabemos, ¿por qué no les protegemos?”, se pregunta.
“El sistema ha fallado estrepitosamente”
Por su parte, Andrea Cabezas, presidenta de la asociación Stop Violencia Vicaria , recuerda que en la mayoría de estos casos, las madres habían denunciado previamente. “El sistema ha fallado estrepitosamente en protegerlas a ellas y a sus hijos e hijas. Es urgente y sancionar todas las conductas en las que se utilice a niños, niñas y adolescentes como instrumentos para infligir daño psicológico o físico a las mujeres. Ningún acto que perpetúe la violencia de género puede quedar impune”.
“Debe cesar de inmediato la revinculación forzosa con padres maltratadores. Ningún niño o niña debería ser obligado a mantener contacto con un progenitor que ha demostrado ser un peligro para su integridad. La seguridad infantil debe estar por encima de cualquier otro derecho. Un maltratador no es un buen padre, y hasta que no interioricemos esta verdad, seguiremos fracasando en la protección de los más inocentes”.