250 años de Jane Austen: mujeres de la cultura revisitan su legado

Carlota Cosials, Silvia Nieto, Laura Piñero, Espido Freire, Soledad Maura y Yolanda Villaluenga analizan a la literata inglesa, en un homenaje que también contó con Raquel Peláez

Doscientos cincuenta años después de su nacimiento, Jane Austen sigue escribiéndonos en presente. No desde el mármol de los clásicos ni desde el corsé del canon, sino desde una voz viva, irónica, íntima y sorprendentemente contemporánea. Con motivo de este aniversario redondo, nueve mujeres de la cultura —Alaska, Eva Latonda, Carlota Cosials, Silvia Nieto, Laura Piñero, Espido Freire, Soledad Maura, Raquel Peláez y Yolanda Villaluenga—, capitaneadas por Amparo Llanos, fundadora del grupo Dover, dialogan con Jane Austen a partir de sus cartas, ese territorio sin filtros donde la autora se permite pensar en voz alta sobre la escritura, el dinero, la vida doméstica, el deseo de independencia y la observación minuciosa —a veces compasiva, a veces feroz— de la condición humana. Lejos de la imagen edulcorada que durante décadas la redujo a cronista del matrimonio y las buenas maneras, emerge aquí una autora consciente de su talento, lúcida sobre su tiempo y extraordinariamente moderna en su manera de mirar.

El homenaje celebrado en el Ateneo de Madrid, articulado en torno al epistolario Afectuosamente tuya, Jane Austen (Cartas selectas), traducido y editado por Amparo Llanos para la editorial Renacimiento, sirve como punto de partida para una conversación coral que trasciende la efeméride. A través de las respuestas a un mismo cuestionario, siete de estas voces leen a Jane Austen desde lugares distintos —la música, el periodismo, la literatura, la investigación académica— y coinciden en algo esencial: en las cartas se “libera” a esta escritora, siempre encorsetada en los mismos clichés y prejuicios. Allí aparece una mujer con humor afilado, con ambición creativa, con conciencia de clase y de límites, capaz de reírse de sí misma y del mundo que la rodea. Una escritora que, dos siglos y medio después, sigue interpelándonos porque nunca escribió para agradar, sino para entender y, sobre todo, para decir.

Portada de 'Afectuosamente tuya', recopilación de cartas de Jane Austen (ed. Renacimiento)
Portada de ‘Afectuosamente tuya’, recopilación de cartas de Jane Austen (ed. Renacimiento)

Un cuestionario, siete referentes

El encuentro consistió en una lectura dramatizada de las cartas de Jane Austen, un recorrido por la voz más íntima, irónica y lúcida de la autora que transformó para siempre la literatura en lengua inglesa. En el acto intervinieron Alaska, cantante; Eva Latonda, actriz; Espido Freire, escritora; Carlota Cosials, líder del grupo Hinds; Raquel Peláez, periodista; Laura Piñero, periodista; Soledad Maura, escritora; Sofía Nieto, diseñadora de moda, y Yolanda Villaluenga, periodista. Las siete últimas respondieron para Artículo14 a un mismo cuestionario. El resultado no es un retrato único, sino un mosaico: siete maneras de acercarse a Austen desde la lectura, la creación, el periodismo o la investigación, todas atravesadas por una misma sorpresa inicial ante unas cartas que desmontan la imagen rígida de la autora y la devuelven a la vida cotidiana.

La actriz y cantante Carlota Cosials, en su entrevista con Artículo14
La actriz y cantante Carlota Cosials, en su entrevista con Artículo14
Javier Cuadrado

Las respuestas recorren, en primer lugar, el asombro ante una Jane Austen doméstica y concreta: la que escribe a su hermana Cassandra sobre viajes interminables, precios de los alimentos, menús, vestidos prestados, bailes, cotilleos y cambios de humor; la que reflexiona sobre la moda y celebra librarse del corsé; la que observa con la misma atención una tarta de manzana que la construcción psicológica de un personaje. Varias de las participantes subrayan precisamente esa “conjunción de realidades” que atraviesa las cartas: lo económico, lo afectivo y lo creativo aparecen al mismo nivel, sin jerarquías, como si escribir fuera una prolongación natural de vivir.

Otras ponen el acento en la condición material de Austen como autora: una mujer soltera que vive de su escritura, que pelea con editores, retrasos y pagos, y que deja constancia de esas dificultades con una lucidez que hoy resulta incómodamente familiar. En ese cruce entre lo íntimo y lo profesional, las entrevistadas encuentran una Austen sorprendentemente cercana, casi contemporánea, más parecida a una amiga que a un mito literario.

La escritora Espido Freire, en su entrevista con Artículo14
La escritora Espido Freire, en su entrevista con Artículo14
Javier Cuadrado

El artículo avanza también hacia lo que Jane Austen ha significado —y sigue significando— para quienes crean hoy. Para algunas, es un referente de resistencia y confianza en una misma, una prueba de que aquello que fue despreciado por considerarse “femenino” acaba revelándose como un tesoro literario. Para otras, una maestra silenciosa en el arte de contar historias pequeñas y hacerlas grandes, de observar sin estridencias, de sostener una primera persona firme sin necesidad de épica.

Aparecen, además, las grandes cuestiones que mantienen viva su obra: el matrimonio como estructura económica y social, las diferencias de clase, la dignidad de las mujeres, la autodeterminación, el duelo íntimo, las tensiones familiares, la pregunta persistente de por qué sigue recayendo sobre nosotras la obligación de explicarnos y justificarnos. Las cartas —recuerdan varias de ellas— son un milagro en sí mismas, supervivientes a la destrucción y al desinterés histórico por la intimidad femenina, y cada una funciona como un pequeño autorretrato que permite “haberla conocido” por unos instantes.

La escritora Soledad Maura, durante su entrevista con Artículo14
La escritora Soledad Maura, durante su entrevista con Artículo14
Javier Cuadrado

Lejos de cerrar el retrato, el texto invita a continuar la conversación en el vídeo que acompaña este artículo, donde las siete participantes ponen voz y gesto a esas ideas: la Jane Austen ácida, divertida y a veces “un poco mala”; la observadora incansable que escruta el mundo mientras participa en él; la mujer luminosa que disfruta de la vida sin reducirse a su obra. Verlas es asistir a un diálogo entre siglos que busca entender mejor a la autora… y, quizá, reconocernos en ella.

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